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Martín Soler, exconsejero de Agricultura y de Innovación entre 2008 y 2010.
Martín Soler: «Los políticos tienen peor consideración social que un violador en el Paseo»

Martín Soler: «Los políticos tienen peor consideración social que un violador en el Paseo»

exconsejero de Agricultura y de Innovación

Miguel Cárceles

Lunes, 6 de junio 2016, 00:10

El miércoles, un auto del magistrado Álvaro Martín, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, decretaba el sobreseimiento de la investigación en la pieza política de los presuntos ERE fraudulentos a Martín Soler (Cuevas del Almanzora, 1962). El exconsejero respiraba de nuevo después de tres años con la espada de Damocles judicial sobre su cabellera. Ahora, habla tras tres años de angustioso (y, reconoce, también obsesivo) retiro de la vida pública.

¿Cómo se enteró de la decisión judicial de desimputarle?

Parece broma, pero realmente nos enteramos por ustedes, por los periodistas. Mercedes Díaz, que lleva temas judiciales en la Cadena Ser, que la conocía de mi época en Sevilla, fue la que desveló que esta semana podría conocerse el auto. Y a las doce y cinco minutos [del miércoles] me mandó un mensaje que ponía: «Estás fuera». En ese momento yo estaba reunido, me eché las manos a la cabeza y me eché a llorar.

¿Cómo han sido estos años?

Es difícil resumirlo en palabras, pero podría definirlo en injusticia e impotencia, desánimo, y mucho amor y cariño de la gente que me quiere. Finalmente, en los últimos meses, confianza. Con este tema me he obsesionado. Mi abogado me decía: «Martín, tienes que aprender a vivir con esto el tiempo que dure». También es verdad que sólo se puede soportar porque tienes 100% de seguridad de que no eres responsable. Pero yo me he obsesionado con esto y me ha afectado en mi vida personal y profesional.

¿Cómo?

Me he leído los más de 10.000 folios del caso. Y eso que lo mío era nada, pero yo buscaba, indagaba, intentaba averiguar. Cuanto más leía, menos razones encontraba. Además, me he empapado en derecho administrativo, sobre transferencias de financiación... Me leía todos los autos, me obsesioné. Creo que me he pasado.

Su abogado recurrió en diversas ocasiones su imputación infructuosamente.

Eso te genera impotencia. Tú estás cargado de razones y las pones por escrito. Quien las lea, las debe entender. Y sí, te genera frustración. Un momento importante fue cuando la Audiencia levantó los embargos, acogió nuestras alegaciones. Eso ya me dio cierta tranquilidad.

Después de leer tanto sobre las diligencias del caso, ¿piensa como Felipe González? ¿Pone la mano en el fuego por el resto de altos cargos de la Junta imputados?

Cien por cien, cien por cien. No tengo ninguna duda. Si se han cometido algunas irregularidades, que yo no lo tengo claro, están muy localizadas y pueden haber sido en la Dirección General de Trabajo. Y pueden ser los famosos intrusos, que son 70, frente a 7.000 trabajadores [afectados por los ERE] que están cobrando las pólizas. Si no fueran legales, no las cobrarían. El hipotético fraude estaría en esos intrusos, en quien los metía, y en si se ha dado alguna ayuda a alguna empresa que no se ha ejecutado, que tampoco lo sé. Es algo muy concreto. Si la investigación se hubiera dedicado a buscar dónde se ha producido, ya estarían juzgados y condenados.

Pero hay alertas de la Intervención sobre el procedimiento. Teniendo en cuenta el día a día de un consejero, ¿se lee esos informes?

Normalmente, hasta donde yo tengo entendido, salvo que venga un informe de actuación en el que queda acreditado que se ha podido producir menoscabo de fondos, los informes de intervención llegan al equipo más técnico. Y si de su estudio se deriva una cosa gravísima, se lo comentan al consejero. En este caso, la Intervención hablaba de que el sistema no era el adecuado no de que hubiera delito. Nunca pasó la línea roja para que hubiera llegado a un consejero.

¿No se vio la gravedad?

Yo creo que las irregularidades que se hayan podido producir han sido independientemente del sistema de las transferencias de financiación. Si alguien quería aprovecharse, lo podría haber hecho también con una encomienda o con cualquier otro sistema.

Esto es, a su juicio, no hay caso político de los ERE.

