![Los sorprendentes beneficios de la dieta de hace 1.000.000 de años](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201708/30/media/cortadas/recolector-klj-U40670473711RCB-624x385@Ideal.jpg)
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ideal.es
Jueves, 31 de agosto 2017, 00:20
¿Se imaginan comiendo tres días a la misma dieta que una tribu africana que vive como en el Paleolítico? Pues tiene muchos más beneficios de los que piensan. Así lo ha demostrado el profesor de Epidemiología Genética en Londres, Tim Spector, que cuenta en El País su curiosa experiencia.
Este científico ha demostrado que cuanto más rica y diversa sea la comunidad de microbios que alberga el intestino menor será la posibilidad de enfermar. En este sentido, la microbiota intestinal es una comunidad de trillones de bacterias que tiene una gran influencia en el metabolismo, el sistema inmunológico y el estado de ánimo. Estas bacterias y hongos habitan en cada rincón del tracto gastrointestinal, con la mayor parte -de 1 a 2 kilos- repartidas en el colon.
Spector quiso estudiar en Tanzania la dieta de la tribu Hadza, que posee una de las microbiotas más ricas del mundo. Por tanto, se alimentó como un cazador-recolector durante tres días, y midió las diferencias de los microbios de sus intestinos antes, durante y después del experimento.
Los Hadza buscan las mismas plantas y cazan los mismos animales que los humanos de hace millones de años. El primer desayuno consistió en frutos de baobab, que contiene gran cantidad de vitaminas, grasas -en las semillas-, y una cantidad importante de fibra.
Luego comió bayas salvajes de los distintos árboles que rodeaban el campamento, algunas de las cuales contienen 20 veces más cantidad de fibra y polifenoles que las cultivadas.
Al mediodía ingirió tubérculos desenterrados por las mujeres de la tribu con un palo afilado y asados en el fuego. Unas horas más tarde salieron a cazar un puercoespín y se hicieron con dos ejemplares de 20 kilos cada uno. Acto seguido se comieron el corazón, los pulmones y el hígado del animal. Durante los días siguientes abundó como plato principal los damanes, un animal similar al conejillo de Indias de unos 4 kilos.
Ya en Londres, Spector envió a analizar sus muestras de heces. Los resultados mostraron claras diferencias entre las muestras iniciales y las finales. La diversidad de microorganismos aumentó en un 20% tras este viaje.
No obstante, tras unos pocos días en la civilización, los niveles volvieron rápido a los valores iniciales. «Aunque tu dieta y tu salud gastrointestinal sean buenas, jamás lo serán tanto como la de nuestros antecesores. Todos deberíamos hacer un esfuerzo por mejorar nuestra salud intestinal y volver a una dieta y estilo de vida más salvajes. Probablemente necesitemos ser más aventureros en nuestra cocina y reconectar con la naturaleza», concluye el investigador.
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