El edificio escupió humo durante una media hora

La muerte del tedax abre una investigación llena de interrogantes

La Guardia Civil impondrá la Cruz de Plata al agente fallecido, de 50 años, natural de Granada y padre de una niña de 11 años

Javier García Martín

Jueves, 16 de julio 2015, 15:33

La Comandancia de la Guardia Civil de Almería vuelve hoy a la normalidad después de la trágica jornada vivida ayer, cuando una explosión en un garaje se llevó por delante la vida del agente Emiliano Francisco Quintana, un Tedax de 50 años y de origen granadino aunque afincado en Almería desde hacía una década que a esas horas terminaba su jornada laboral. La enorme explosión conmocionó al barrio de Oliveros de la capital y durante largos minutos el edificio del Instituto Armado humeó una espesa columna negra que requirió la intervención de varias dotaciones de bomberos.

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Un día después, los interrogantes sobre la muerte de Quintana siguen estando muy presentes. El subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, señaló ayer a la prensa de la puerta de la Comandancia que dos equipos de especialistas desplazados desde Madrid se encargarían del caso. La hipótesis del atentado, eso sí, fue rotundamente descartada desde el principio.

La versión de los hechos más extendida es la oficializada ayer por Lorca y confirmada por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. «Ha habido una explosión con un resultado de muerte de uno de los Tedax que estaba manejando material del cuerpo», explicó el subdelegado. En concreto, Quintana estaba solo en el momento de la deflagración dentro de un furgón de los Tedax aparcado en el garaje de las instalaciones, bajo la cantina, los comedores y la residencia. Fernández Díaz, confirmó que el mortal suceso se debió a «un accidente» y que la explosión se habría producido mientras «estaban haciendo labores de limpieza o alguna cosa parecida y manipulando una furgoneta que estaba en el garaje».

Investigación judicial

Hoy, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha acudido a la capital almeriense para visitar el lugar de los hechos, dar el pésame a familiares y compañeros y comprobar el estado del inmueble, parcialmente afectado por la deflagración desde su subsuelo.

Por razones que aún se desconocen, el material contenido en ese vehículo, dotado de elementos empleados en el trabajo de estos especialistas, ocasionó una explosión que se llevó por delante la vida del agente. La investigación, que recae sobre el Juzgado de Instrucción 4 de Almería, deberá dilucidar qué material había, por qué deflagró y si tuvo algo que ver o no Quintana en ello, un profesional con tres décadas de experiencia en varios puntos del país.

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De momento, Fernández ha resaltado que, aunque no descarta ninguna hipótesis "la realidad es que los Tedax llevan un mínimo de dotación dentro de sus automóviles" y que "el material explosivo tiene siempre los riesgos que tiene". "El agente tenía a disposición de los ciudadanos un material actualizado, en perfecto estado de revista para que en caso de que fuera necesario utilizarlo", ha insistido.

"El material que llevaba la unidad en el vehículo estaba en las condiciones adecuadas: es el material que debe llevar para cualquier acción que deban acometer, e incluso llevaba menos de lo establecido", ha agregado Antonio Sanz, delegado del Gobierno en Andalucía, que también ha estado presente en el recorrido por las instalaciones.

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Para homenajear al desaparecido -el funeral será previsiblemente este sábado en la capital después de que su cuerpo se vele en una capilla ardiente- la Guardia Civil impondrá la Cruz de Plata al Tedax, según ha anunciado el responsable de la benemérita.

Conmoción en el barrio

El barrio vivió ayer una jornada ajetreada. Unos minutos antes de las 15 horas de ayer, decenas de cabezas se asomaron por las ventanas de los grandes bloques de edificios de la calle Soldado Español y miraron hacia la Comandancia de la Guardia Civil tras escuchar una enorme explosión. De la parte más baja del inmueble comenzaba a salir una oscura columna de humo, el indicador más evidente de que algo inusual estaba ocurriendo, algo tan inusual y tan alarmante como la muerte de un guardia civil. Almería y el Instituto Armado iniciaban así una tarde luto tras la pérdida de este agente, casado y padre de una chica de 11 años.

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Dos dotaciones con doce efectivos de Bomberos y dos camiones, así como efectivos sanitarios del 061 y miembros de la Policía Local y Nacional se desplazaron hasta el lugar para controlar la situación y llamar a la calma a la población. Los efectivos antiincendios lograron sofocar la humareda una media hora después de la deflagración y terminaron por abandonar el recinto de la benemérita a las 16 horas, poco antes de que hicieran lo propio los efectivos sanitarios.

El tráfico alrededor de la Comandancia, en la glorieta Manuel Fraga Iribarne, frente a la estación Intermodal, de hecho, no se interrumpió durante la tarde y sólo se cortó el paso a los peatones en la acera del edificio de la carretera de Ronda.

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Las reacciones oficiales a la noticia no se hicieron esperar ayer. En su comparecencia, el propio García Lorca se mostró «consternado» por la muerte «sobrevenida trágicamente» de un «servidor público». Por su parte, el alcalde de la capital, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, envió sus condolencias a la familia y los compañeros del trabajador fallecido, un mensaje similar al transmitido por el líder de la oposición, el socialista Juan Carlos Pérez Navas, y a otras formaciones como Ciudadanos.

A nivel nacional, tanto la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, enviaron sendos telegramas de pésame lamentando el fallecimiento. La Guardia Civil, del mismo modo, empleó su cuenta de Twitter para mandar un «adiós dolorido».

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