En toda la parte política, incluido funcionarios de altísimo nivel como el letrado jefe, el interventor, los presidentes, los exconsejeros, viceconsejeros, ahí nadie ha cometido una ilegalidad. Y no lo justifico como un hecho corporativo. Hay una sentencia reciente del Supremo sobre la alcaldesa de Jerez sobre un expediente de una rama de la Gürtel para un stand en Fitur. En este caso, en el que se admite una especie de trama, se dice que la alcaldesa lo firmó pero que no queda acreditado el conocimiento del dolo, necesario para la prevaricación. Tiene que quedar demostrado que se ha hecho a conciencia, de manera grosera. Yo estoy convencido de que ni Griñán ni Chaves han hecho nada de eso. Se puede haber fallado 'in vigilando'. Eso se tiene que pagar políticamente y todos han abandonado la política. Pero de ahí a un caso penal...

¿Judicialización de la política?

En la administración hay gente que está paralizada porque todo se recurre, todos te denuncia, y llega un momento en que eso no es bueno.

¿Cómo es su relación con Griñán?

No existe. Desde que salí del gobierno le volví a ver en un mitin en 2012 aquí en Almería, le saludé y no he vuelto a tener con él ningún contacto. Sin embargo, con Chaves hablé ayer, quedo con él a almorzar en Sevilla... Mantengo una relación de amistad y de afecto personal.

¿Y con Susana Díaz?

Tampoco la he vuelto a ver desde que dejé el Gobierno. No he tenido con ella ninguna relación personal ni política. No he hablado con ella. Personalmente, me he sentido muy abandonado. A mí sólo me ha llamado José Luis Sánchez Teruel, que se lo agradezco, pero no he recibido ninguna llamada de la ejecutiva regional del partido ni de ningún miembro del Gobierno. No tiene por qué hacerlo, pero la acusación era por el cargo...

Supongo que entonces las palabras de Pedro Sánchez recordando que Chaves y Griñán ya abandonaron sus cargos y ahora el partido no le han sentado bien.

Son palabras inoportunas. La gran mayoría de los votantes socialistas saben que Chaves y Griñán no son corruptos. Pueden pensar que llevaban mucho tiempo, que han podido tener errores, que se han podido descuidar en algo, pero ¿que se han aprovechado? ¿corruptos? Con eso no gana un voto y ha enfadado a muchos militantes y muchos votantes.

¿Quizás es la campaña?

También es verdad que nos ha tocado una época en la que ha habido una avalancha de casos de corrupción y donde la opinión pública exige por derecho transparencia, contundencia, honradez. Es normal que en este contexto los partidos intenten trasladar una imagen de lucha contra la corrupción.

¿Y si todo queda en nada?

(Soler calla largo rato y sonríe) Desde el plano personal ¿quién me devuelve a mí estos tres años? (Vuelve a callar). Yo entré en política de manera voluntaria, asumí riesgos: prescindes de una parte de tu intimidad, de una parte de tu libertad, tienes que tener un comportamiento mucho más ejemplar como persona pública. ¿Pero en el cargo va que tengas que estar tres años así? También en lo profesional, porque tú ponías Martín Soler en Google y parecía que yo era El Lute pese a que era solo uno que pasaba por allí. ¿Quién te devuelve eso?

¿Y en lo político?

A mí no me apartaron los ERE de la política, fue una situación de conflicto con el expresidente Griñán. Pero a las personas que han tenido que dejar su cargo esto ya no tiene vuelta atrás. Y no porque vivan de eso, que cada uno se busca la vida como cualquier ciudadano, sino lo que supone de impacto para tu actividad pública.

Y de sus adversarios políticos, ¿le ha llamado alguien?

De Almería, tres personas: Gabriel Amat y Javier Aureliano García. Me han llamado los dos personalmente. Y luego Miguel Cazorla. Y con total sinceridad, me han llamado alegrándose. No tienen conmigo ningún compromiso, así que han sido sinceros.

¿Cómo se ven ahora los toros desde la barrera?

Con mucha más tranquilidad. Tienes más tiempo para el análisis sosegado, no tienes por qué quedar bien, estás más libre. Puedes ser menos 'políticamente correcto'.

Y ¿cómo la ve?

Nos encontramos ante el mayor desafío que tiene España desde la transición. Tenemos una economía con dificultades, un deterioro de las instituciones democráticas y, sobre todo, el desafío catalán sin que los grandes partidos agarren el toro por los cuernos. La veo con mucha preocupación. Pero tengo una enorme confianza en la política y creo que como en otras ocasiones se van a arreglar las cosas.

