Santisteban del Puerto arropa a la Virgen en su Coronación Canónica

El pueblo entero se echó a la calle. En Santisteban del Puerto nadie quería perderse el momento histórico en el que la Virgen del Collado recibía el beneficio episcopal de su Coronación Canónica y Pontificia. Entre calles con arcos triunfales, improvisados altares en las puertas de las casas y toda la zona del recorrido cubierta de verde alfombra de juncia, romero, tomillo, cantueso y otras plantas olorosas, la imagen de la Virgen, salía de su ermita del Ejido y alcanzaba el altar instalado en la confluencia de la Avenida de Andalucía con la calle Sagasta.

En el altar, inmenso al punto de que al obispo le recordó el de Valencia que acogió la reciente visita papal, monseñor Ramón del Hoyo presidió una densa misa de casi dos horas acompañado por el administrador diocesano y prelado doméstico del Papa, Rafael Higueras, natural de Santisteban del Puerto. Les auxiliaban el párroco Luis María Salazar y una treintena de sacerdotes de toda la provincia. En la misa cantó el coro local y en su homilía el obispo destacó el esfuerzo no sólo porque la Virgen tuviera una corona con los mejores metales, sino también la solidaridad del pueblo a través de los donativos ofertados para la obra de los 'sin techo' o para llevar el agua a las aldeas más pobres de Bolivia. El las calles adyacentes miles de personas seguían el acto litúrgico acomodados en las sillas instaladas por la Cofradía, bajo un sol de justicia y con la ayuda de una megafonía perfecta.

Procesión

Al finalizar la misa, la Virgen regresó en procesión a su santuario de Santa María. Acompañaban autoridades y la Agrupación Musical Santa Cecilia, que en ningún momento cesaba de tocar los himnos a la Patrona: 'Virgen del Collado coronada', 'Encarnación coronada' e 'Himno a la Virgen del Collado'. Entre los acompañantes destacaba la presencia de centenares de mujeres con mantilla. Después el pueblo se congregó en el jardín Municipal para degustar un ágape fraterno. Todos se congratulaba de la perfecta organización del evento. En ello habían colaborado Cruz Roja, Protección civil y un amplio grupo de azafatas y voluntarios.

Casi 800 años después

Actualizar la tradición

La coronación ha servido para actualizar una tradición que asegura como un 26 de abril de 1232, el labrador Esteban Solís, mientras araba el escaso pedazo de tierra que poseía en un pequeño collado no muy lejos del pueblo, encontró una campana cuyo interior cobijaba una imagen. Se trataba de una talla en madera oscura, de color aceitunado, estilo bizantino, con corona y el Niño sobre las rodillas. Se la llamó primero Virgen de la Campana y luego, por el lugar en que se halló, Virgen del Collado.

La imagen fue destruida en la noche del 12 de Agosto de 1936. Al término de la Guerra, y tras una colecta popular, una nueva talla le fue encargada al escultor Jacinto Higueras Fuentes. El 26 de Abril de 1940 la imagen que ahora acaba de ser coronada, morena como la anterior, pero con los rasgos de la cara dulcificados, alcanzaba Santisteban después de salir del taller que el artista tenía en Madrid.