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M. Á. C. Y EUROPA PRESS
Jaén
Miércoles, 16 de agosto 2017, 00:28
Hay quien pinta un futuro apocalíptico y quien niega el cambio climático (o al menos que detrás esté la mano del hombre). El caso es que más allá de la mala jugada de la memoria que nos hace 'olvidar' el calor que pasamos el verano ... pasado cuando padecemos este y de que los aparatos de medición sean cada vez más precisos, parece claro según los expertos y meteorólogos que cada vez hace más calor en todo el planeta. En el caso de Jaén ha sido el julio más caluroso de la historia desde que hay estaciones de medición y las olas de calor extremo, uno de los fenómenos asociados al cambio climático, se han convertido en algo habitual en época estival. La provincia se encuentra entre las primeras del país en su número y duración, y este esta a su vez lo está de los países de todo el mundo que más sufren este fenómeno. Un horno a nivel mundial durante una semana o más cada verano.
La provincia jienense lleva medio verano en alerta sanitaria por calor. Desde que Salud puso en marcha su Plan de Prevención el 1 de junio y hasta esta pasada semana ha tenido que activar la alerta en Jaén 35 veces y ha atendido a 86 personas por las altas temperaturas, con 36 atenciones de urgencias por golpes de calor. Jaén ha padecido por el momento dos olas de calor extremo, llegado a situarse en alerta roja, con temperaturas que han sobrepasado los 46 grados centígrados y con mínimas de más de 30, superando ampliamente el umbral del sueño, la temperatura a partir de la cual cuesta conciliarlo a la mayoría de las personas. Una situación que tiene consecuencias para la salud y que incluso cuestan vidas en aquellos casos en que de por sí es delicada.
Así lo señala un estudio del instituto de Salud Carlos III, que destaca que en Jaén fallecieron a consecuencia de las diferentes olas de calor que sofocaron a la provincia en una década 268 personas. Es decir, 27 vidas al año en Jaén. A nivel nacional, 13.333 en total.
España es uno de los países del mundo donde más olas de calor se registran al cabo del año, según un estudio internacional que advierte de que este fenómeno meteorológico aumenta el riesgo de morir entre un 10 y un 20 por ciento esos días, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo participante en este trabajo científico.
El análisis contempla datos de entre 1972 y 2012 de 400 ciudades de 18 países de todo el mundo y entre estas, de 51 capitales de provincia españolas -todas menos Palencia, por un problema con su estación meteorológica- y vincula la relación entre las olas de calor y la mortalidad, al concluir que el riesgo para la salud es mayor cuanto más altas son las temperaturas, pero no afecta la duración de estos periodos.
En el caso de la provincia de Jaén en dos décadas son 17 las olas de calor de dos días registradas, 14 de tres y 11 de cuatro o más días, en los que se ha superado como mínimo los 29,4 grados centígrados. Prácticamente una semana cada año con temperaturas que afectan a la salud de manera importante.
Según explica el investigador del CSIC Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua Aurelio Tobías, las personas que viven en climas moderados son más sensibles a las olas de calor que las que habitan en climas más extremos o cálidos, de forma que en España.
Cuanto más alta es la temperatura el riesgo de fallecer o de resultar afectado es mayor y que el máximo riesgo de morir se produce el primer o primeros días. Según ha añadido este verano España ha vivido ya varias olas de calor en las que se han superado los registros históricos de temperaturas máximas, de acuerdo con los resultados, que se publican este jueves en la revista Environmental Health Perspectives.
En el estudio queda de manifiesto que no hay una definición consensuada a nivel internacional de lo que es una ola de calor, aunque desde el punto de vista de la salud, se defina como el día en el que se supera una temperatura por encima de un umbral determinado.
En el marco del programa internacional Multi-city and Country Collaborative Research Network, liderado por la London School of Hygiene & Tropical Medicine, este trabajo utiliza por primera vez una metodología común para evaluar los efectos de estos periodos en la mortalidad.
Entre las conclusiones, se señala que cuanto más alta es la temperatura también es mayor el riesgo para la salud y que el riesgo es similar cuando se experimentan altas temperaturas durante varios días o si se trata sólo de una jornada. Tobías ha apuntado también que los efectos sobre la salud pueden mantenerse hasta tres o cuatro días después de las temperaturas altas.
«También hemos comprobado que aquellas personas que viven en zonas relativamente frías o cálidas son más sensibles a las olas de calor que quienes vienen en regiones más extremas. Esto sugiere que hay cierta aclimatación a los extremos térmicos», precisó.
En este contexto, la investigación permite conocer información útil para una mejor adaptación a los periodos de altas temperaturas e incluso desarrollar estrategias migratorias, teniendo en cuenta las proyecciones futuras de los efectos del cambio climático.
El objetivo del estudio era dar un paso más porque hay diversos estudios previos realizados en distintos países, sobre todo desde la ola de calor de 2003 que han tratado de observar el impacto sobre la población, pero que utilizaban diferentes definiciones.
«A mayor duración, mayor riesgo e incidencia, puesto que conforme el percentil va aumentando, también van aumentando los efectos de la ola de calor», subraya el investigador, que ha indicado que los efectos más altos se registran en 2,5 por ciento de los días más calurosos que en el 10 por ciento de los días más calurosos y que los efectos «más grandes» de la ola de calor se observan el primer día y, a partir de ahí, van disminuyendo en tres, cuatro o cinco días.
Respecto a los principales efectos, la mortalidad por ola de calor aumenta entre un 10 y un 20 por ciento en días de ola de calor en comparación con días sin ola de calor del mismo verano. «Hasta ahora se había analizado con ciudades solo españolas, pero este estudio observa 400 ciudades y concluye que los efectos del calor son persistentes en todos los países», aseveró.
El trabajo incluye datos de 400 ciudades de Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, España, Irán, Irlanda e Irlanda del norte, Italia, Japón, Moldavia, Filipinas, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Reino Unido, Estados Unidos y Vietnam.
De todos estos países, el número de olas de calor es «bastante similar» pero que España está «en la parte alta de la tabla», con unas tres olas de calor al año frente a una media de una ola de calor por país al año. El país con más olas de calor al año es Moldavia, con seis.
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