Tres años de prisión por pasar tranquilizantes a la cárcel metidos en el ano

La titular del juzgado de lo Penal número tres de Jaén ha condenado a un interno de la prisión provincial de Jaén a una pena de tres años y un día y al pago de una multa de 200 euros por introducir pastillas que luego iban a ser consumidas por otros internos de la cárcel. La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, establece como hechos probados que el 8 de noviembre de 2005 Francisco C.H., que se encuentra interno en el centro penitenciario de Jaén por otros motivos, introdujo 46 pastillas de Alprazolam en la prisión tras disfrutar de un permiso vis a vis con sus padres.

Los funcionarios sospecharon de que hubiese aprovechado el contacto para coger drogas, y lo siguieron. Un funcionario declaró que no era la primera vez que se le han intervenido drogas después de una comunicación con su familia. El acusado fue sorprendido en su celda en cuclillas sacándose un paquete del ano -era un preservativo con las pastillas dentro- que echó en un cubo de ropa sucia y agua, con un peso neto de 11,79 gramos y un valor de mercado de 100 euros. Unas pastillas que «iba a destinar para favorecer su ilícito consumo entre las personas internas en dicho centro penitenciario». De esta forma, se considera al acusado autor «penalmente responsable de un delito contra la salud pública».

Francisco alegó que las pastillas eran para su propio consumo, pues dijo que es adicto a estas pastillas desde hacía 25 años y que necesita una cantidad de entre siete y diez diarias. Sin embargo la magistrada no considera creíble su versión y sí que la cantidad intervenida es «significativa» como para condenarlo y prisión y a 200 euros de multa.