Cumplir 18 años puede llegar a ser un «camino de obstáculos»

El rifeño Fikri Attaki fue uno de esos menores que llegan solos en patera y ahora, con 18 años, podrá seguir en España gracias al apoyo del empresario con el que se formó

ALICIA AMATE

ALMERÍA

Domingo, 23 de mayo 2021, 23:17

Fikri Attaki es un joven cualquiera con metas que alcanzar y sueños por cumplir. Llegó en patera en 2018, cuando apenas era un adolescente, como tantas personas «que ponen en riesgo su vida cada día para huir de la situación que se vive en sus ... países», relatan desde la asociación Noesso, crucial para que este aún adolescente de origen rifeño esté más cerca de lograr el objetivo de «ofrecer una calidad de vida digna a su familia».

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«En Marruecos existen ciertas zonas, como las del norte, en las que las condiciones de salud son preocupantes», explican sobre lo que motivó a un Fikri casi niño a lanzarse al mar, como tantos compatriotas, sobre todo del Rif, que de un tiempo a esta parte buscan asilo en Europa, tratando de escapar de un entorno cada vez más conflictivo. Tras llegar a la costa española, como todos los menores de edad que son localizados sin compañía adulta, el joven rifeño pasó a ser tutelado por laAdministración pública andaluza.

En su caso, aún sin ser mayor de edad comenzó a trabajar en el campo, también en un matadero, hizo prácticas en un taller mecánico... mientras tanto, continuaba su formación en el instituto de secundaria de Huércal-Overa. Por cierto que, durante su etapa de estudiante participó en distintas competiciones de atletismo, haciéndose con varios podios. Y cumplió los 18 años. «Para muchos jóvenes pasar a la mayoría de edad es un motivo de celebración e ilusión. Sin embargo, para Fikri fue todo un camino de obstáculos en el que comenzaron los impedimentos y las trabas para seguir avanzando en su futuro profesional», narran desde Noesso, que en el último año –asumió la concesión del proyecto Alandar +18 para la integración de estos jóvenes en abril de 2020– ha atendido a casi una veintena de jóvenes en materia de integración e inserción laboral «pese a las trabas administrativas».

En el caso de Fikri, comenzaron a trabajar con él cuando aún no había cumplido la mayoría de edad, logrando empleos en el sector agrícola o en un matadero de Lubrín. Fue allí donde se formó en mecánica en un taller de El Fonte, donde «gracias a su esfuerzo y dedicación» decidieron contratarlo: «Fue una noticia increíble para Fikri».

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Trabas administrativas

Para poder contar con el joven entre sus empleados, el empresario debía presentar en la Oficina de Extranjería una propuesta de contrato laboral de un año, «única vía para conseguir el permiso de trabajo en nuestro país», remarcan desde la oenegé. Lamentan, además, como «en una situación agravada por la pandemia» se han impuesto «unas altas exigencias económicas», lo que provocó que la resolución del contrato fuese no favorable, finalmente, «pese a la dedicación del joven y el compromiso del empresario».

«Felipe, su jefe y gerente del taller el Fonte, no dudó en estar a su lado durante este proceso animándole a mantener la esperanza y luchando para que el joven permaneciese en el pueblo, donde se había integrado a la perfección», reseñan desde la organización, destacando la «amabilidad» de su carácter.

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Tras este recorrido, el procedimiento se resolvió favorablemente, consiguiendo el joven la renovación de su permiso de residencia con trabajo por cuenta ajena, además de emanciparse con su documentación en regla en Lubrín. «Estas trabas deberían ser prácticamente nulas, primando así su seguridad y evitando que accedan a trabajos de forma irregular o pongan en riesgo sus vidas cayendo en situaciones de riesgo», denuncian desde Noesso.

Además de la labor administrativa, este programa trabaja psicológicamente con los jóvenes extutelados. Son adolescentes que pasan de vivir en centros de acogida a tener que buscar una manera de mantenerse y llevar una vida con dignidad que les permita, también, ayudar a sus familias en sus países de origen.

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«El proceso ha sido duro y en muchas ocasiones frustrante. Fikri ha podido apoyarse en el equipo educativo y compañeros de vivienda para no venirse abajo en los momentos difíciles y adquirir resiliencia ante un futuro incierto», comentan sobre la parte más difícil de la integración del joven que, ahora sí, comienza su vida adulta con un trabajo alejado de la precariedad, como ocurre con tantas personas, hombres y mujeres, que se aventuran como él a cruzar a Europa.

«Se trata de acompañar a gente que quiere volar»

El programa de alta intensidad Alandar +18 impulsado por la asociación Noesso es un servicio concertado con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación destinado a «crear oportunidades laborales para jóvenes que necesitan orientación y apoyo para iniciar este camino». El director de la organización, Juan Sánchez Miranda, reconoce que, una vez que estos jóvenes (los llamados extutelados) cumplen la mayoría de edad las trabas administrativas para lograr su plena inserción se multiplican. Quieren trabajar y continuar con su desarrollo personal pero una sentencia del Tribunal Supremo dicta que una persona no tiene «medios propios» cuando está bajo el amparo de una Administración, lo que dificulta la obtención de permisos de trabajo. «Poco a poco se va solucionando», reconoce Sánchez Miranda.

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Tampoco ha sido fácil comenzar este proyecto, en el que hay más de una decena de personas implicadas, que les «sobrevino» en plena pandemia de la covid-19, cuando era difícil encontrar empresas dispuestas a colaborar. Aún así, asegura el director deNoesso que la experiencia está siendo «muy positiva porque trata de acompañar a gente que quiere volar».

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