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Enrique Morente, durante una entrevista. :: EFE
Los médicos usaron con Morente una medicación «negativa para el paciente»
GRANADA

Los médicos usaron con Morente una medicación «negativa para el paciente»

El informe de tres especialistas censura el protocolo empleado por el anestesista durante la parada cardiaca sufrida por el cantaor en el quirófano

MANUEL PEDREIRA

Lunes, 2 de abril 2012, 13:30

Enrique Morente sufrió una parada cardíaca durante la segunda operación a que fue sometido en la Clínica de la Luz y el protocolo para reanimarlo no fue el oportuno. Así se desprende del informe aportado por el abogado de la familia, Ignacio Gordillo, a la investigación que se sigue en el juzgado de instrucción número 52 de Madrid, donde el pasado viernes comparecieron los tres firmantes del documento para ratificar en su contenido.

Pedro Carda Abella, catedrático de Patología Quirúrgica de la Universidad de Alcalá de Henares; José Antonio Lavalle Echevarría, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo; y Jacobo Benatar Haserfaty, especialista en Anestesiología y Reanimación confirmaron en todos sus extremos un informe que siembra muchas dudas sobre la actuación del cirujano Enrique Moreno y del anestesista, Javier Rubio, dos de los imputados en la causa.

El informe es una de las pruebas aportadas por el citado letrado, exfiscal de la Audiencia Nacional y ahora en el despacho Martínez Echevarría, quien ha asumido recientemente la representación de la familia en el proceso. Entre las irregularidades detectadas por los peritos de parte, se apunta que el doctor Rubio administró lidocaína, un fármaco anestésico que está fuera del protocolo de reanimación cardiopulmonar desde el año 2005 «y que nunca se debe administrar a un paciente en fibrilación ventricular si se dispone de amiodarona».

Según el informe de los tres especialistas, se utilizó una medicación «que no es aceptable, incluso negativa para el paciente». Los peritos coinciden en que existen «graves incongruencias entre la hoja de quirófano y el informe del doctor Rubio» y que con lo relatado en su informe por el anestesista, «no se justifica que el paciente haya presentado una anoxia cerebral».

En otro punto del informe aportado el pasado mes de febrero y ratificado el viernes ante el juez instructor, los especialistas resaltan que la documentación clínica aportada «no justifica el motivo por el que el paciente está una hora en quirófano anestesiado sin que se inicie la cirugía».

Tampoco encuentran justificación a que «en un paciente que ha sufrido una fibrilación ventricular y en el que la única causa de sangrado fuera una arteriola que se ligó fácilmente según consta en el informe quirúrgico de la segunda intervención, se tardase en realizar el procedimiento dos horas».

Cáncer de esófago

Enrique Morente murió a mediados de diciembre de 2010 tras las complicaciones surgidas tras la intervención que trataba de corregir una operación previa con la que se pretendía tratar de un cáncer de esófago. Los tres expertos que firman el informe aportado por la familia subrayan que existían «otras alternativas» al tratamiento quirúrgico realizado por el doctor Moreno e incluso consideran más adecuado al estado que presentaba el paciente «un tratamiento de radioterapia y quimioterapia».

Morente no presentaba un estado de urgencia que obligara a intervenir de manera inmediata (entre la consulta inicial y la primera operación sólo transcurrieron cuatro días). «Se debió consultar con otros médicos como oncólogos y radioterapeutas» y respecto de la técnica quirúrgica, los peritos se inclinan por otra opción a la finalmente adoptada por Enrique Moreno «para poder visualizar y extirpar las adenopatías con menor riesgo de sangrado posterior, y minimizar el riesgo quirúrgico».

El informe aprueba el trabajo desarrollado en la UCI -la clínica despidió tiempo después al jefe de este departamento por cuestionar el trabajo del doctor Moreno- pero incide en la tardanza en operar al artista por segunda vez, más de tres horas desde que Morente sufrió un empeoramiento brusco de su estado. «No consta el diagnóstico de sospecha con el que se le reinterviene ni se entiende que no se realizara ningún estudio de imagen (ecografía) durante el tiempo que transcurre entre el empeoramiento y la subida al quirófano». También se recoge una «discordancia manifiesta de horario entre la hoja de enfermería de la UCI y la de anestesia».

En las conclusiones finales del informe, los expertos consideran insuficientes los hallazgos que el doctor Moreno dice encontrar en la reintervención «para justificar el cuadro clínico y la duración de la cirugía». Sobre el anestesista, entienden que se contravino el protocolo de reanimación «siendo de trascendental importancia» dado que fue la parada cardiaca la responsable de la anoxia cerebral que a la postre fue la «responsable del fallecimiento del paciente».

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