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LAURA UBAGO
Sábado, 4 de junio 2011, 04:02
La virginal playa de Carchuna está ahora delimitada por un muro de piedra que ha alterado el funcionamiento de esta costa y los ánimos de una gran mayoría de los carchuneros. Técnicamente las obras que se están ejecutando se denominan ordenación del litoral, aunque los vecinos no dudan en tacharlas de «aberración», «chorrada» o «asco». El cabreo es casi generalizado.
El paseo de Carchuna-Calahonda, que está siendo ejecutado actualmente por el ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, discurre desde las inmediaciones del Farillo hasta la Chucha y afecta a unos 4 kilómetros. Lejos de traer la felicidad al pueblo y a los usuarios de esta playa, está generando ya -no está terminado- una serie de problemas y molestias que han revolucionado por completo la vida de los vecinos y de los agricultores de la zona, así como de los dueños de los negocios. El nuevo paseo plantea la reducción de la circulación a un solo carril y en solo sentido y el uso del otro carril para los peatones. Además impide aparcar en la playa que está protegida por un muro de piedra. El paseo se planteó así, inicialmente, para evitar llevarse por delante los invernaderos de la primera línea de playa mediante expropiaciones de terrenos, según se explicó hace años cuando se presentó el proyecto que recibió bastantes alegaciones que «fueron ignoradas», según cuentan hoy los que las hicieron.
Los carchuneros ya están sufriendo las consecuencias de este nuevo paseo. Desde Semana Santa solo se puede circular en un sentido (hacia Carchuna) y el muro de piedra ya impide aparcar en la playa sin que haya otras posibilidades para dejar el coche porque las bolsas de aparcamiento, dibujadas en el proyecto, todavía no se han habilitado.
Así, la playa se ha convertido en una ratonera, en la que la circulación está limitada y hay que ir hasta Calahonda para encarar la carretera playera 'del revés'. Los usuarios deben salir a la carretera nacional para alcanzar cualquier punto del litoral carchunero ya que ahora solo pueden recorrerlo hacia atrás. Esta situación afecta a los agricultores que trabajan en los invernaderos que tienen el acceso a sus fincas más complicado. Pero no todo está cerrado. Parece que hay posibilidad de diálogo con Costas, o no. Lo que temen vecinos, agricultores y empresarios de los negocios de la zona es que planten la mediana, consolidando un solo carril para los vehículos en el que los camiones de los trabajadores de los invernaderos y las caravanas de los usuarios del camping sudarían mucho para poder maniobrar.
Manuel Estévez (PSOE), alcalde en funciones de la Entidad Local Autónoma de Carchuna-Calahonda, responsable municipal del Llano a lo largo de estos años en los que se ha realizado el proyecto y han arrancado las obras, expresa que la ordenación de la línea litoral era algo «impepinable» y que lo que se ha hecho no es un paseo porque para eso «se tendrían que haber expropiado las parcelas». Él asegura que el ministerio de Medio Ambiente está estudiando que la reestructuración no afecte a los agricultores «si es así no se pondrá la mediana y se plantearía un paseo blando por la arena». Estévez dice que la tardanza de las zonas de aparcamiento es porque no se ha llegado aún a un acuerdo con los agricultores de los terrenos.
La alcaldesa electa de Carchuna-Calahonda, Conchi Abarca (PP) empezó a trabajar por la modificación del paseo desde la oposición y ahora continuará esta labor como presidenta de la ELA. Para tratar de cambiar la ordenación de la playa se sentará, junto a Carlos Rojas, alcalde de Motril, con el servicio provincial de Costas y si no surte efecto «iremos a Madrid y a donde haga falta».
Abarca plantea recuperar los dos sentidos de la circulación, llevar a cabo un paseo blando en la arena para los peatones y que se habiliten entradas provisionales a la playa para aparcar -un estilo a la zona para vehículos que existe en Playa Granada- mientras se consiguen las bolsas de aparcamientos. La alcaldesa electa quiere resolver estos asuntos antes de la llegada del verano porque si no es así, dice, se producirán graves problemas. «Hay que buscar una solución que sea buena para el turismo y la agricultura porque aquí no pueden vivir el uno sin el otro», apunta.
A la playa, a pie
Los vecinos de Carchuna han recogido -y siguen- firmas contra el paseo. Más de mil personas han mostrado su rechazo a este modelo de paseo al que solo se le ponen peros. «Este verano no va a venir nadie a la playa. Lo que están haciendo es muy absurdo. Nuestros hijos ya no pueden venir a visitarnos porque no tienen dónde aparcar», expresan dos usuarios del camping.
Los propios carchuneros están indignados y se plantean cómo ir a la playa a pie -el pueblo está a un kilómetro-, con la sombrilla, los trastos, los niños, atravesando una nacional. Las opiniones positivas son muy aisladas, como la de Hugo del chiringuito Bambú que piensa que está muy bien y que «dará más vida a la zona».
Por lo general, los vecinos están indignados y piensan que será una playa desértica porque nadie podrá aparcar.
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