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El edificio de la Comandancia escupió humo durante una media hora hasta que efectivos del cuerpo de Bomberos lograron controlar la situación.
La Guardia Civil impondrá la Cruz de Plata al tedax fallecido

La Guardia Civil impondrá la Cruz de Plata al tedax fallecido

El director del Instituto Armado, Arsenio Fernández de Mesa, ha señalado en el lugar de los hechos que la investigación sobre la muerte del agente, natural de Granada y padre de una niña de 11 años, sigue abierta y aún no se pueden determinar las causas

Javier García Martín

Jueves, 16 de julio 2015, 01:08

Sonó como lo que era: una enorme explosión a la hora de comer. Unos minutos antes de las 15 horas de ayer, decenas de cabezas se asomaron por las ventanas de los grandes bloques de edificios de la calle Soldado Español y miraron hacia la Comandancia de la Guardia Civil. De la parte más baja del inmueble comenzaba a salir una oscura columna de humo, el indicador más evidente de que algo inusual estaba ocurriendo, algo tan inusual y tan alarmante como la muerte de un guardia civil. Almería y el Instituto Armado iniciaban así una tarde luto tras la pérdida de Emiliano Francisco Quintana, miembro del Grupo de Técnicos Especialista en Desactivación de Explosivos (Tedax). El trabajador, de 50 años, casado y padre de una chica, contaba con tres décadas de experiencia en el cuerpo, diez de esos años destinado en la provincia. Sobre lo ocurrido, todavía quedan muchas páginas por escribir.

De hecho, el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, señaló ayer a la prensa en la puerta de la Comandancia que dos equipos de especialistas se desplazaban desde Madrid en ese momento para supervisar los hechos. La hipótesis del atentado, eso sí, fue rotundamente descartada desde el principio.

«Ha habido una explosión con un resultado de muerte de uno de los Tedax que estaba manejando material del cuerpo», explicó el subdelegado. Según el relato de los acontecimientos, Quintana estaba solo en el momento de la deflagración dentro de un furgón de los Tedax aparcado en el garaje de las instalaciones, en una zona próxima a la cantina, de ahí que las primeras especulaciones situaran en el ámbito de lo doméstico el incidente y atribuyeran la deflagración a una bombona de butano o, posteriormente, un tanque de combustible.

Por razones que aún se desconocen, el material contenido en ese vehículo, dotado de elementos explosivos empleados en el trabajo de estos especialistas, ocasionó una explosión que se llevó por delante la vida del agente. García Lorca reiteró que el manipulado de estos objetos «es una de las funciones» habituales de los Tedax, encargados de su revisión.

Desde Madrid, en la sede del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, avanzó que el mortal suceso se debió a «un accidente». Según el máximo responsable, la explosión se habría producido mientras «estaban haciendo labores de limpieza o alguna cosa parecida y manipulando una furgoneta que estaba en el garaje». «No puedo ser más preciso, pero ha muerto en un accidente, por desgracia», sentenció.

Las primeras pesquisas comenzaron ayer después de que las autoridades judiciales decretaran el levantamiento del cadáver y fuera trasladado a las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Almería para la realización de una autopsia. Por el momento, además, se sabe que la investigación va a recaer sobre el Juzgado de Instrucción 4, en funciones de guardia.

Nuevos detalles

Hoy, se espera la comparecencia del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, y del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, que se trasladaron ayer desde Huelva y Madrid respectivamente a la capital almeriense para presentar sus condolencias a la familia del Tedax muerto.

En este sentido, se espera que a primera hora se conozcan nuevos detalles sobre la investigación y los acontecimientos alrededor de este suceso después de que durante las primeras horas hubiera una gran controversia sobre la existencia misma o no de víctimas.

En mitad del embrollo, dos dotaciones con doce efectivos de Bomberos y dos camiones, así como efectivos sanitarios del 061 y miembros de la Policía Local y Nacional se desplazaron hasta el lugar para controlar la situación y llamar a la calma a la población. Los efectivos antiincendios lograron sofocar la humareda una media hora después de la deflagración y terminaron por abandonar el recinto de la benemérita a las 16 horas, poco antes de que hicieran lo propio los efectivos sanitarios.

El tráfico alrededor de la Comandancia, en la plaza Manuel Fraga Iribarne, frente a la estación Intermodal, de hecho, no se interrumpió durante la tarde y sólo se cortó el paso a los peatones en la acera del edificio de la carretera de Ronda. El subdelegado del Gobierno dio cuenta también de la falta de daños materiales graves en la estructura.

Las reacciones oficiales a la noticia no se hicieron esperar ayer. En su comparecencia, el propio García Lorca se mostró «consternado» por la muerte «sobrevenida trágicamente» de un «servidor público». Por su parte, el alcalde de la capital, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, envió sus condolencias a la familia y los compañeros del trabajador fallecido, un mensaje similar al transmitido por el líder de la oposición, el socialista Juan Carlos Pérez Navas, y del líder de Ciudadanos, Miguel Cazorla. La Guardia Civil, del mismo modo, empleó su cuenta de Twitter para mandar un «adiós dolorido».

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