Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El verano no termina de marcharse de la provincia, pese a la intermitentes precipitaciones de las últimas jornadas en ciertos puntos de la geografía. No hay más que echar un vistazo a los termómetros, que superan todavía los 40 grados en las horas centrales del día y sentir la sensación de humedad nada más poner un pie en la calle, lo que genera la necesidad de estar todo el día a remojo, o bien, permanecer en casa frente al aire acondicionado o ventilador. En definitiva, una época poco o nada apetecible, ¿verdad? Pero el clima no solo afecta a los humanos, incide también en los animales, como la fauna africana que habita en el Minihollywood Oasys e, incluso, en las gacelas de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA).
Para sobrellevar los meses de verano, estos centros preparan medidas para combatir las olas de calor típicas de la temporada de estío en la provincia y los trabajadores hacen de estas reservas un lugar idóneo para las especies que descansan en sus recintos. Si bien son animales adaptados fisiológicamente a aguantar altas temperaturas, los veterinarios se encargan de hacerles más llevaderos los días más duros.
Concretamente, la reserva zoológica de Minihollywood Oasys que abrió sus puertas hace casi tres décadas, cuenta con cerca de 1.000 animales de unas 200 especies diferentes y está ubicada en el corazón del desierto de Tabernas, incluyendo una vegetación con más de 4.000 árboles.
Para estas fechas, y las que aún quedan, algunos de los animales disminuyen su actividad porque, de forma parecida a los humanos, «quieren estar descansados y relajados sin que les dé mucho el sol», informa el director del Oasys, José María Rodríguez.
Para ello, los propios trabajadores del recinto han preparado zonas de sombra adecuadas para que la fauna –mayoritariamente procedente de África– pase el verano sin notar nada. «Desde el parque hemos planteado una colección zoológica por lo que el gran número de animales que tenemos quiere y desea el calor», comenta, aunque, disminuyen su actividad «como ocurre en África». Rodríguez explica que algunos de los animales «llegan a desaparecer de la zona del público, entonces, no están expuestos, se van y se ocultan, así se mantienen descansados». Con este hecho, advierte, que «no todos» los animales que forman parte de la colección garantizan que estén expuestos al público, como las tortugas de espolones africana, «este tipo de animales no hibernan pero sí estivan, es decir, en verano se meten bajo tierra y disminuyen su actividad y no se les ve, pero no pasa nada».
Desde el otro extremo de la capital, a los pies de la Alcazaba, la Finca Experimental La Hoya cuenta con alrededor de 400 gacelas diferenciadas en las razas Dama Mohor, Cuvier y Dorcas así como el arruí sahariano y mantienen una rutina específica para los meses de verano. Para ello, Sonia Domínguez, veterinaria de la fauna protegida, traslada a IDEAL que en la instalación tienen agua a su disposición y sombras gracias al techado artificial como también árboles naturales que les proporcionan sombra y les permiten resguardarse en las horas cruciales.
Aun así, la profesional desarrolla que «están bastante preparadas fisiológicamente para soportar grandes temperaturas de forma natural».
Piscinas, helados o fruta
Si en verano a los humanos les gusta pasarse el día en remojo o tomando helados, a los animales también les apetece este manjar. Prueba de ello es que en Minihollywood Oasys habilitan piscinas o fuentes para que la fauna de la reserva se pueda darse un buen chapuzón. Esto, sin duda, es la actividad favorita del oso pardo. «Le encanta bañarse en esta época, tiene dos fuentes donde se puede sumergir por completo y los usa», indica. Así como aclara que este oso pardo, ya de edad avanzada, llegó a Minihollywood antes de restaurar el plan africano, «es un animal de edad avanzada y no se puede ir a otro espacio hasta que extinga o muera».
