Carretero lleva 25 años como cooperante y ahora acoge a una pequeña saharaui.

«Hay quienes prefieren tener un diamante, yo he decidido donar mi casa»

María Ángeles Carretero, oftalmóloga y cooperante retirada de Almería

Javier García Martín

Domingo, 26 de julio 2015, 01:07

Es, en estos días, la jubilada más famosa de la provincia. La oftalmóloga almeriense María Ángeles Carretero, de 77 años de edad, acaba de traspasar las llaves de su amplio chalé en Aguadulce, en el que ha criado a cuatro hijos y una decena de nietos, a Aldeas Infantiles SOS, una organización internacional nacida en Austria en los difíciles años que sucedieron a la Segunda Guerra Mundial. La piscina o la pista de tenis sirven desde mediados de julio para que los menudos usuarios de la oenegé (hijos de familias vulnerables, carentes en muchos casos del cuidado paternal) tengan un lugar donde pasar el verano. Su historia ya la contó IDEAL el pasado mayo, pero hoy, con los pequeños ya en el que fuera su hogar, vuelve a trasladar a este periódico su relato.

Publicidad

Para empezar, dejar la casa, reconoce, no fue una decisión fácil. «No puedo pasar por ahí, me da un 'pellizco'», explica. En ella almacenaba los recuerdos de años de vivencias familiares. Sin embargo, su determinación le llevó a contactar con la mencionada organización hace un año gracias a la mediación de una inmobiliaria (RE/MAX). «Muchas organizaciones querían que vendiera el chalé y les diera el dinero, pero yo no: la casa estaba acondicionada para que la disfrutaran los más pequeños, y por eso a los miembros de Aldeas Infantiles les encantó la idea», detalla.

Pioneras por el mundo

Esta mediática decisión es sólo renglón más en una historia personal marcada por la solidaridad. Viuda del pediatra Juan López Muñoz -homenajeado recientemente en la capital con una glorieta en su memoria frente al Hospital Torrecárdenas-, Carretero lleva en el campo de la cooperación internacional 25 años. «Al principio nos íbamos solas una amiga, enfermera de quirófano e igual de aventurera que yo, a operar a Etiopía», relata. «Fuimos un poco pioneras», señala con rubor.

Por su cuenta y riesgo, lograron devolver la vista a cientos de enfermos repartidos por uno de los países más pobres del continente más maltratado por la historia reciente. Unas cataratas, que aquí se resuelven con cierta facilidad, en ciudades y pueblos que también visitó de Burkina Faso, por ejemplo, suponen un progresivo e irreversible abandono en la oscuridad de la ceguera. Por aquel entonces, acababa de cumplir 50 años, tenía menos cargas familiares y suficiente dinero ahorrado como para comprar todo el material que necesitaba para sus expediciones veraniegas, su manutención o el transporte. Y, sobre todo, tenía ganas de compartir sus conocimientos. «Esto es algo que sale de uno mismo», explica. «Yo nunca he querido pasar mis vacaciones en el Caribe, porque pensaba en pasarlas operando», agrega. «Es lo mismo que el hecho de que algunos prefieren un diamante mientras otros donan una casa».

Nueva aventura

Centroamérica se la recorrió entera. «El Salvador es como Andalucía», relata. Ese lugar con vistas al Pacífico es uno de sus preferidos. Y eso, a pesar de que allí fue víctima de un peligroso asalto del que no quiere ni acordarse. Para entonces su labor ya iba de la mano de Médicos del Mundo, otra organización -esta, fundada por franceses- mundialmente reconocida. «Con los americanos era más fácil comunicarse, por eso terminamos yendo a más países», comenta. Bolivia, Brasil, Perú... «No los tengo contados», bromea.

Publicidad

Tanto es así que, hace unos meses, estuvo en los campamentos de refugiados del Sáhara. Aunque reconoce que esa fue su última aventura, es incapaz de parar. «Yo ya estoy muy cansada, el calor fue demasiado para mí, pero este año he acogido a una saharaui», indica. Jadijatu, la nueva niña de sus ojos, estará con ella hasta que termine el verano. En este tiempo, le habrá proporcionado comida, ocio y atención sanitaria. Con mucha seguridad, no será su última aventura solidaria.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad