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MARÍA DOLORES TORTOSA
Domingo, 1 de mayo 2016, 00:10
Si en algo coinciden quienes conocen a Emilio de LLera Suárez-Bárcenas (Badajoz, 1951) en su actual etapa de consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía y quienes le trataron cuando ejercía de fiscal de Sevilla es su franqueza sin paños calientes hable con quien hable. «Es muy espontáneo». Esta es la expresión que utilizan para describir a un hombre en apariencia serio y circunspecto, pero cuya locuaz franqueza políticamente incorrecta en asuntos espinosos le ha valido el calificativo de consejero lenguaraz o verso suelto del Gobierno de Susana Díaz.
Las últimas perlas las engarzó en una entrevista de la televisión local Ondaluz este pasado martes. Negó la independencia de los fiscales del partido de turno en el Gobierno (PP y PSOE) y arremetió contra los jueces instructores a los que llamó «irresponsables» y peligrosos porque «hacen lo que les da la gana» como «reyes de taifas», comparándolos incluso con Hitler. Todas las asociaciones de jueces han mostrado su enfado y pedido su destitución, algo que también comparten los partidos de la oposición. Emilio de Llera ha pedido disculpas, que Susana Díaz se las ha aceptado de inmediato.
Por la presidenta andaluza siente adoración y no lo oculta. «Con ella iría a donde fuera», ha afirmado. El afecto es mutuo. Forma parte de su círculo de amigos. Hay quien habla de su influencia cuando José Antonio Griñán lo fichó como consejero de Justicia e Interior en 2012. Lo cierto es que hoy es junto a María Jesús Montero los únicos consejeros de Griñán que permanecen en el Gobierno de Susana Díaz.
Emilio de Llera era fiscal decano de Sevilla y su inclusión en el Consejo de Gobierno como independiente se interpretó como un intento de Griñán de tener cerca un experto en lo que iba o podía ir ocurriendo y sobre todo como portavoz con autoridad en la materia para responder al devenir de la famosa macrocausa de los ERE, que atenazaba a la Junta. No pudo evitar, sin embargo, que Mercedes Alaya estrechara el cerco y Griñán dimitió apenas tres semanas antes de que la jueza le señalara como imputado en el polémico auto de septiembre de 2013 dado a conocer cuando él y otros diez consejeros tomaban posesión de sus cargos en el primer gobierno de Susana Díaz.
Los periodistas de tribunales se extrañaron del fichaje. Conocían la campechanía del fiscal decano y su habla sin tapujos en las tertulias de café. No parecía un político al uso y no lo ha sido. En un momento en el que los políticos pasan por la peor consideración ante la opinión pública y los jueces son estrellas por la valentía de destapar tantos casos de corrupción, Emilio de Llera les ha metido muchas veces el dedo en el ojo. A veces con ironía, como cuando, recién estrenado el cargo, se refirió a Mercedes Alaya como «una mujer muy trabajadora que sigue estando muy guapa», en alusión a que la prensa destacara su surtido vestuario cuando había cámaras esperándola. Le llovieron calificativos de machista. Con la primera instructora del 'caso ERE' tuvo otro desliz verbal que también fue criticado, cuando tras rechazar Alaya el apoyo de jueces al sumario, el consejero espetó que no era «una superwoman».
También enfadó a los padres de Marta del Castillo, la joven asesinada en 2009 cuyo cadáver sigue sin aparecer pese a la condena de su asesino. «La búsqueda de Marta del Castillo vale muchísimo dinero y es una tontería que se despilfarre», llegó a decir. «Las sentencias al gusto de la víctima no son propias de un estado de Derecho», manifestó en otro momento sobre las críticas de la familia de Marta al juicio.
La gamba
Otra frase famosa fue la que dirigió al exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón en relación a su reforma judicial: «Es como si a alguien que tiene mucha hambre le das una gamba en lugar de un cocido». Esas expresiones castizas las utiliza muchas veces en sus intervenciones. Para justificar el parón en las ciudades de la justicia llegó a exclamar: «No vamos a ser tan animales como para invertir en obras si hay hambre física».
Susana Díaz impuso el silencio ante los autos judiciales, sobre todo los que tenían que ver con los ERE. El consejero se aplicó la misma censura, pero en los últimos meses ha salido en defensa de los expresidentes Chaves y Griñán sin tapujos: «No se han llevado nada, viven bastante pobremente». También en su polémica aparición televisiva se sacó una espina. Admitió que es amigo del marido de la ahora instructora de los ERE, María Núñez Bolaños, pero también dijo que es conocido que el exalcalde de Sevilla y expresidente del PP-A (acusación particular del caso ERE), Juan Ignacio Zoido, es amigo de Mercedes Alaya y los ha visto a ellos en un bar de copas hablando con el ahora presidente del PP-A, Juanma Moreno.
Este martes en realidad se explayó. Más lenguaraz que nunca, De Llera dio un repaso a la situación de la Justicia sin dejar títere con cabeza: «Es impensable que un juez de instrucción pueda meter el dedo en el ojo a quién le dé la gana y sea después absolutamente irresponsable por sus actos. Es una auténtica barbaridad». «Los jueces son tan independientes y tan irresponsables que hacen lo que les da la gana y eso es muy peligroso». «Hitler era independiente y mire lo que montó, como yo he dicho a algunos». «Desgraciadamente los fiscales no somos independientes y podemos recibir instrucciones de nuestros superiores jerárquicos, según el color político». Eduardo Torres Dulce «quiso forzar la independencia y lo machacaron hasta que dimitió».
Familia de abolengo
El PSOE se apresuró a decir que habló a título personal, aunque la entrevista era al consejero. Las críticas que le llueven no es porque dijera lo que pensara de la Justicia, sino porque desde su puesto contraviene la separación de poderes. A De Llera le cuesta asumir el rol político y en él aparece siempre el de fiscal, su profesión, argumentan en el Gobierno. No le niegan autoridad al hacerlas por su currículo profesional, pero temen que le atribuyan un papel de 'Pepito Grillo' de la presidenta.
Nacido en una familia de abolengo extremeña, es doctor en Derecho por la Universidad de Sevilla y ha sido profesor de esta de Derecho Penal y Procesal; ha sido fiscal en las Audiencias de Bilbao, Badajoz y Sevilla, en donde recaló en 1983; Como fiscal ha sido especialista en delitos económicos y ha escrito manuales en materia jurídica para policías, además de colaborar en cooperación judicial y policial con la ONU, la Comisión Europea y la Conferencia de Iberoamérica.
Además de consejero de Justicia es también diputado en el Parlamento desde 2015. No está afiliado al PSOE, pero sí su segunda mujer, Amalia Rodríguez, una destacada miembro del PSOE sevillano, ahora diputada y que volverá a ser número dos al Congreso por esta provincia. Uno de los hijos de su segunda mujer es el conocido empresario sevillano Rosauro Varo, pareja de la actriz Amaia Salamanca, con quien tiene un hijo. El consejero tiene dos hijos y los allegados afirman su carácter atento y cariñoso.
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