

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
ÁNGELES PEÑALVER mapenalver@ideal.es
Lunes, 15 de noviembre 2010, 04:13
Durante esta semana se delibera en Kenia, en una reunión de la Unesco, si elementos tan propios de Andalucía como una letrilla flamenca, unas bulerías bien cantadas o una buena falseta de guitarra, merecen ser considerados como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Tras haber pasado filtros anteriores, el flamenco, igual que otras músicas, se jugará su prestigio internacional en Nairobi. Allí se examinarán 51 candidaturas, cuatro de ellas para la Lista de Salvaguarda Urgente (tres en China y una en Croacia), de muy reciente creación, y que solo cuenta con doce elementos.
El flamenco, por el contrario, no está en peligro de extinción, por eso su camino para ser aspirante al 'Oscar' del patrimonio cultural ha sido más lento. Solo queda saber, si al final, el arte que profesan José Mercé, Eva Yerbabuena o Paco de Lucía se trae la estatuilla para casa o se queda con la miel en los labios.
Otras 47 propuestas, respaldadas por 31 estados, también compiten por meter la cabeza en esta lista donde ya figuran el tango rioplatense, la caligrafía y el arte de la seda de China o el candombe uruguayo. Éste último es un género musical y de baile surgido de la mezcla étnica y fusión de ritmos de los negros africanos en las costas montevideanas. Otras manifestaciones españolas han tenido el reconocimiento de la Unesco hace menos de un año: el Silbo de La Gomera (un lenguaje silbado que se conserva desde la época prehispánica), el Tribunal de Aguas de Valencia y el Consejo de Hombres Buenos de Murcia. De los últimos, el organismo internacional dijo: «Estos tribunales que se desarrollan son milenarios y están encargados de impartir justicia para las comunidades de regantes. Ambas cortes se remontan a la época musulmana».
El flamenco -algunos dicen que su origen es morisco, otros indio, otros caló o gitano; unos lo datan en el siglo XVIII y otros lo rejuvenecen hasta el XIX- conforma, sin duda, una contundente realidad en el arte mundial, como una música y manifestación popular muy compleja, preservada a través de la tradición oral.
España, que estará presente mediante una delegación de cincuenta personas, presentará junto al flamenco otras cuatro candidaturas: los castellets catalanes, el Canto de la Sibila de Mallorca y las transnacionales de la dieta mediterránea y la cetrería.
«En ningún caso estar en la lista quiere decir que se sea mejor que otro, ni tampoco tiene nada de fundamental el eventual tinte folclórico o turístico, sino la sabiduría acumulada y superviviente de saberes básicos y comportamientos», explicó hace una semana la responsable del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, Cécile Duvelle.
De la cocina mexicana, que también aspira a la categoría, dejó claro que no se trata siquiera de saber si es buena o mala. «Lo importante es el proceso, no el producto, ya que el comité se pronunciará sobre si es representativa e importante para una comunidad», aclaró.
Qué supone el nombramiento
¿Y al final, tanto revuelo para qué? Hay razones de prestigio internacional, como señaló la actual ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en su apoyo a la campaña 'Flamenco soy', de la Junta de Andalucía. «Este arte tiene sobradas razones para convertirse en patrimonio de la humanidad, tras permanecer muchos años bajo una visión marginal. Han sido los artistas quienes han favorecido la alta consideración de la que hoy goza», recalcó la titular de Cultura.
Andalucía, Murcia y Extremadura, que presentan candidatura conjunta, se podrían convertir en un destino turístico cultural de talla internacional aún mayor de lo que ya son. El nombramiento permite, entre otras cosas, dinamizar la economía de las zonas donde se consigue el nombramiento de la Unesco y facilitar la consecución de recursos internacionales para la sostenibilidad del flamenco, en este caso en concreto.
Solo una de las 51 finalistas en 2010 -el torneo croata de caballería de Sinjska Alka- tiene una opinión negativa del organismo subsidiario encargado de examinar las candidaturas, según informó hace unos días Cécile Duvelle. La responsable precisó, no obstante, que esto no conlleva ninguna certeza sobre su suerte definitiva, ni tampoco significa que todas las demás vayan a ser elegidas automáticamente por el comité intergubernamental encargado de hacerlo, integrado por 24 países, entre ellos España, Italia, Cuba, Nicaragua, Paraguay, Venezuela, China, Japón e Irán.
La suerte está echada. Y los duendes están a favor.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.