Albert Rivera tuvo la gallardía, este viernes desde la tribuna del Congreso de los Diputados, de pedir perdón por haber fracasado y no haber sido capaz de cumplir el mandato de la ciudadanía. «Tenemos que ser la solución, no el problema», señaló con certeza. Le honra cuando ha sido quien lo ha intentado con esfuerzo y denuedo, a un lado y a otro, a su izquierda y a su derecha, con Sánchez antes y ahora con Rajoy. No lo ha conseguido pero no creo que haya nada que reprocharle, cuando el principal fundamento de su espacio político es el centro, siempre en función de los extremos. Ha sido el único que ha movido ficha ante el inmovilismo. Si hay que exculpar a alguien de responsabilidad por llegar a unas terceras elecciones es, sin duda, a Ciudadanos.
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