Británicos y españoles, compartiendo

Un año más, la localidad huercalense acogió una jornada de integración entre culturas, la británica y la española. En su segunda edición, la primera novedad que se observó fue el cambio de nombre, ya que se modificó el término 'inglés' por británico con el fin de acoger a toda la comunidad de habla extranjera que reside en el municipio y que proviene de Escocia, Irlanda del Norte u otros territorios del país.

La carpa instalada en el recinto ferial para la ocasión, casi el doble de grande que la del año anterior, se llenó de stands, de música, baile y de intercambio entre ambas comunidades, «enseñándose mutuamente sus costumbres y sus tradiciones», con el objetivo de «conocerse mejor para enriquecerse».

Así lo resaltaron durante la apertura oficial del evento las autoridades locales encargadas de dar la bienvenida y de invitar al disfrute a todos los congregados alrededor del encuentro.

Fue el alcalde huercalense, Domingo Fernández, junto al Cónsul Honorario Británico en Almería, Alejandro Guerrero, y los ediles de Cultura, Antonio Lázaro, y de Turismo, Mónica Navarro, los encargados de dirigir unas palabras de agradecimiento también a los diferentes colectivos que colaboraron con el encuentro, consiguiendo que sea un evento dinámico, atractivo y lleno de vitalidad.

De hecho, el regidor huercalense aseguró que «tras el éxito rotundo y la buena participación que tuvo la primera edición el pasado año, en este volvemos a repetir para demostrar que los vecinos británicos son parte de nuestro municipio y de la comarca, somos todos uno».

El concejal de Cultura, por su parte, habló de la gran población de ciudadanos británicos en el municipio, «más de 1.200» y remarcó: «desde este ayuntamiento creemos que tenemos que integrarlos en nuestra sociedad, ellos también son huercalenses».

Las actividades en el día de ayer contó con una amplia programación que se extendió hasta más allá de las ocho de la tarde. Exhibiciones de Zumba, Salsa, canciones de ayer y de siempre, canciones anglosajonas y baile flamenco, todo ello, con degustación de platos típicos de ambos países es lo que se pudo disfrutar.

En definitiva, dos culturas acercándose más allá del día a día para disfrutar de lo que les hace tan diferentes y, al final, tan iguales.