Los ubetenses vivieron el día grande de su feria

Al caer en martes, el día de San Miguel se convirtió ayer en una jornada de disfrute casi exclusivo de los ubetenses, que se pudieron contar por centenares en la zona de casetas. Como suele ocurrir, esta fiesta local se vivió intensamente en el recinto ferial, desde por la mañana hasta bien entrada la madrugada. En ello influyó el hecho de que acompañara la climatología pues, aunque en algunos momentos hubo amenaza de lluvia, las temperaturas fueron más que agradables. Ni frío ni calor, como se suele decir.

El primer punto de encuentro estuvo en la zona de atracciones, donde cientos de padres permitieron a sus hijos montar en todo tipo de 'cacharros' si prometían portarse bien posteriormente cuando la diversión les tocara a ellos en las casetas. Éstas fueron el segundo lugar de reunión, mostrando en todos los casos las mesas completas de familias enteras y grupos de amigos que compartieron la comida. Y la novedad del entoldado de las aceras ante las casetas, hizo que mucha gente saliera a la calle a conversar e incluso a bailar, a la sombra y con una brisa muy agradable.

Cabe destacar el esfuerzo realizado por los caseteros, en su mayoría cofradías de Semana Santa, para decorar sus módulos. Y ello pese a que se les entregaron con muy pocos días de antelación, con lo que los trabajos se hicieron a contrarreloj y gracias a la colaboración de muchos voluntarios.

Llamó la atención la caseta de la cofradía de la Sentencia, que todos los años suele trasladar al interior de sus módulos el ambiente de otros lugares. Ya lo hicieron en una edición anterior recreando la plaza de toros de Úbeda. Y este año se han aventurado copiando el campamento que los Jóvenes de Acción Católica desarrollan en la playa gaditana de La Barrosa.

La decisión la tomaron estos cofrades por varios motivos. En primer lugar porque muchos de ellos mantienen una estrecha relación con el campamento. Y en segundo, porque este año se conmemora el 50 aniversario de esta actividad veraniega para jóvenes. Así, dentro de la caseta se pueden ver todos los rincones del campamento, desde la capilla hasta la zona de tiendas de campaña. Incluso está el monumento en homenaje a Antonio Gutiérrez 'el Viejo', Manolo Molina y Antonio Cruz, y no falta en la portada el clásico mástil con las banderas que todos los veranos ondean en La Barrosa.

Esta caseta es firme candidata a obtener uno de los premios que otorga Cruzcampo a las mejores.

En el buen ambiente casetero, la sobremesa se alargó con la tarde, y la tarde con la noche, pues no hubo tregua. Y en las mismas casetas pasaron, sin darse cuenta, de servir copas a servir cenas. Y así, volvieron a estar rebosantes las atracciones, iluminadas ya por miles de bombillas, y la fiesta siguió, y siguió, aunque ya de madrugada se notó que el día siguiente, hoy miércoles, es laborable.