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MÓNICA LOPERA
Viernes, 23 de abril 2010, 03:54
Como relata su propia hija, a Constantino Unghetti le nacieron los dientes entre la madera que su padre, un prestigioso ebanista de Castellar, trabajaba. Por eso no es de extrañar que vinculara su carrera profesional, prácticamente desde niño, a tallar y a dar forma a lo que después se convertirían en obras de arte, algunas, muchas de ellas, enormemente admiradas y reconocidas por el público.
Hoy, con 87 años y miles de obras a sus espaldas, nadie le puede discutir su talento, sólo recrearse con él. Y una buena oportunidad para hacerlo la tienen los jienenses desde ayer en el Palacio de Villardompardo, lugar que acoge la exposición antológica titulada 'Constantino Unghetti: Presencia e Identidad Escultórica', compuesta por más de veinte obras de este escultor y restaurador nacido en Castellar.
Tal y como explicaba ayer su hija, Mari Paz Unghetti, que al mismo tiempo es la comisaria de la muestra, «la exposición se divide en varias partes con la intención de abarcar, si no toda, casi toda su creación». Así, por ejemplo hay una zona de paneles con información de obras monumentales que, por su tamaño, no pueden exponerse en esta sala; otra con maquetas y bocetos que han servido para realizar esas grandes obras; modelos de escayola; obras de pequeño formato, como algunas vírgenes; vitrinas con herramientas y dibujos; bibliografía y recortes de prensa, además de dos catálogos de cuando Constantino Unghetti comenzó a realizar sus trabajos.
Sin duda, una completa muestra que se completa con la que es quizás su obra más emblemática: el Cristo Yacente de San Ildefonso, que podrá verse en esta exposición hasta el 30 de mayo y que también incluye paneles explicativos de cómo se llevó a cabo su creación. Y aún así, asegura Mari Paz Unghetti, faltan cosas, «como algunos relieves, la Virgen de la Paz o esculturas de José Antonio Primo de Rivera y de Franco, que ya han desaparecido de donde estaban».
La idea de realizar este inmenso recopilatorio, explicaba ayer la hija del escultor, surgió de la presidenta de la Asociación Amigos de los Iberos, Pilar Palazón, que creyó importante reconocer la trayectoria de este artista jienense, que no sólo es conocido por sus esculturas. También fue jefe de excavaciones arqueológicas del Museo Provincial de Jaén, jugando un papel destacado, por ejemplo, en las excavaciones de Obulco, ya que tuvo el honor de encontrar la 'cabeza del guerrero' de Porcuna. También ha sido consejero del Instituto de Estudios Jienenses y director del Museo de Artes y Costumbres Populares.
Se prolonga la estirpe
Una extensa trayectoria que, como le ocurrió a él mismo con su progenitor, también ha marcado a su hija, que estudió Historia del Arte y Bellas Artes y que, aunque hoy se dedica a la enseñanza en la Escuela de Arte de Málaga, también sintió desde muy joven la inquietud por crear y seguir los pasos de su padre. «No con la magnitud de él, por supuesto, que para mí es admirable», manifestaba ayer Mari Paz Unghetti, que no quería robarle ni un ápice de protagonismo a su padre, que, a pesar de residir actualmente en Málaga por motivos familiares, se sigue sintiendo castellariego y jienense. Está muy satisfecho de que haya sido en su tierra donde se ha organizado un homenaje tan importante a toda su creación artística.
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