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Pablo y Mónica muestran un helado servido en forma de pétalo en su heladería. D. R.
Los helados argentinos que triunfan en Almería

Los helados argentinos que triunfan en Almería

La heladería Alpino's es una de las más populares de la ciudad y ostenta la mayor nota en Google con sus deliciosas recetas artesanales

David Roth

Almería

Martes, 18 de abril 2023, 11:19

En 1660 Procopio creó la primera máquina para helados, que mezclaba azúcar, hielo y fruta, traduciéndose en una masa similar a lo que hoy día conocemos como helado. Este, más tarde, abriría un café en París con venta de helado, diciendo la leyenda que esa fue la primera heladería de la historia. Otros dicen que Nerón hacía traer la nieve de la montaña en la antigua Roma para mezclarla con miel y con fruta; también se dice que los chinos, en el 3.000 antes de Cristo, ya lo habían inventado, como todo en general.

Hay fechas difusas en las que enmarcar precisamente creaciones históricas. Otras, más cotidianas y recientes, sí que están más claras. En 1999, por ejemplo, abrió una heladería en Tres Arroyos, Argentina, «ahí empezamos como heladeros, nadie lo había sido en mi familia», detalla Pablo Giménez, natural de Balcarce, «la misma ciudad que Juan Manuel Fangio», añade este.

La heladería, conocida como Alpino's Tres Arroyos, sigue funcionando actualmente. De esta, obviamente, tomará el nombre la que actualmente se sitúa junto a la Plaza San Pedro y que regenta como negocio familiar junto a su esposa Mónica Graciela: la heladería artesana Alpino's. «Aquí empezamos a venir de vacaciones en 2004», explica el heladero refiriéndose a la Almería que lo ha reacogido, puesto que su padre nació en Níjar y emigró a Argentina con dos años. Por parte de madre, sus bisabuelos son de Valencia y Toledo. «Donde lo mires no tengo sangre de otro lado que España», y cualquiera diría que a una heladería argentina no la iba a preceder un origen italiano.

Cuando empezó la pandemia, «mi hijo mayor ya tenía decidido poner una heladería en España, surgió la idea y siempre estábamos con el tema de Almería. El primer año fuimos a Roquetas de Mar, pero las cosas no salieron como nos contaban de primeras. No nos fue mal, conseguimos este local, y acá es lo que nosotros queríamos hacer: una heladería artesanal como la que somos, con proyección. Ya estamos mirando de aquí a final de temporada, pues siempre proyectamos a la siguiente», indica el heladero. Esta empieza con el calor, que en Almería cada vez hace antes acto de presencia. Aunque de normal «la gente ya viene a tomar helado. No te digo al mismo ritmo del verano, pero vienen y consumen». Todo marcado por la mayor presencia de turistas por esas fechas y la localización en un emplazamiento rodeado de hoteles. «Trae mucho turista extranjero, que tiene más costumbre que nosotros de tomar helado» El Almeriense «está trabajando todo el día, y no estás dispuesto a salir a tomar un helado, no es esa cultura. Será más bien un café, el helado no está tan arraigado. En cambio, el que anda de turismo se choca con la heladería y se toma un helado, que es lo que te pasa a vos cuando te vas a otra ciudad», argumenta el heladero. Pasa lo mismo con los días de calor, que «hasta los vecinos que ves todos los días toman helado».

El helado que se vende en Alpino's es la receta «que yo aprendí en Argentina. No trabajamos con las bases Pronto, las que te venden empresas en sobre como base a la que hay que añadir leche, azúcar y ya tienes el helado. Nosotros partimos de una base madre, una receta que tenemos. Ahora tenemos el chocolate Alpino's, con mucho sabor a cacao y notas de cítrico que queda muy bueno, por ejemplo». No todo permanece inmutable, puesto que «hacemos el helado que hacíamos en Argentina, pero rebalanceamos todas las recetas, porque la materia prima en ningún lugar del mundo son iguales».

El éxito del negocio es incuestionable actualmente, siempre llenos por las mañanas con su nuevo servicio de cafetería y vendiendo helados a mansalva durante toda la jornada. «Hoy creemos que estamos bien, que las recetas nos están saliendo como queremos y estamos muy contentos», detalla Pablo al respecto. Los almerienses notan la calidad del helado. «Te lo hacen saber, nos gusta mucho cuando le das el helado al cliente y te dice, y el chocolate qué tiene. Se lo explicas, cómo lo haces, se lo das a probar y notas una predisposición distinta en cada uno. Creemos que tenemos un helado distinto, no digo el mejor ni el peor, porque es una receta propia, habrá otro heladero de aquí que dirá «el mío es distinto, por supuesto que sí. El cliente ya dirá después si es mejor o peor».

En Almería, los gustos están bien marcados, y el gran sabor que se alza como el triundador de la heladería es el pistacho. También «son muy chocolateros, todo lo que hagas de chocolate les gusta, con leche, con almendras caramelizadas, el nuevo de cítricos, el Kínder; también la tarta de queso… Cuando vinimos nos vimos haciendo tarta de queso, que en Argentina no se consume o la leche merengada». Para ello, tuvieron el excelente apoyo y asesoramiento de una empresa de Granada que, «sin conocernos, nos dieron una mano muy grande y son amigos, la gente de Grimasur». Ahora trabajan en un sabor de Almería que están ultimando y del que no pueden revelar nada. «Le queda sacar los últimos toques para que quede perfecto», adelanta.

Esta va a ser la tercera temporada ya de la heladería en la capital almeriense, todo en recorrido ascendente. «Espero que en esta ya llegue el despegue fuerte». De hecho, actualmente se trata de la heladería mejor valorada de Almería, al menos en Google, donde ostentan un 4,9 sobre 5 estrellas. «Tenemos mucha gente que viene de fuera y te deja la reseña y el agradecimiento por el trato. Nosotros tratamos a todos por igual, pero a veces se sorprenden de cómo lo hacemos, pero así somos los argentinos, algo bueno hay ahí».

Lo que lo hace distintivo, «que nosotros le damos a todo un toque personal, primero lo hacemos para que quede rico para nosotros, vamos buscando el sabor. Después, que de cada 20 personas que le des a probar la menta, por ejemplo, 19 digan que está riquísima. Tienes que escuchar al cliente». Al mismo tiempo, «si partes de una base como la nuestra, ya te hace distinto al resto, porque los heladeros tenemos todos distinta receta. Uno con menos azúcar, otros más, otro que no le gusta inventar, o nosotros, que nos encantan los sabores nuevos».

Aunque hay innovación en su helado, los más clásicos argentinos, como el de dulce de leche, son protagonistas en el escaparate. «Es lo más nuestro, después tenemos la crema de Patagonia, que combina muy bien la crema nata, los frutos rojos, que tienen toquecito ácido, con el sabor del chocolate semiamargo y a la gente le gusta mucho. Otra que nos queda por reformar es la crema oreo, que aquí es nata con galleta y nosotros le ponemos dulce de leche también», termina el artesano, no sin antes servirnos su esposa, un majestuoso helado de dulce de leche y Kínder en forma de pétalo, la tradicional manera de servir los helados en Argentina.

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