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Familias y niños pueden descansar y pernoctar en un pabellón alemán tras la recogida. D. O.
Almería | De un orfanato en Ucrania a un hogar en Canjáyar

De un orfanato en Ucrania a un hogar en Canjáyar

David González y Ramón Ortiz regresan a Almería con un autobús lleno de pequeños evacuados del centro que los acogía y con familias que huían del conflicto bélico en su país

nerea escámez

ALMERÍA

Sábado, 19 de marzo 2022, 22:58

La historia del asturiano afincado en Almería David González y de Ramón Ortiz comenzó cuando estalló la guerra en Ucrania. No se conocían, pero esta circunstancia les unió con un mismo objetivo: rescatar a los niños de un orfanato ucraniano. Lo que en primer lugar iba a ser un viaje por separado, ya que ambos tenían intención de subirse en sus propios vehículos para aportar su granito de arena, ha terminado convirtiéndose en un viaje conjunto en autobús gracias a una empresa de transporte almeriense, Frahemar, que les facilitó el vehículo junto a tres chóferes para que pusieran rumbo a su destino.

Armados de solidaridad, el pasado lunes, 14 de marzo, a las ocho de la mañana, iniciaron el camino hacia Lubaczów, ciudad polaca junto a la frontera de Ucrania, donde acudirían los niños del orfanato que está a unos 180 kilómetros de distancia. «Por medio de una ucraniana, Elena, que tiene a sus dos hijas en el CEIP Inmaculada Concepción de Alhama de Almería, donde ejerce María del Mar, mi mujer, como directora, se inició todo. Porque Elena adoptó a niños en ese orfanato y le pregunté de qué manera se podía ayudar. Así que, de ahí radica la iniciativa donde nos planteamos traernos a los niños», comenta David, conocido en Piloña, su pueblo en Asturias, como 'el Guaje'. Por su parte, Ramón Ortiz, policía local, manifiesta que «sentía la necesidad de ayudar y prestar apoyo en esos momentos a la gente más necesitada de Ucrania».

Con la idea de traerse a los niños del orfanato emprendieron la marcha. Les esperaban unos 3.300 kilómetros por delante que no iban a ser fáciles. «El viaje fue perfecto y, con sus respectivas paradas, llegamos a los dos días y medio», refleja David. Sin embargo, el destino previsto se tuvo que cambiar. «Se había complicado la situación bastante, porque el avance ruso había llegado hasta la zona donde estaban los niños y tuvimos que extender la recogida hacia la frontera con Rumanía», argumenta 'el Guaje' a este periódico por llamada telefónica desde el autocar que, afortunadamente, ha cumplido su misión de rescatar a los pequeños. «Hubo un poco de desesperación e incertidumbre cuando nos dijeron eso, pero cuando finalmente los recogimos, pusimos dirección a Alemania sin perder el tiempo», detalla.

El autobús había llenado sus 55 plazas con niños (desde varios bebés con apenas meses hasta jóvenes de 17 años), mujeres y un hombre junto a su familia que se libró de combatir en la guerra al tener más de tres hijos. «Hay de todas las partes, traemos a personas de Kiev y Chernóbil, no tenemos ninguna plaza libre en el autobús», argumenta con satisfacción.

David González relata que, tras salir de la zona al cumplir su misión, llegaron a Alemania, en concreto, a Karlsruhe, donde una familia les facilitó un pabellón para poder dormir y reponer fuerzas antes de llegar a su destino:Canjáyar.

Ambiente de paz

Durante su estancia en el pabellón, David y Ramón se encargaron de gestionar y organizar los papeles para que las familias, al llegar al municipio, encuentren un lugar donde alojarse. Y, tras las cenas, «se siente un ambiente de paz...», expresa David. «Simplemente, al ver que los niños se bajan del autobús y empiezan a jugar, nos divertimos con ellos, se olvida todo, nos dan paz en todo». Al contrario de los mayores, en los que han palpado cómo tienen «las miradas perdidas por unos segundos». «Las mujeres han dejado maridos y hermanos luchando y son muchas familias que no han podido venir, eso es muy duro para ellas», declara.

La expedición que puso rumbo a Ucrania al principio de la semana pasada ha contado también con la solidaridad de muchas personas que han donado material y dinero para poder rescatar a los más necesitados. «Una chica nos dio 200 euros en una gasolinera de Francia al enterarse de nuestra labor y estamos muy agradecidos por la mano que nos están tendiendo».

También contaron con la ayuda económica de ayuntamientos y, en concreto, agradecen a «María del Mar (mujer de David), Pepe, concejal de Deportes de Instinción, al que conocemos como 'El Muletas', y Juan José Romera, alcalde de Canjáyar, porque están buscando sin descanso lugares para que los niños tengan una casa en el municipio al llegar. Estamos muy agradecidos a su labor». También agradece a su concejo, Piloña, en Asturias, ya que se mantiene volcado a diario con el viaje que ha realizado.

Ramón y David vuelven con una experiencia que ha cambiado sus vidas. «Me mueven sentimientos porque mis padres fueron promotores en llevar ayuda humanitaria a Bosnia cuando se inició la guerra y, ahora, lo vivo retomando lo que hicieron en su día», declara 'el Guaje'. Y estos dos amigos, que hace una semana apenas se conocían, coinciden en que «no hay dinero que pague en el mundo la satisfacción de haber ayudado a estos niños».

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