Cerramos una semana que nos ha conmocionado profundamente. Los actos terroristas y asesinatos ocurridos en Francia nos han rememorado lo que es y significa la barbarie del yihadismo. En España ha sido inevitable recordar los atentados del 11 de marzo de 2004, con casi doscientos fallecidos. No hay justificación alguna ante esta violencia, por mucha religión, ofensas y blasfemias con las que se quiera revestir. Sin duda, esa expresión del fanatismo islámico es el gran mal de nuestro tiempo, con el que no podemos ser nada tolerantes, ni siquiera neutrales. Todos somos víctimas, no pueden doblegarnos y debemos defendernos con el mantenimiento de nuestros principios, derechos y libertades con todo el peso de la ley...
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