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J. L. P.
Almería
Viernes, 9 de agosto 2019, 00:28
Alrededor de 200 docentes se concentraron ayer a las puertas de la delegación provincial de Educación para comenzar un calendario de reivindicaciones que se prolongará, al menos, durante todo el mes de agosto.
La convocatoria, que se llevó a cabo a la par en toda Andalucía, salvo Sevilla donde no se obtuvieron los permisos necesarios, fue valorada positivamente por las organizaciones convocantes, aunque reconociendo que las altas temperaturas y el que muchos profesores se encuentren fuera de la capital privó de una repercusión aún mayor.
Juntxs Sumanos, plataforma impulsora de las concentraciones, lamentó que «un curso más los colegios abrirán sus puertas con menos maestros de los necesarios y en detrimento de la calidad de la educación y la atención a la diversidad».
De igual modo, indicaron que «la imposición sin consenso de una nueva Instrucción, con Javier Imbroda a la cabeza, ha ocasionado caos, desconcierto e incertidumbre en la educación de Andalucía. Aunque se ha aumentado la carga lectiva, en lugar de aumentar la plantilla docente, ya muy mermada por los continuos recortes, se han puesto a cambiar unos docentes por otros».
Uno de los casos que se expuso en esta manifestación fue el de Susana Sánchez, profesora de Música que ha estado más de una década trabajando, los últimos ocho años en el mismo centro, y que este curso aún no tiene plaza ni destino.
La docente destacó, antes de la lectura del manifiesto, que «hay muchos interinos que nos hemos quedado en la calle, llevo trabajando más de diez años con ceses y contratos, tengo un compañero que acumula 20 años, y que también se va al paro. Está claro que quieren aprovechar esta coyuntura para hacer despidos y que no se vea una continuidad en los contratos».
Sánchez reconoció que está viviendo uno de los peores veranos de su carrera profesional, ante la incertidumbre de si en los primeros días de septiembre será repescada y podrá seguir ejerciendo sus funciones, recordando que «si no me contratan el mismo día 1 yo ya no tendrá esa continuidad con todo lo que he trabajado. No es sólo mi historia, es la de mucha gente».
Con plaza fija, pero muy afectada por esta situación, Elisa Poyatos acudió a la concentración «para apoyar a todos los maestros, yo tengo mi puesto de trabajo, pero estoy como deberían estar el resto de los docentes y de los padres, que dicen que la educación es un pilar, pero no aparecen en estas protestas».
La manifestación concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se dejó claro que «la administración se acoge a que ha habido un descenso de la natalidad, pero las clases siguen masificadas con más de 25 alumnos». Esta situación, denunciaron, empeora cuando «además se produce una baja y se tarda hasta 15 días en cubrirla, con lo que el profesorado de apoyo tiene que acudir a tapar estas carencias y dejan de realizar sus funciones».
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