Borrar
Inauguración del curso de verano 'La historia ambiental. Patrimonio y recurso para el desarrollo'. IDEAL
Tahal o la conservación del patrimonio natural y cultural

Tahal o la conservación del patrimonio natural y cultural

Acoge el curso de verano 'La historia ambiental', en el que expertos la analizan desde la perspectiva del desarrollo económico sostenible

JUAN SÁNCHEZ

Almería

Miércoles, 12 de julio 2023, 22:16

Mostrar la potencialidad de la historia ecológica y la ecología para convertir elementos poco valorados de los paisajes y el medio natural de los pueblos de la 'Almería vacía' en valiosos recursos de cara al desarrollo económico sostenible, es el objetivo del Curso de Verano 'La historia ambiental. Patrimonio y recurso para el desarrollo' inaugurado este lunes en Tahal por Andrés Sánchez Picón, uno de sus directores.

La alcaldesa de Tahal, Trinidad Jiménez, aseguró que «la historia ambiental es un campo de estudio apasionante que nos permite conocer las interacciones entre los seres humanos y su entorno natural a lo largo de la vida y nos invita a reflexionar sobre conservar y preservar nuestro patrimonio natural y cultural reconociendo que ambos son recursos invaluables para el desarrollo sostenible». Además, advirtió de que en Tahal están rodeados de una gran riqueza histórica y natural. «A lo largo de este curso podremos profundizar en los lazos que unen nuestra historia y nuestro medio ambiente. Estoy convencida de que será un punto de encuentro para el intercambio de conocimiento e ideas entre expertos, profesionales y toda persona interesada en la historia ambiental. Se abordarán temas para afrontar un futuro más sostenible». P

En la inauguración también estuvo presente Santiago Alfonso, vicedirector de Comunicación y Reputación corporativa del Grupo Cosentino quien destacó la calidad de los ponentes, entre ellos Joaquín Araújo.

Este escritor, presidente de doce organizaciones ambientalistas y ecologista, con larga trayectoria televisiva, precisó que el problema actual es que «estamos olvidando quiénes somos, de dónde procedemos y qué es lo que nos mantiene sobre este mundo. De las 600 generaciones de seres humanos que han vivido en este planeta, sólo las tres últimas han accedido a esto que consideramos tan absolutamente imprescindible hoy en día como es la electricidad, el automóvil o Internet».

Algo que ha llevado a que se olvide lo esencial de la vida «que es vivir con los elementos básicos que necesitamos: la comida, el agua y el oxígeno. Olvidamos lo que realmente significa el crecimiento». Para Araújo las estadísticas son demoledoras. «Cada día las ciudades del mundo tienen 400.000 seres humanos más. O sea, lo urbano, lo artificial, lo masificado, lo que se convierte en el foco principal de contaminación y en la primera causa de todas las catástrofes ambientales, porque todas esas empiezan la ciudad». A su juicio, «es evidentemente que nos hemos no sólo alejado históricamente de la naturaleza, sino que ahora es algo masivo absolutamente cotidiano y que, literalmente, parece que no va a tener fin. Ahora mismo la única posible solución sería naturalizar a las ciudades, que en ellas hubiera cada vez más espacios naturales. Y, a escala personal, necesitamos que la gente tenga más contacto con la cultura natural, la filosofía natural, con la poesía natural, con las ciencias de la vida, con la vida».

En este sentido, destacó que se están dando algunos pasos, «pero pocos y muy localizados y raramente en ciudades importantes, aunque hay ejemplos bastante aproximados como puede ser la ciudad de Vitoria o el gran anillo verde de Valladolid. Lo que pasa es que en la magnitud de la amenaza es tan amplia, tan profunda y tan preocupante que necesitamos también cambios estructurales. Tenemos que cambiar nuestro modelo energético, de transporte, nuestro modelo de consumo, es decir, prácticamente las tres cosas en las que esta civilización se basa. Por tanto, es un desafío absolutamente inconmensurable, pero es que nos va mucho y aunque es muy difícil hay que intentarlo».

Sobre los negacionistas del cambio climático, apuntó que «es la mejor forma de no arreglarlo. Pero, además, eso se propugna desde la defensa de unos intereses absolutamente minúsculos porque los negacionistas defienden los intereses del 1% de la humanidad, cuando ellos no son multimillonarios. Es algo curioso porque dicen que lo del cambio climático es un invento de una extrema izquierda radical para acabar con el capitalismo, pero en realidad el cambio climático es un producto el capitalismo».

Para Araújo la solución al cambio climático pasa por desacelerar. «Probablemente si no tuviéramos tanta prisa, inmediatamente empezaría a cambiar la tendencia. Simplemente con proponernos ser un poquito más lentos, un poquito más cariñoso, un poquito más tranquilos y sosegados, casi diría que, si hiciéramos una pequeña pasada por una terapia de relajación, ya estaríamos ayudando al clima», sentenció.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Tahal o la conservación del patrimonio natural y cultural