Cancelado el festival de cuentacuentos debido a la falta de apoyo institucional

Tras diez años de éxito y respaldo popular, el festival de cuentacuentos 'En Úbeda se cuenta.' dejará de celebrarse, por lo menos momentáneamente. Así lo ha anunciado la Asociación Malión, organizadora del evento, que se ha visto obligada a tomar esta determinación debido a la falta de apoyo institucional.

De esta forma, en torno a la noche de San Juan, no existirá undécima edición, ni se podrá disfrutar en diferentes espacios 'con encanto' de la localidad de las historias de los narradores venidos desde diversos puntos de la geografía nacional, ni se reunirán cientos de personas en torno a las distintas y variadas contadas enfocadas a todo tipo de público.

El principal escollo que ha encontrado este festival, totalmente afianzado y que ya era cita obligada para cientos de ubetenses y visitantes, ha sido la falta de recursos económicos y la ausencia de un respaldo decidido de las administraciones públicas, más concretamente el Ayuntamiento y la Diputación. Y no se trata de algo surgido este año debido a la crisis, sino que viene ocurriendo desde hace varias ediciones, en las que las ayudas se han ido recortando, retrasándose además los pagos. Así, tras los esfuerzos realizados por Malión en los últimos años, haciendo continuos recortes a la programación, en esta ocasión ha sido imposible cuadrar las cuentas y se ha optado por la suspensión.

No hay que olvidar que 'En Úbeda se cuenta.' es un festival totalmente gratuito para el público. Y de la misma forma, hay que destacar la predisposición de los narradores participantes, que últimamente continuaban regalando sus cuentos (nunca mejor dicho) casi por el mero hecho de darse el gustazo de reunirse en Úbeda y por el cariño que profesan a este encuentro que han visto nacer y crecer.

Así, de un tiempo a esta parte, la organización ha tenido que trabajar duro, de forma totalmente altruista y voluntaria, y ajustar al máximo los cálculos para, como mínimo, pagarles el viaje y la estancia, echando grandes dosis de imaginación y utilizando el apoyo incondicional de un puñado de pequeñas empresas. Y todo ello por no existir una apuesta decidida de las instituciones públicas en favor de un evento que, si bien no goza del respaldo suficiente en los despachos y en las partidas presupuestarias, sí tiene todo el apoyo popular.