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El linarense Curro Díaz acudió a Baeza muy predispuesto y cuajó una buena tarde. /ENRIQUE
Finito, Curro Díaz y El Fandi lo bordaron
TOROS

Finito, Curro Díaz y El Fandi lo bordaron

La última corrida de la Feria de Baeza cambió de rumbo con una tarde asistida de más público y de excelente juego en los toros de Julio de la Puerta 'Anegado' fue el toro al que se perdonó la vida y que resultó magnífico

ÁNGEL DEL ARCO

Lunes, 18 de agosto 2008, 12:40

La feria taurina de Baeza terminó a lo grande, con una corrida que llevó muchísimo público a los tendidos, ocupándose unos tres cuartos del aforo, lo que dio al espectáculo un colorido y una expectación de los que habían carecido anteriores espectáculos.

El público pareció intuir que sería el último día de la feria con El Fandi y que las cosas serían muy distintas. Y a fe que lo fueron, entre otras cosas, porque los toros de Julio de la Puerta, a excepción del primero y un poquito el cuarto, dieron el juego apetecido para que los toreros se sintieran a gusto y también el público, que disfrutó del señorío y la maestría de Finito de Córdoba, el gusto y la elegancia de Julio Díaz y el afán irrefrenable del Fandi, que otra vez puso la plaza boca abajo.

El quinto y el sexto toro fueron un dechado de calidad, con el mérito de indultarse el sexto, lo que fue el colofón, poco antes de que toreros y ganadero fueran paseados a hombros por el ruedo, saliendo así de la plaza.

Finito de Córdoba

Juan Serrano pasó casi de puntillas en los comienzos del festejo, con el primero de la tarde. El toro era paradito pero soso, lo que no animó en ningún momento al matador. Como no transmitió, también pareció aburrirse Finito, que tras dos pinchazos y un golpe de cruceta fue silenciado. Cambiaron las cosas en el cuarto, donde los lances, aunque sueltos, fueron buenos y después con la muleta compuso una faena de corte clásico que nos hizo recordar al Finito de Córdoba de los primeros tiempos, hilvanando series de muletazos, primero con la diestra y después con la zurda, donde el dominio, la estética y la elegancia que siempre han sido patrimonio de las tardes buenas de este coleta, hicieron torear al diestro con una suavidad y temple más que entrañables.

Magnífica faena la de Finito de Córdoba, que queda como una lección del maestro, y que remató de una buena estocada, siendo premiado con los dos apéndices auriculares.

Curro Díaz

Curro díaz, el torero comprovinciano de Linares, acudió a su cita baezana muy predispuesto a cuajar una tarde importante. Tuvo material para ello y el pellizco del linarense volvió a surgir, sobre todo en abundantes remates, tanto con pases de pecho, trincherillas molinetes y otros, que llenaron de buen sabor el ruedo de la plaza baezana, matando de espectacular estocada que le valió una oreja. Aunque todo esto se minimizó con un quinto sensacional, que hizo bueno aquello de 'No hay quinto malo' ,para cuajarle también una faena de torero con mucha calidad y, sobre todo, con sentimiento y mucho gusto.

Curro DÍaz está en el momento dulce de su carrera, resultando excelentes las series de muletazos, tanto por un pintón, como por el otro, lo que prueba la calidad de este torero de la tierra, para ser figura del toreo pues su series de muletazos fueron excelentes con un sentido artístico acusadísimo, lo que evidente que en potencia esta provincia puede tener un torero importante. La oreja del anterior y las dos del quinto fueron un premio que valora una gran actuación.

El Fandi

David Fandila' El Fandi' tiene en la provincia de Jaén un feudo en el que se siente a gusto y, sobre todo, querido y admirado, aunque es cierta su entrega y entusiasmo en contentar y complacer a los aficionados jienenses, que desde su época de becerrista empezó a experimentar la admiración que los aficionados siempre tuvieron con respecto a él. Muy variado y largo con el capote en las manos y, con las banderillas realmente espectacular, habiendo clamores en los tendidos, que se entregaron ante el espectáculo del Fandi con los garapullos en las manos donde por casi todo el mundo es considerado como el número uno.

La verdad es que fue un gran espectáculo, con el público puesto en pie y con ovaciones atronadoras, para después con la muleta, sobre todo en el sexto, cuajar una excelente faena, facilitando en perdón de Anegado, un toro que se ganó el derecho de padrear por los campos.

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