
Haciendo el ganso
«La influencia del grupo nos lleva a hacer una elección que no necesariamente refleja nuestras preferencias personales y nos hace perder un tiempo valioso»
Miguel Arranz
Psicólogo
Viernes, 28 de marzo 2025, 23:48
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Miguel Arranz
Psicólogo
Viernes, 28 de marzo 2025, 23:48
Seguro que habrá visto alguna vez esa escena tan tierna de una mamá pato y los patitos siguiéndola a todos lados. Pero, ¿sabía que los ... seres humanos tenemos este comportamiento al tomar muchas de nuestras decisiones? El estudioso de los animales Konrad Lorenz observó que al eclosionar los huevos de patito, las crías, que son casi ciegas y vulnerables, buscan una figura a la que seguir y demostró que, al convertirse en la primera figura que vieron al eclosionar, y debido a la impronta, los patitos lo siguieron como si fuera su madre.
La impronta es un fenómeno que se describe muy bien en la psicología del desarrollo y se refiere a un tipo de aprendizaje que ocurre en un periodo crítico, donde un organismo forma un vínculo fuerte y duradero con un objeto o figura y que demuestra un comportamiento adaptativo, asegurando la protección y aprendizaje de sus progenitores.
Comportamiento ansarino
En su interesante libro «Las trampas del deseo», el psicólogo Dan Ariely utiliza el término «comportamiento ansarino» para describir este tipo de comportamiento que se observa en determinadas aves como los gansos y los patos y los relaciona, ¡ay!, con la idea de cómo las decisiones y elecciones de las personas pueden ser influenciadas por factores externos, a menudo de manera irracional y que no difieren de esa impronta de los indefensos patitos. De esta manera ese comportamiento ansarino muestra cómo las decisiones pueden ser moldeadas por contextos sociales y ambientales. Así, si una persona observa que otros eligen un producto específico, es probable que siga esa tendencia, incluso si no tiene un interés genuino en ese producto. Un ejemplo fue la compra compulsiva de hornos de pan caseros durante la pandemia, pese a que las panaderías seguían abiertas pero que veíamos de manera recurrente en vídeos y fotos en nuestras redes y que ahora duermen el sueño de los justos en el trastero.
Elecciones irracionales
Al elegir una compra ya sea unos calcetines o un cochazo, al igual que los patos, a menudo los seres humanos podemos tomar decisiones basadas en la información o estímulos iniciales que recibimos, sin cuestionar objetivamente su relevancia o validez y que puede llevarnos a tomar elecciones irracionales o poco eficientes. Imaginemos que estamos en un festival de música: hay varios puestos de comida, pero uno de ellos tiene una larga fila de personas esperando. Sin pensarlo mucho, podemos decidir unirnos a la fila, asumiendo automáticamente que si hay tanta gente esperando, debe ser la mejor opción. Esto, pese a que nos pese, es una decisión basada en el comportamiento ansarino: seguimos a la multitud sin investigar otras opciones que podrían ser igual de buenas o incluso mejores. La influencia del grupo nos lleva a hacer una elección que no necesariamente refleja nuestras preferencias personales y nos hace perder un tiempo valioso.
Estar alerta puede hacer que evitemos cometer errores que luego nos pesan y poder dar espacio a nuestro sistema de procesamiento de la información, más analítico y racional aunque más lento, que nos podrá hacer que tomemos una decisión más sensata. Si no, queda aceptar nuestra impronta ansarina y decir ¡cuac!
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