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La genial historia del anciano español que está construyendo una catedral sin ayuda

La genial historia del anciano español que está construyendo una catedral sin ayuda

Ladrillos rotos, botellas, bidones, ruedas de bicicleta, botes rellenos de hormigón y otros muchos deshechos son los materiales que Justo utiliza para construir su gran obra

ideal.es

Lunes, 22 de agosto 2016, 12:48

Justo Gallego es un hombre de 90 años que decidió construir él solo una catedral con materiales reciclados y sin conocimientos de arquitectura. Aunque pueda parecer una locura, este anciano lleva más de 40 años llevando a cabo su estrambótico propósito y ya ha conseguido levantar prácticamente la totalidad de la catedral.

Ladrillos rotos, botellas, bidones, ruedas de bicicleta, botes rellenos de hormigón y otros muchos deshechos son los materiales que Justo utiliza para construir su gran obra, en cuyo interior ha colgado un cartel en el que relata su historia. Todo está en mi cabeza. No soy arquitecto, ni albañil, ni tengo ninguna formación relacionada con la construcción. Mi educación más básica quedó interrumpida al estallar la Guerra Civil. Inspirándome en distintos libros sobre catedrales, castillos y edificios significativos fui alumbrando el mío propio, dice un fragmento de su relato.

Hace algunos años la marca de refrescos Aquarius realizó un spot publicitario con la historia de Justo Gallego como hilo conductor. Fue entonces cuando la catedral, ubicada en la localidad madrileña de Mejorada del Campo, saltó a la fama internacional. Y tanta fue la repercusión que hasta el MoMA de Nueva York incluyó el proyecto de la construcción de Justo entre sus exposiciones.

Nada más toparse con la catedral, los visitantes encuentran un edificio colorido con su interior abovedado al fresco. Las vidrieras, pintadas por el propio anciano, dejan traspasar los rayos del sol, provocando cierta sensación mística a quien pone un pie en su interior. Las escalinatas están decoradas con azulejos, columnas y arcos, escaleras de caracol y escenas bíblicas pintadas en sus muros. Todo perfectamente construido.

No obstante, las medidas de seguridad brillan por su ausencia. La inquietud también invade a los visitantes cuando entran dentro de la catedral, puesto que no hay nada que les garantice que la construcción no se vaya a venir abajo.

En una entrevista, Justo Gallego cuenta cómo a diario periodistas y autobuses llenos de gente llegan a Mejorada para contemplar su obra, aún por terminar, algo que le agobia considerablemente, según sus propias palabras.

Aunque todo el mundo se refiere a ella como una catedral, lo cierto es que todavía no está consagrada ni pertenece a ninguna diócesis. Tampoco tiene licencia de obra, ni proyecto visado por el Colegio de Arquitectos. Hace tres años, el Obispado de Alcalá de Henares aseguró que la catedral de Justo estaba en fase de estudio y que existía la intención de crear una fundación para poder conservar el edificio.

El Ayuntamiento de Mejorada del Campo, por su parte, no ha aportado absolutamente nada al proyecto y ni siquiera ha señalizado la construcción para que se acerquen los visitantes.

En cuanto a la posibilidad de que Justo pueda terminar la construcción, el anciano tiene serias dudas. Estoy ya muy mal, tengo ya 91 años. Yo haré lo que pueda. Hay familiares y vecinos que lo van a continuar, asegura prácticamente convencido de que nunca verá su obra terminada.

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