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Miembros de la compañía de teatro SuperarT, en uno de los ensayos que realizan antes de la presentación de la obra 'Off transit transfer'. :: C. G.
Una nueva clase de bailarines
Cultura-Granada

Una nueva clase de bailarines

La compañía SuperarT crea un montaje con tecnología punta para actores discapacitados

ÁNGELES PEÑALVER

Viernes, 1 de abril 2011, 05:18

«Cada uno tiene su capacidad y la desarrolla», explica Mercedes Abellán, directora de la asociación granadina SuperarT, que ha creado una compañía de teatro integrada por alumnos con síndrome de Down, parálisis cerebral y autismo. Los quince artistas noveles llevan ensayando varios meses hasta que el esperado uno de julio representen en el teatro de CajaGranada la obra 'Off transit transfer'.

«Es que somos muy modernos», aclara sobre el título de la pieza Abellán, que es 'clown' de formación y se convierte en la 'Dra. Sapofrita' en los hospitales, donde hace más llevadera y feliz la estancia a los niños ingresados gracias a la fundación Theodora.

Y tan modernos que son. SuperarT, con el apoyo de CajaGranada y el Ministerio de Cultura, está desarrollando una intensa experimentación en nuevas tecnologías e interactividad aplicadas a las artes escénicas. Junto con la empresa audiovisual Útopi, los alumnos participan semanalmente en un laboratorio de experimentación ciencia-arte-tecnología que dará como fruto el montaje de danza interactiva.

Sombras de los cuerpos

«En los talleres se proyectan sombras de los cuerpos, los críos generan estelas con sus movimientos, trabajan con los colores... se escucha la creatividad de cada uno, con improvisación, y se busca una puesta en escena final», añade la responsable de esta colaboración que se engloba en el marco de un proyecto puntero de nuevas tecnologías (TIC) aplicadas a Sistemas Alternativos de Comunicación en personas con discapacidad física, psíquica o sensorial.

Durante todo el año 2010, la principal actividad de Útopic se centró en el desarrollo de herramientas que iban desde pianos tridimensionales virtuales hasta expresiones cinematográficas controladas por la voz. Esos 'inventos' se han ido poniendo en práctica en el laboratorio abierto de la compañía SuperarT. «Hemos obtenido una estupenda respuesta de los chavales, que han disfrutado, sentido y aprovechado las herramientas puestas a su alcance», dicen sus responsables.

En conexión con esos retos tecnológicos, está el reto social que se plantea Mercedes Abellán: «Queremos que la gente pague por ver arte hecho por estos jóvenes, que pueden aportar mucho. Que se supere lo de 'pobretico' y se reciba todo lo que pueden enseñar», recalca la responsable, que organiza los ensayos en el Conservatorio de Danza y en CajaGranada.

La asociación, creada en 2008, considera que el arte es algo intrínseco en todas las personas; y en el caso de las personas con discapacidad no es una excepción, si bien su puesta en práctica debe considerar las adaptaciones necesarias para su acceso.

En este caso, el usuario puede moverse libremente por un escenario e interactuar con los eventos de diferentes maneras sin necesidad de tecnología costosa ni aparatos complejos. Simplemente con un ordenador a nivel usuario dotado con web-cam y micrófono. «Es un proceso de comunicación pleno, artístico y lingüístico donde los modos tradicionales de representación no quedan suplantados, sino que se enriquece el universo expresivo», añade Abellán, la cabeza visible de una compañía formada por cinco profesionales de distintas disciplinas.

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