Más de 200 personas acuden a por una cena caliente a San Agustín

Desbordados. Así se sienten en las ONG y organizaciones sin ánimo de lucro de Linares que trabajan para paliar, en la medida de lo posible, las demandas de las familias más necesitadas. Un buen ejemplo es Cáritas Interparroquial. La crisis económica ha disparado el número de usuarios en la ONG el último año y ejemplo de ello es la cantidad de personas que acuden al improvisado comedor de la Parroquia de San Agustín que cada noche sirve la cena a cientos de personas. Desde Cáritas afirman que si bien, hace un año al comedor social acudían mayoritariamente los 'sin techo' e inmigrantes, este año lo hacen familias linarenses que se han visto sacudidas por la crisis y el desempleo.

Por cifras, son 219 las personas inscritas en un registro que lleva Cáritas para el servicio de cenas, de los que 125 son mayores de 14 años, y el resto, casi cien, son niños. «No nos ha quedado más remedio que hacer turnos semanales ente las familias porque aquí no podemos hacer más de 100 cenas al día y la demanda es de doble», comentó la presidenta de Cáritas en Linares, Mari Carmen Fernández.

El problema radica en el espacio del que disponen ya que el párroco les cedió hace unos años una pequeña habitación para que instalasen una cocina y el salón del que disponen no tiene capacidad para albergar a tantas personas. «A muchos de ellos les damos fiambreras con la comida en función del número de miembros de la familia porque no tenemos espacio y también porque, en ocasiones, les da vergüenza comer aquí o que les vean», explicó Fernández. Y es que todo está pensado. Para una familia de dos personas se les da un kilo de comida, aproximadamente, y también se les entrega si tienen niños pan, leche y otros dulces para garantizar los desayunos de los más pequeños. «Es de destacar la solidaridad de la linarenses porque si bien no recibimos muchos donativos y lo entendemos por la situación de muchas familias, sí que no nos faltan alimentos», dijo la presidenta.

La generosidad de los ciudadanos también se nota en la entrega de prendas para el ropero que tienen en su sede. Según Cáritas, lo que más les solicitan es ropa para niños con edades comprendidas entre los 5 y 7 años, y el control de las prendas que se entregan también es minucioso. Otros de los gastos que sufraga Cáritas son las facturas de la luz que les presentan las familias sin recursos y que también han experimentado un crecimiento tanto por su precio como por el número de solicitudes para hacer frente a este necesario pago.

Por último, en Cáritas también se encuentran preparando el Día de las Personas Sin Techo que se celebrará el último domingo de este mes con una cena especial en los salones habilitados para la ocasión en la Parroquia de San Agustín y se entregará comida a los que se queden sin sitio.