¿Y cómo confía en la política si precisamente todo el periplo judicial de los ERE le ha pasado, como usted dice, porque «pasaba por allí»?

Eso me genera a mí contradicciones, me lleva a cuestionarme muchos principios, pero en el fondo creo que la política es la base de la convivencia. No es que aún no haya un sistema mejor, es que es el mejor sistema. Y los políticos son imprescindibles para este país, aunque haya habido mejores y peores. Hoy día los políticos tienen peor consideración social que un violador en el Paseo de Almería. Tristemente es verdad. Y todos somos responsables. Hay que recuperar la nobleza de la política y el interés general para que vengan los mejores.

¿Y eso cómo se hace?

Hay que prestigiar la política. Que vengan los mejores y no sea, con respeto, una carrera desde Juventudes que, como en el ejército, de cabo se pasa a sargento. Para que vengan los mejores tiene que estar prestigiada, que el político no tenga que estar justificando que no es un ladrón. Y para eso también necesitamos al Poder Judicial, a jueces y a fiscales, que no se pueden convertir en los únicos salvadores de la patria como pasó en Italia con Borsellino. Ellos son parte del Estado y tienen que saber donde realmente hay un delito y donde no lo hay, y cuando unas diligencias se archivan y no se prolongan durante siete u ocho años. Hay que proteger al Estado o esto se nos desmorona.

¿Se está refiriendo a Alaya?

No, me puede servir para otros casos. No doy crédito a que lleven nueve años con el Caso Poniente. No doy crédito de que se pasen los plazos, de que no respondan a los escritos. A que se admita cualquier denuncia o querella. ¡Analízala! No, pues abre e imputa... En el derecho penal tiene que haber un delito, no se puede pervertir haciendo una investigación prospectiva. Hay una parte de la judicatura que está actuando a la defensiva, y eso es malo.

En otros casos, como Bárcenas o Gurtel, ¿puede pasar lo que a usted en los ERE?

Yo diferenciaría. Por un lado, delitos de corrupción política: con aprovechamiento personal, lucro, constructor de por medio, cuentas en Suiza... Son delitos que hay que perseguir hasta el final y ser implacables. Y hay que desligarlo de los de tipo administrativo, en los que puede haber habido cierto descontrol, en los que lo mismo falla una alerta y se han podido cometer ilegalidades. Hay que diferenciar el grano de la paja. Pero cuesta mucho que los ciudadanos lo vean. Sin ir mas lejos, a mi padre le he tenido que explicar muchas veces, porque la gente piensa «si está en el juzgado por algo será». Hay que hacer un esfuerzo de todos.

¿Pide el voto para el PSOE?

Por supuesto que sí. El PSOE tiene 137 años de historia y es el partido central de la democracia española esté gobernando o en la oposición. En las últimas elecciones municipales, cuando sacamos el peor resultado, yo sabía que íbamos a recuperar mucho poder. Con pactos, sí, pero la ventaja del PSOE es que puede pactar a derecha y a izquierda. El PP no tiene aliados, y mucho menos Ciudadanos, con quien compite por el espacio electoral. Por lo tanto la solución es el PSOE. Lo que pase el próximo 26 de junio va a ser de nuevo contar con el PSOE. Pero hay que evitar que Podemos se convierta en hegemónico en la izquierda, que sería malo para nuestro país y para la conciliación del Gobierno.

¿Volverá a la política?

No.

¿Ni en pintura?

Ni en broma. No tiene nada que ver que me gusten las tertulias, que me encanta hablar de estos temas, que esté siempre disponible para un café. Pero no. Y lo digo sin rencor, desde la libertad de que es una etapa cumplida. Fueron 18 años y la política se tiene que regenerar con personas nuevas. Yo cubrí mi etapa con mis errores y mis aciertos. He dejado la política en un momento en el que he podido rehacer mi vida profesional y en ella estoy.

¿Y a qué se dedica ahora el ciudadano Martín Soler?

Soy socio en una empresa que lleva a compañías españolas a la internacionalización. Tenemos presencia en casi 20 países del norte de África, América Latina, sudeste asiático... No vendemos producto, sino que ayudamos a las empresas a internacionalizarse. Es un trabajo muy creativo, no tengo jefe, no tengo horarios, me organizo yo como quiero, viajo mucho... Soy feliz. Además, gano para vivir, así que estupendo. No añoro la vida política, me genera ansiedad, falta de libertad.

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