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Miguel Cárceles
Almería
Domingo, 12 de enero 2020, 23:46
Allá donde florecen las azucenas en el mes de agosto, donde la bordadura de espuma depositó a la talla gótica de la Virgen con el Niño en brazos, en el lugar en el que el morisco Andrés de Jaén encontrara, justo en el rompiente ... de las olas, hace más de cinco siglos, la imagen de tez morena y manto cobrizo. Hasta ese privilegiado punto del mapa retornaban ayer en masa los almerienses para recordar la milagrosa conexión de la patrona con la urbe que le rinde tributo litúrgico ya por más de cinco siglos.
Miles de almerienses acompañaron, como exige la tradición heredada de los autóctonos, a la talla mariana en romería desde el Santuario de los Dominicos en el que se ubica su camarín y hasta la playa de Torregarcía, junto a la torre vigía de origen andalusí desde la que se avistó su arribar a las costas almerienses. La citaba empezaba a las 8.30 horas con la Misa de Romeros en el Santuario Basílica de los Padres Dominicos, una celebración que fue presidida por el prior de la congregación, Fray José Barrado Barquilla.
Media hora más tarde, al borde de las 9 de la mañana, y abrazada por el estruendo de los cohetes y las tracas, la imagen de Nuestra Señora la Virgen del Mar partía en romería desde su santuario hacia la ermita de Torregarcía atravesando gran parte del casco urbano de la capital y de los núcleos de La Cañada, El Alquián, Retamar y, en esta ocasión, por vez primera, también Costacabana. Y es que hubo que cambiar el recorrido tradicional debido a las obras que se efectúan actualmente a la entrada del núcleo alquianero.
Fue hacia las 11 de la mañana cuando la imagen marinera de la Patrona almeriense arribaba al lugar de peregrinaje anual y procesionaba a hombros de los fieles en unas pequeñas andas junto a las olas que la trajeran a Almería y, sobre todo, bajo un espectacular sol que sorprendió a quienes traían abrigo de más. Hubo quien tuvo que acudir a los puestos de venta ambulante para buscar prendas de ropa que pudieran cobijarle de las radiaciones solares.
Y poco antes de las 11.30 horas, la imagen encaraba la puerta de la ermita ante la atenta mirada de centenares de fieles que esperaban esta tradicional escena sentados frente al escueto templo. «¡Viva la Virgen del Mar, Viva la Patrona de Almería!», exclamaba el sacerdote José María Sánchez, delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, Santuarios, Peregrinaciones y Piedad Popular de la Diócesis de Almería.
En ese momento ya había centenares de familias y grupos de amigos que se habían acomodado, desperdigados, por el entorno de la ermita para disponer sus mesas y sillas, fiambreras y otros elementos con los que disfrutar gastronómicamente del fervor religioso y de la convivencia humana. Entre Retamar y Las Amoladeras, miles de almerienses participaron, cada cual a su manera, de una jornada de hermandad, religiosidad popular y fiesta en un entorno privilegiado: El Parque Natural de Cabo de Gata.
A media mañana se celebró la Eucaristía. Y tras ella se dio rienda suelta a la celebración con actuaciones de folclore regional mientras se disfrutaba de la celebración anual al borde del mar bajo un clima extraordinario. A las 16.30 horas se inició el regreso desde la Ermita con un recorrido idéntico al de la mañana pero en sentido contrario. La imagen hizo paradas frente a las iglesias parroquiales de los barrios de El Alquián y La Cañada, donde se le hicieron ofrendas populares. Y desde la plaza de San Sebastián, adonde llegó poco después de las 19 horas, la imagen procesionó en andas y a hombros por el centro de la ciudad antes de recibir el fervor de la Salve a las puertas del Convento de Santo Domingo.
La jornada fue -es lo habitual- completamente festiva y familiar, y en la zona de Torregarcía se habilitaron diversos ambigús de alimentación variados –dos de ellos gestionados por las cofradías de Macarena y El Amor– y puestos de venta ambulante, entre otros.
Un dispositivo especial de seguridad en el que participaron 32 efectivos de Policía Local, un camión de Bomberos con su dotación, cinco bomberos, y ocho voluntarios de Protección Civil, seis agentes y un retén de extinción de incendios del Plan Infoca de la Junta de Andalucía, así como un veterinario del Área de Comercio, sin olvidar otros servicios de Cultura o de la Brigada de limpieza, señalización y obras se encargaron de que toda la celebración transcurriese con absoluta normalidad. Además, también hubo efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, Seprona (Guardia Civil), y Cuerpo Nacional de Policía, con un helicóptero que también vigilaba desde las alturas.
A ellos se sumó una ambulancia Soporte Vital Avanzado de Protección Civil y una UVI móvil, con médico, ATS y conductor. La coordinación en caso de activación de emergencias para gestión de más recursos la mantuvo el servicio autonómico de Emergencias 112, cuya máxima responsable, la delegada del Gobierno Maribel Sánchez, estuvo ayer en la zona.
La Virgen del Mar, la patrona de Almería, volvió de nuevo a su camarín cuando ya era de noche en la ciudad. Ahora tendrán que pasar siete meses más hasta que, el próximo 30 de agosto, el domingo después de la Feria, vuelva a reencontrarse en la calle con sus fieles en la procesión en su honor. Entonces, con las azucenas en flor, Torregarcía será el recuerdo de un domingo de enero. El de este año y, especialmente, el de 1502, cuando arrastrada por las olas, la imagen de la patrona llegase hasta el lugar que le rinde culto con admiración y fidelidad.
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