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Revolución tecnológica: los robots llegan a la agricultura

Revolución tecnológica: los robots llegan a la agricultura

Los drones monitorizan los cultivos bajo plástico, facilitando información precisa y anticipando posibles problemas al detectar plagas en fases tempranas

Rosenda Mirón

Almería

Jueves, 30 de enero 2025, 12:59

En un mundo cada vez más digitalizado, la agricultura se está sumando a la transformación tecnológica. Este sector, que alimenta a millones de personas en el planeta, también se está convirtiendo en un laboratorio de innovación. La introducción de tecnología vanguardista, conocida como agricultura de precisión, promete optimizar la productividad y la sostenibilidad mediante la reducción de costes, la prevención de plagas y el seguimiento detallado de las cosechas. Los avances no solo están mejorando la eficiencia de las explotaciones, sino que también están desarrollando tecnología para, en un futuro a medio plazo, aliviar la carga de los trabajos más duros en el campo, dentro y fuera de los invernaderos.

En Almería, conocida y reconocida por su innovación agrícola y su eficiencia en la gestión de los cultivos y del agua, surgió en 2022 una empresa pionera que está liderando la revolución tecnológica desde el epicentro de la producción hortofrutícola española. GrodiTech desarrolla drones adaptados a los invernaderos de plástico característicos de la zona. «Empezamos en 2022 porque vimos una necesidad urgente», explica Ana Molina, cofundadora de la empresa. Con una década de experiencia como piloto de drones y en el desarrollo de robótica con visión artificial, Molina encontró en sus raíces agrícolas (sus padres eran agricultores en Jaén) la motivación para adaptar tecnología punta a las particularidades del campo español en general, y a los invernaderos almerienses en particular.

La evolución de los drones es un ejemplo de cómo la percepción pública de la tecnología ha cambiado. «Hace 11 años, introducir drones en la agricultura parecía algo estratosférico. La gente los asociaba a algo militar o de espinoaje, algo muy intrusivo. Las cámaras costaban más de 40.000 euros y eran inaccesibles para el agricultor medio», recuerda Ana. Hoy, estas herramientas se han convertido en aliadas esenciales para monitorizar cultivos, detectar plagas y cuantificar producción en tiempo real.

Los invernaderos de plástico, que representan más del 85% de las instalaciones de este tipo en el mundo, presentan retos específicos para la robotización. La tecnología desarrollada hasta la llegada de empresas como la de Ana Molina estaba pensada para invernaderos de cristal, muy diferentes a los nuestros en muchos aspectos, como los de Holanda, no se adaptaba a las condiciones y extensiones españolas. Por eso, Groditech creó el robot Vega 22, diseñado específicamente para optimizar la rentabilidad por metro cuadrado en los invernaderos almerienses. Este dron, que se traslada por los invernaderos desplazádose desde una guía (no son de vuelo libre) detecta plagas, cuantifica producción y proporciona información detallada sobre maduración, humedad, temperatura, posible aparición de plagas y recuento de producción para facilitar la toma de decisiones rápidas y precisas.

Juan Jesús Lara, director general de la Cooperativa Agrícola Ganadera San Isidro (CASI), destaca el avance de la automatización en sus instalaciones. «En nuestros almacenes, la robotización es casi total. En el centro de Aeropuerto, el más tecnológico de tomate en toda Europa, el proceso del tomate está completamente automatizado, desde la entrada del palé hasta su salida etiquetado, sin intervención humana», explica Lara. Sin embargo, señala que la robotización dentro de los invernaderos sigue siendo un desafío con mucho aún por desarrollar debido a sus características particulares: «Hay muchos tipos de robots de momento más centrados en control de producción, fumigación y mediciones de varios parámetros. Tenemos muchos socios que están muy modernizados en ese sentido y tienen drones de ese tipo. Somos en total entre asociados unas 2.000 personas y entre ellas hay muchos agricultores muy innovadores que ya han incorporado esta tecnología en los invernaderos».

A pesar de los beneficios evidentes, la introducción de tecnología avanzada en la agricultura encuentra resistencias, barreras de entrada. Algunos ingenieros agrónomos son el primer escollo a superar a la hora de imp`lantar los dornes, puesto que ven los robots como una amenaza para sus puestos de trabajo, aunque los desarrolladores se afanan en explicar que estas herramientas son aliadas para optimizar recursos y agilizar los tiempos. «Es como un médico usando una máquina de TAC, una ayuda de precisión que te ahorra tiempo y te ayuda; la tecnología aporta datos muy precisos para tomar mejores decisiones y más rápido», aclara Ana Molina, CEO de Groditech.

Otro reto importante es el coste inicial de estas innovaciones. Aunque las herramientas tecnológicas son más accesibles que hace una década, la inversión sigue siendo considerable para muchas explotaciones pequeñas y medianas. Además, se necesita formación para maximizar el uso de estas herramientas.

Big data: una mina de oro

La incorporación de sensores y cámaras en drones genera cantidades masivas de datos que se traducen en conocimiento valioso para los agricultores. Estos datos, conocidos como Big Data, permiten predecir producciones, anticiparse a problemas y optimizar los recursos. Además, representan una nueva vía de negocio: la venta de información detallada sobre cultivos puede convertirse en una actividad tan lucrativa como la producción agrícola en sí.

«Los datos son el presente y el futuro de la agricultura. La información recopilada a través de drones y sensores abre un abanico de oportunidades que apenas estamos empezando a explorar», comenta Samuel Ruiz desde GrodiTech. Desde conocer el estado exacto de la humedad hasta prever la maduración de los cultivos, el Big Data promete revolucionar la forma en que se gestiona el campo.

Los desarrollos tecnológicos actuales también apuntan hacia una agricultura más sostenible y segura. GrodiTech trabaja ya en drones especializados para semilleros y accesorios que permitan fumigar automáticamente, evitando que los agricultores se expongan a productos químicos peligrosos, cosa que actualmente sucede. Además, los robots pueden calcular la producción diaria con una precisión sin precedentes, reduciendo pérdidas y optimizando recursos.

El próximo gran salto tecnológico será la robotización de la recolección, una tarea que aún está en fase de desarrollo y que vendrá a resolver y facilitar tanto en invernadero como a campo abierto una de las tareas más duras físicamente para los trabajadores. Los expertos consultados estiman que esta tecnología podría estar disponible en menos de una década, transformando por completo el proceso productivo agrícola.

La agricultura está viviendo una revolución silenciosa liderada por la robótica y la tecnología de precisión que está ganando terreno en los cultivos y almacenes del sector. Empresas como GrodiTech y cooperativas como CASI están demostrando que es posible combinar tradición e innovación para afrontar los desafíos del futuro. Aunque queda camino por recorrer, la aplicación de tecnología avanzada no tiene límites.

A la pregunta sobre los próximos retos o metas a alcanzar la respuesta es simple: «La robótica aplicada a la agricultura hoy poir hoy no tiene techo» concluye Samuel Ruiz, Director de Tecnología en GrodiTech: «Siempre habrá nuevos contextos y necesidades que atender». Entre la recopilación de datos a gran escala, la optimización de recursos y el desarrollo de nuevas herramientas, el campo se prepara para una era que ya está aquí en la que la tecnología no supone un lujo, sino una necesidad.

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