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Edición
SANTIAGO CAMPOS
Lunes, 13 de agosto 2012, 04:10
Nadie se pensaba que la imprenta podría volver a la fortaleza de la Mota, pero el alcalaíno Francisco de Paula Martínez lo ha conseguido. Y en un acto celebrado la noche del pasado viernes, volvieron a ponerse en marcha los diversos elementos de la impresión. Sobre todo, el público pudo hacer una impresión manual, gracias al traslado de la antigua Minerva Boston de la imprenta alcalaína Gráficas Marvel.
El acto se inició con la presentación del libro 'Typographica'. La historia del arte de imprimir, del escritor e impresor artesanal alcalaíno Francisco de Paula Martinez. Con él intervinieron Manuel García, editor; Manuel Vela, artista plástico; Domingo Murcia, cronista oficial e historiador y el propio autor del libro.
Manuel Vela dijo palabras con sentimiento porque presentaba el libro de su hermano, y narró que la imprenta de su padre estaba instalada en su misma casa.
El editor Manuel García trajo el discernimiento de que los libros en papel no van a desaparecer y se mostró como un entusiasta de libro antiguo, dedicando su tiempo a ello y a editar y comprar ejemplares con solera. Asimismo, manifestó que Gutenberg no era un nostálgico de la imprenta, sino que se dedicó a ganar dinero con este invento.
Cronista
Domingo Murcia, como hijo de impresor, narró el ambiente de las imprentas en los años 60, manifestando que eran como una rebotica y que allí se reunían, al menos en la de su padre, muchas personas que realizaban tertulias culturales.
Por último, Francisco de Paula Martínez, fue breve y trajo a colación que la imprenta pudo nacer en Corea, al menos 80 años antes que el invento de Gutenberg. No obstante, añadió que sus estudios pueden cambiar y cualquier día puede salir una investigación que rebata esta teoría.
Por otro lado, se incidió en el lugar en el que se estaba presentando el libro, en el sentido de que a pocos metros de allí, se habían hecho libros durante principios del siglo XVIII, a través de la imprenta de su ilustrísima, el Abad de la Mota. Por ello, se hizo una pequeña representación de que como se había realizado el primer libro que se imprimió en la Mota, con una conversación entre el Abad Diego Castell y Ros de Medrano y el impresor granadino Francisco de Ochoa.
Al terminar la presentación de libro, las personas que quisieron pudieron imprimir una pequeña página con la antigua máquina Minerva Boston, mientras se servía un ponche por la taberna de 'Pepillo del Aguardentero' con productos alcalaínos.
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