El PP sufre la mayor sangría de votos de su historia en favor de Ciudadanos y Podemos

Los resultados electorales rompen el bipartidismo con la irrupción de Podemos y Ciudadanos

Ángel Iturbide

Lunes, 21 de diciembre 2015, 10:30

Durante toda la campaña electoral, y ya antes de ella, el mensaje que se estaba enviando por los cuatro costados del país era que el bipartidismo había pasado a la historia. Que la alternancia política entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español había tocado a su fin y que dejaría de ser una realidad en el mapa político español para pasar a ser una cuestión más en los manuales que reflejarán la historia de España. Este mensaje no se fundamentaba en la nada, sino que los anteriores comicios celebrados en el país (elecciones autonómicas y municipales) dirigían el foco a este lado. La irrupción de las nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos en los diferentes parlamentos autonómicos y ayuntamientos españoles hacían presagiar que el bipartidismo estaba muerto mucho antes de convocarse los comicios de ayer. Un hecho totalmente asumido por la ciudadanía en el que querían atisbar un cambio en la manera de hacer política que, a su juicio, podría beneficiar a todo el país. Sea o no sea así, lo cierto es que el mapa político surgido de la cita electoral de ayer nada tiene que ver con los precedentes. PP y PSOE; PSOE y PP ya no son hegemónicos y a partir de ahora deberán aprender a hacer otro tipo de política, una política de consenso y de acuerdos que eso sí puede beneficiar al país.

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En Almería, también

La provincia de Almería no ha sido ajena a este hecho y los ciudadanos que ayer ejercieron su derecho al voto dibujaron un mapa político en el que el bipartidismo queda roto definitivamente. Ya ocurrió en las elecciones autonómicas de marzo pasado con la entrada en el Parlamento andaluz de las candidatas de Ciudadanos y Podemos. Ocurrió también en las elecciones municipales de mayo en el que muchos ayuntamientos tuvieron que alcanzar pactos de gobierno o de investidura para poder gobernar. Casos tan clamorosos como el de la capital donde Ciudadanos, con tres actas de concejal, tiene la llave de la gobernabilidad, si bien aún no ha mostrado su intención de entrar en el gobierno municipal. O en Roquetas de Mar donde el PP gobierna con la bendición de Ciudadanos, aunque la suma de toda la oposición dejaría a Gabriel Amat sin su bastón de mando. Y así en otros muchos, sin olvidar que a nivel municipal Izquierda Unida sigue jugando un papel importante que ha impedido el bipartidismo en muchos municipios.

Todo lo anterior tiene su reflejo en Almería donde los resultados de ayer han arrebatado dos diputados al Partido Popular para dárselos a las formaciones encabezadas por Albert Rivera y Pablo Iglesias. La situación creada a nivel nacional tiene un claro reflejo en la provincia de Almería donde el bipartidismo sí que se ha visto torpedeado en su línea de flotación.

Tras la jornada de ayer el PSOE es el menos perjudicado pues mantiene sus dos actas en el Congreso de los Diputados con una pérdida de unos 4.000 votos con respecto a las elecciones de 2011. La formación que encabezaba Sonia Ferrer sale airosa de la cita electoral y mantiene sus dos diputados.

Si hace cuatro años el PP había conseguido los mejores resultados de su historia con cuatro diputados y el 57,73% de los votos (180.249 sufragios), en la cita electoral de ayer la sangría de votos se puede calificar de espectacular al obtener el 38,04 % de los votos (117.407 sufragios. No obstante, los populares pueden sacar pecho de ser la fuerza más votada en la provincia, pero eso no quita para que en la sede del Paseo de Almería comiencen a hacer autocrítica de lo hecho hasta ahora. Porque una cosa es perder votos en favor de un grupo con gran afinidad como puede ser Ciudadanos y otra hacerlo en favor de un partido antagónico como es Podemos. Pues eso le ha pasado al Partido Popular que ha visto cómo esos más de 60.000 votos que se han dejado en el camino han ido a la formación encabezada por Albert Rivera que ha conseguido 44.320 votos (14,36% del total) y a Podemos, 39.482 votos (12,79% del total). Un dato a destacar es que la participación fue un punto superior a la de 2011.

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