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PILOTO. José Luis Criado. /J. Y.
Sin mayoría de edad en el Dakar
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Sin mayoría de edad en el Dakar

El jienense José Luis Criado se queda sin su decimoctavo rally consecutivo por la suspensión En las diecisiete anteriores le ha pasado de todo, desde estar secuestrado a «sentir la muerte»

ALFREDO YBARRA

Sábado, 5 de enero 2008, 02:42

LA suspensión del Rally Lisboa-Dakar deja al jienense José Luis Criado Barragán, sin su decimoctavo Dakar, toda una heroicidad. Nacido en Andújar y ejerciendo actualmente de notario en Cataluña, este amante de la aventura es ya un veterano de la tremenda travesía del desierto. Respetado y querido por los participantes, es todo un padre que reparte consejos y ayudas y, aunque señala que esto que fue en principio una aventura, ha perdido algunos valores, aunque él lo siente, y por eso «sigue ahí, tragando tierra y sinsabores», como un éxtasis romántico donde se fraguan amistades y compañerismos que trascienden las estrellas del desierto.

No es un piloto profesional, pero su experiencia es impagable e imprescindible ya para el entorno de su equipo y el grupo de españoles. A Criado acuden técnicos, mecánicos, ingenieros, también pilotos, además de periodistas y mucha de toda esa fauna humana que se despliega en torno al gran acontecimiento anual de la aventura del motor, para pedir orientaciones, ideas, recursos para hacer más factible y cómoda la aventura del desierto y muchos trucos de intendencia, que de esto entiende el andujareño un rato, que por cierto recordaba para IDEAL sus años jóvenes donde en la sierra de Andújar organizaba travesías, entonces a pie, y competiciones donde era fundamental la orientación y la logística.

Este año Criado iba de nuevo junto a Jordi Juvanten y, metidos en los quince metros cuadrados del habitáculo de un camión bajo el auspicio del equipo Epsilon Repsol. Junto a ellos y a cargo de la navegación estaba previsto que estuviera otro catalán, Enric Gonzales, que ya tiene también diez Dakar a sus espaldas. Juvanten y y Criado llevan trece años compartiendo aventuras en el rally más duro del mundo. Antes, corrieron cuatro por separado hasta que decidieron unir empeños.

Para Juvanten y criado es un compañero ideal. «Yo es que me suelo llevar bien con la gente rara; estoy especializado en casos difíciles», dice riendo el andaluz y poniéndose un poco más serio explica que «muchas veces las circunstancias hacen que haya que templar los ánimos y los nervios, porque la convivencia es compleja, pero buscando lo bueno de los demás», asegura.

Catarsis

«Uno puede insuflar ánimo y rebajar las tensiones y sobrellevar los contratiempos como mejor se puede», explica. Ninguno de los dos es piloto profesional (el catalán es arquitecto técnico) y por ello no suelen estar en otras pruebas. Han disputado algunas carreras más como el Rally de los Faraones o la Baja España, pero sólo para preparar el Dakar, que es su única gran pasión. Hace ya años que su única incursión en el mundo de la competición se limita al Dakar. Criado dice que todo el año sueña con el Dakar que este es su gran hobbie y que después de estar todo el año entre papeles, metido en la formalidad de la notaría, el Dakar es un sueño poético que arrebata los sentidos, «es -explica- mi gran catarsis».

Con el Dakar uno no necesita psicólogos para sobrellevar la vida. El pasado año se les rompió la caja de cambio del camión el primer día que el Dakar entraba en Marruecos. Pero al margen de este contratiempo Juvanten y Criado pueden decir con orgullo que siempre han llegado al Lago Rosa. José Luis Criado Barragán, hijo del pintor nazarita (de Arjona, aunque muy joven se afincó en Andújar) Francisco Criado, muy querido y recordado en tierras jaeneras, cuenta y no para mil y una anécdota, de no comer decentemente y no dormir prácticamente en varios días haciendo reparaciones en las horas de descanso, material que se extravía o que por un arte raro desaparece, «hasta estuve secuestrado en una ocasión. En 1999, gran parte de la caravana permaneció asediada durante cinco horas por unos ladrones. También ha sentido la muerte cerca, pero de eso ahora no quiere hablar», concluye el piloto.

'Camioncillo'

Durante varios años tuvo que participar Criado con un camión «camioncillo -dice él» de segunda mano, pero que nos enseñó mucho y me cuajó en una madera especial, que ahora las dunas con el camión que llevamos «son pan comido», bromea. Ahora participan con un gran equipo y un camión MAN 650, y sueñan con volver a poder hacer algo grande. Su mejor clasificación ha sido un sexto puesto en la general, pero en la categoría T4 ya han ganado seis veces «y esta íbamos a por la séptima», aduce Criado con el optimismo que rebosa. Y finaliza señalando que le gustaba el terreno de este año, duro, con dificultades, porque ahí es donde se ve la valía humana y la fiabilidad del camión y el equipo que se lleva.

Al margen de los Roma, Sainz y toda la gran élite e pilotos, el Dakar, muestra esencias como la de este andujareño, todo un experto en humildades y en las grandezas de los románticos que hacen del camino y de la superación personal, su único joyel, sin más arrogancias.

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