Ante la llegada de las abrasantes temperaturas –e insoportables–, los profesionales y encargados de mantener a la fauna preparan helados para que disminuyan su temperatura corporal. En el caso del oso pardo, se prepara un jugo de pescado, con piezas de hielo, que rondan los cinco kilos. «Él las mastica y las traga y esto le aporta frescor, le fascinan este tipo de polos, se vuelve loco», reseña. También pueden intercalar estos helados con fruta congelada.
Lo mismo sucede con los animales felinos de Oasys; para ellos, los ingredientes de los helados son distintos. Se hacen polos con jugo de sangre que se mezcla con agua y, después, se congela para proporcionarle el refrescante aperitivo veraniego. En el caso de los antílopes, «se les dan duchas con aspersores y ellos voluntariamente se van a la zona para estar frescos» mientras que los reptiles, tienen un hábito completamente diferente: «Necesitan calor y, aunque no tórrido como el verano, les mantenemos unas temperaturas entre 21 y 27 grados», apostilla ya que hay otros animales, como las ranas, que son susceptibles a cambiar la temperatura.
Otros, como los rinocerontes, disfrutan de las piscinas de barro, se embadurnan y, este mecanismo, les ayuda a protegerse del sol, así como se desinfectan y consiguen una piel más tersa y suave. También, a los animales que están en época de cría, aumentan la dosis de fruta con porciones de sandía, papaya o kiwi para que les brinde frescura.
Crías y olas de calor
Las especies de la EEZA, por su parte, no disfrutan de los refrescantes helados en esta época del año. «Los veterinarios de Minihollywood nos han comentado que funcionan bien, quizá algún día los pongamos en práctica», apunta Domínguez. En su lugar, optan por darle forraje fresco «de las podas de las acacias porque es un vegetal que tiene más contenido en agua y así se mantienen más hidratados», señala la profesional a este periódico.
Aunque son animales especialmente atendidos, en verano hacen hincapié en las crías para evitar los temidos golpes de calor. «Hay algunos que se tumban y se exponen al sol, al final, lo llevan en sus características fisiológicas, pero intentamos que no estén tanto rato, sobre todo las que tienen pocos días para que no les dé un golpe de calor», asegura.
En ambas instalaciones, mantienen cuidado para mantener a los animales salvajes en unas condiciones óptimas acorde a su hábitat. Porque aunque no pueden esquivar el calor, tienen los ingredientes para sobrellevarlo.
Manguerazos y sombra para los caballos del Oeste
La fauna africana del Minihollywood Oasys afronta un verano lleno de visitas por parte de almerienses y turistas. De hecho, se prevé que desde julio a septiembre se produzca el 50% de las visitas en el parque, esto es, que alrededor de 100.000 personas pasen por esta instalación durante los meses de verano.
En esta época, los profesionales del centro lidian con alternativas para que estas especies vivan un verano 'almeriense' de lo más cómodo posible. En el caso de los caballos del poblado del Oeste que participan en las exhibiciones para el público, tienen habilitados toldos para resguardarse del sol.
«Estas zomas de sombra les ayuda a disminuir su exposición directa», adelanta José María Rodríguez, director de Minihollywood Oasys, mientras que a los caballos jubilados no se les exige «nada», solamente los mantienen «en las zonas de sombra», así como hay «potrillos recién nacidos que les encanta estar un buen rato bajo el sol». Eso sí, siempre vigilados para que no derive en un problema de salud.
Los profesionales encargados de las bestias aumentan, a su vez, los baños diarios para que puedan refrescarse bajo el agua. «Les dan manguerazos y mantienen su temperatura, es increíble porque les encanta estar bajo el agua», admite.
En el recinto de las aves, por su parte, también facilitan la vida de las especies que allí habitan como pueden ser los loros, patos o los flamencos. «Tienen un metabolismo donde su temperatura fisiológica normal está por encima de 40 grados», aclara, entonces, les instalan piscinas para que se den baños y se acicalen entre las visitas. «Se hace durante todo el año, porque les encanta el agua por lo que no es una conducta que solo se haga en estas fechas. Sin embargo, sí se aumenta la dosis de fruta para que tengan más agua», indica.
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.