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ALEJANDRO MOLINA
Viernes, 6 de marzo 2015, 01:23
Es la primera pista negra que se conoce al llegar a Sierra Nevada. No hay nadie que se haya se puesto por primera vez unos esquís en la estación y no se haya fijado en esa imponente pista. Flanqueada por el Radiotelescopio, es imposible no dirigir la mirada hacia ella, como si de un imán se tratase.
El primer día de cualquier esquiador o snowboarder es una mezcla de sensaciones agridulces. Deslizarse unos metros, caerse, hacer la cuña y pensar 'esto no es para mí'. Poco a poco comenzamos a tomar el control y adivinamos todo lo bueno que está por llegar. De reojo vemos incrédulos que hay esquiadores que bajan por la Visera.
Todas las estaciones de esquí tienen sus iconos y la Visera es uno de los más reconocibles de Sierra Nevada. Tiene una longitud inclinada de 225 metros y una pendiente media de 56,5 por ciento con puntos que alcanzan el 63,7. Es una pared. Se llama así porque solía formarse una cornisa de nieve o visera en la parte superior que terminaba cayendo sobre el tremendo muro. Eran los tiempos en los que los pioneros del esquí artístico bajaban por ella una y otra vez para hacer a golpe de derrapada cada uno de los baches necesarios para esta disciplina. «Era el freestyle antiguo, donde se formaban baches asimétricos porque no se hacían con máquinas, como sucede hoy», explica Alfredo Naranjo, uno de los que mejor conoce la Visera.
Considera que se trata de una pista importante a nivel internacional «casi extrema y con características muy especiales no sólo por la inclinación sino por el tipo de nieve tan especial que hay en Sierra Nevada». Y es que en esta estación, la nieve polvo no se prodiga demasiado. La cercanía al mar y los bruscos cambios de temperatura hacen que la nieve cambie, y eso en la Visera es una factor de dificultad añadido.
Es imposible escribir un reportaje sobre la Visera y no hablar de Alfredo Naranjo ni mencionar a su principal alumna, Reyes Santa Olalla. De hecho, cuando se le pregunta a Alfredo por un recuerdo vivido en la Visera, responde rápidamente: «La retirada de Reyes Santa Olalla el año pasado en esta pista». Naranjo recuerda las veces que su pupila compitió allí. «Se quedó a las puertas de ir a unos Juegos Olímpicos. Es un recuerdo agridulce», comenta.
De nivel mundial
Reyes es tajante cuando habla de esta bajada. «Si quieres hacer baches tienes que ir a la Visera. Ha dado el salto para estar en Copa del Mundo y se ha convertido en una de las más valoradas. Creo que a nivel mundial es de las más complicadas junto con las de Inawashiro y Calgary», explica la ya retirada campeona de España de la especialidad.
Para otros como el técnico Juan Carlos Martín, del club Alea Sport, esta es una pista muy exigente para los que se quieren iniciar en baches. «Es muy técnica, te coloca en tu sitio. Es muy buena cuando ya tienes un nivel alto, por eso creo que haría falta otro trazado de baches más suave para la iniciación», explica.
Pero ojo, la Visera no siempre mostró su aspecto actual, con baches construidos a base de máquinas. Hoy día la pisapistas sube y baja colgada de un cable. Primero hace los saltos y luego va acumulando nieve que, más tarde irá moviendo hasta hacer cada uno de lo 'moguls', que es como se llama a los baches en inglés. Luego viene la fase de derrapaje hasta que se quedan regulares. No obstante, no todo el mundo es partidario de que se construyan los moguls de ese modo. Pepe Cuesta, uno de los esquiadores que mejor conoce la Visera, explica que hoy día los trazados de baches se hacen de manera 'standard'. Siempre iguales. «Creo que antiguamente había más nivel que ahora, se hacían de manera natural, a base de esquiar. No eran simétricos, y por tanto, mucho más exigentes», comenta Cuesta.
Incluso subir era más complicado hace unos años, cuando existía un telesquí que daba auténtico vértigo. Hace pocas temporadas se quitó la 'percha' y se instaló el telesilla Emilio Reyes, gracias al cual la pista es más ancha y las rotaciones para el esquiador son más rápidas y cómodas.
La Visera también está siendo un magnífico lugar para la formación de jueces de freestyle. Ya el año pasado tuvo lugar allí el primer curso de jueces de baches y el próximo fin de semana volverá a repetir en un curso organizado por la Federación Andaluza de Deportes de Invierno. Será con motivo de las dos competiciones que los clubes Monachil y Caja Rural organicen el sábado y el domingo. A nadie dejan indiferente los descensos de los competidores en la Visera. Si todavía no está preparado para bajar por ella, seguro que podrá disfrutar de los saltos de los esquiadores mientras espera a que llegue el ansiado día en el que poder decir 'yo he bajado la Visera'.
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