Fran Gavilán
Lunes, 13 de junio 2016, 01:04
Almería es la segunda provincia andaluza y la novena del conjunto de España con mayor número de puntos calientes con riesgo de radicalización yihadista. Así se pone de manifiesto en un informe de 2015 elaborado por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, CITCO, organismo dependiente del Ministerio del Interior, e incluido en el libro 'La España de Alá' del periodista Ignacio Cembrero, quien lo presentó el pasado miércoles en la Librería Picasso de la capital y que refleja que en la provincia almeriense existen 1.157 focos extremistas.
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A raíz del informe de Interior se pone de manifiesto que la radicalización en España tiene «un claro sesgo geográfico hacia la costa mediterránea», según destacan los expertos. No hay nada más que ver el mapa que acompaña a esta información, donde todas provincias bañadas por e l Mediterráneo, a excepción de la vecina Granada y Castellón, se registran más de 840 puntos calientes con riesgo de radicalización yihadista.
Los servicios de Información e Inteligencia han contabilizado en toda Andalucía 4.543 puntos donde se encuentran locales comerciales, de culto religioso, viviendas donde se realizan reuniones sospechosas o simplemente puntos de encuentro de personas que podrían llegar a radicalizarse en algún momento. Estas cifras sitúan a la andaluza como la segunda comunidad autónoma con mayores focos de radicalización, tan sólo superada por Cataluña.
«Ninguna provincia andaluza llama la atención de los autores del informe excepto Almería, que se debe tener en consideración, porque su índice es alto (1.157 puntos) -está a la cabeza de Andalucía junto con Málaga- en relación a su población», explica a este periódico el periodista y experto en el Magreb Ignacio Cembrero.
Según las cifras aportadas por el corresponsal, que aclara que los datos se refieren a procesos de radicalización y que esto «no significa que se pueda producir un atentado», Almería ostenta el 25,41% de los focos de radicalización que existen en el conjunto de Andalucía y algo más del 3% de los casi 34.000 que Interior contabilizó en todo el país hasta finales de 2015.
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No obstante, Cembrero aclara que no se trata de que en los 1.157 puntos detectados en territorio almeriense «haya terroristas, sino localizaciones donde en algún momento podría producirse un foco de radicalismo».
Coctelera algorítmica
El periodista explica que para evaluar la amenazas yihadistas en territorio español, Interior introduce en una coctelera algorítmica de información pública (número de inmigrantes y mezquitas, nacionalidades, edades, detenciones practicadas, datos socioeconómicos, incidentes islamófobos) y otra más reservada (valoración del sermón del imán, corrientes islámicas del lugar, informes de inteligencia). «El resultado que arroja guarda una cierta relación con la distribución de la población musulmana por la geografía española, pero no coincide plenamente», apostilla.
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Cabe recordar que en la provincia de Almería no han trascendido operaciones contra el yihadismo radical desde 2014, cuando en abril de ese año el presunto 'yihadista' de nacionalidad franco-argelina Abdelmalek Tanem, de 24 años, fue arrestado en la capital cumplimiento de una orden europea de un tribunal de París.
Tanem, que fue detenido con un documento en el que calificaba de «exitosos» y «bendecidos» los atentados del 11-M en Madrid, fue entregado a Francia en mayo tras aceptar su traslado y ahora se encuentra recluido bajo la acusación de haber regresado de Siria después de haber combatido con el Estado Islámico y el grupo yihadista Jabhat al Nusra hasta hace dos años.
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«El peligro está sobre todo fuera de las fronteras de España, en esa orilla sur del Mediterráneo y en el Sahel, donde Estado Islámico y otros grupos terroristas avanzan sus peones», explica Ignacio Cembrero, quien aclara que «de puertas para adentro la Península Ibérica es, por ahora, un remanso de paz con una excepción: Cataluña».
Es ahí, señala el experto, donde «la calma reinante puede acabar en tempestad», afirma. «Mucho antes de que surgiera esta oleada de aspirantes a yihadistas el peligro ya se vislumbraba. La amenaza en Cataluña está clara, rezaba uno de los tres cables del Departamento de Estado norteamericano dedicados al riesgo terrorista en esa comunidad autónoma desvelados por Wikileaks en 2010. Barcelona es una encrucijada de movimientos preocupantes, concluía».
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