Jesús de Manuel –exparlamentario y profesor de la Universidad de Granada– es, desde junio, secretario de Organización de Podemos en Andalucía. A él corresponde, en buena parte, el pulso con la Mesa del Parlamento para conseguir expulsar del grupo Adelante a la que fuera líder del partido en la comunidad, Teresa Rodríguez, y otros siete diputados.
–¿Cuál es la situación de un partido como Podemos, que se queda fuera del Parlamento de Andalucía?
–Asistimos a un discurso victimista por parte de los tránsfugas cuando la única víctima aquí es Podemos. Quien representa a Podemos en el Parlamento es otro partido, los Anticapitalistas, que decidió en marzo salirse de la organización.
–Dice Teresa Rodríguez que no podrán demostrar que, tanto ella como los otros diez diputados, no pertenecen al grupo parlamentario y que su expulsión de Podemos se hizo para justificar su transfuguismo.
–Lo vamos a poder demostrar. En algunos casos, porque ellos se han dado de baja en el registro de Podemos y, en otros, porque es público y notorio que hace meses están hablando desde otro partido y contra el partido en el que todavía dicen que están inscritos. Alguien que incumple los compromisos, que hace declaraciones públicas contra Podemos, que no deja que se usen las redes sociales de Adelante Andalucía de la que forma parte Podemos como socio fundador… ¿cómo puede decir que está todavía en Podemos?
–Porque está inscrito.
–Para mí, solo el hecho de estar inscrito no es estar en un partido. Hay que tener lealtad y un mínimo de honestidad al tomar las decisiones... ¿Cómo se puede crear una cuenta corriente en agosto y pedir al letrado del Parlamento que la asignación la ingresen ahí sin decírselo siquiera a su socio de coalición, que es Izquierda Unida? No teníamos otra opción que pedir que se les expulsara del grupo y si la Mesa no nos da la razón estará demostrando que Andalucía es un lugar donde se admite el transfuguismo y se naturaliza. Si hacen eso van a quedar mal ellos como partidos, quedará mal el Parlamento de Andalucía y tendremos que llevar a los tribunales esta cuestión y declarar que han sido cómplices de un caso de transfuguismo.
–¿Y por qué en este momento?
–Es un cúmulo de factores. La gota que colmó el vaso, tras reiterados incumplimientos y actos hostiles durante todo el verano, fue cuando nos enteramos hace unos días que, a final de agosto, se creó esa segunda cuenta bancaria. Quien crea una segunda cuenta sin informar a sus socios de coalición puede hacer cualquier otra cosa en cualquier momento y tomar decisiones graves que luego sean irreversibles. Lo que hay es un transfuguismo de manual. Lo que hoy nos pasa a nosotros puede pasarle mañana a cualquier otro partido. Al PP o a Ciudadanos. Por eso hay un acuerdo que está a punto de cerrarse de veinte partidos a nivel nacional. Andalucía no puede ser una excepción ni puede ser el paraíso de los tránsfugas.
–El tema de la segunda cuenta provoca que se interprete que esta disputa es una cuestión de dinero.
–Aunque hablar de dinero siempre suena un poco mal, la política, como otras muchas cosas, no se hace sin dinero. Se hace con mucho trabajo militante pero también con profesionales de muchos ámbitos que son los que permiten que un partido pueda funcionar. El dinero es fundamental y es lícito que queramos, tanto Podemos como IU, que se respeten los acuerdos que se firmaron entre los dos partidos sobre la distribución de los recursos. No es solo una disputa por dinero. También hay una marca que creamos cuatro partidos. Anticapitalistas como tal no era miembro de la coalición y las coaliciones electorales son preelectorales, no se puede añadir a otro partido después. Siendo dirigentes salientes de Podemos admitieron a Anticapitalistas en la coalición, algo surrealista. Un partido que no estaba registrado siquiera. Crearon un partido instrumental en diciembre con el mismo nombre de la coalición pero con dos firmas de Anticapitalistas y una de Izquierda Unida, que se da cuenta en el momento de registrar el partido. Lo que planteamos es que lo que sea Adelante Andalucía en el futuro lo tienen que decir sus bases de todos los partidos que la integran. Tuvimos dos reuniones muy largas durante el verano para llegar a un acuerdo que nos permitiera convivir y encontramos líneas rojas inaceptables. No se nos ha dejado acceder a las redes sociales. Son cuestiones tan importantes como la económica o más.
–¿Qué posibilidad hay de que ese dinero se pudiera utilizar para otra propuesta electoral futura distinta?
–Ese es el problema de fondo. Entendemos que cualquier persona o grupo de personas tienen derecho a disentir del proyecto del que forman parte y querer montar otro. Lo que no es legítimo es que quieran hacerlo con recursos que no son suyos. Con votos que no son suyos; se están aprovechando de los votos de 600.000 personas que votaron a Adelante Andalucía, que en su inmensa mayoría eran de Podemos e IU. Esa dirección saliente de Podemos, que ahora está en Anticapitalistas, no acepta que estemos en el Gobierno de coalición en España. Pero o te vas del partido o te quedas defendiendo la posición sabiendo que estás en minoría. Me parece legítimo que luches por que tu posición llegue a ser mayoritaria algún día, pero lo que no puedes hacer es quedarte con el acta que has conseguido gracias a un partido que tiene unas posiciones que no son las tuyas y utilizar esos recursos para montar otro. Eso, además de transfuguismo, tiene otro nombre que es más feo todavía.
–¿El acercamiento con Teresa Rodríguez es ya imposible?
–Hemos estado con la mano tendida cuatro meses. Frente a la mano tendida solo hemos recibido los palmetazos de los maestros de la vieja escuela. Han roto todos los puentes. Es muy difícil que ahora, en el último minuto del partido, digan que quieren dialogar. Cuando hay una acusación de transfuguismo muy seria y una decisión inminente de la Mesa. Han llegado un poco tarde.
–Pero el momento elegido para la ruptura coincide con la baja maternal de Teresa Rodríguez. ¿Cómo se justifica?
–Durante esa baja maternal se han tomado decisiones muy graves y nada hacía pensar que no se siguieran tomando. Si la baja maternal no te impide crear una cuenta bancaria sin contárselo a tus socios, no puedes acogerte a ella para decir que no te pueden mandar al grupo de no adscritos. Va a seguir siendo parlamentaria, no es un despido. El derecho constitucional a la representación no lo pierde. Lo que la Constitución no garantiza es el derecho a permanecer en un grupo cuando te has ido del partido que te eligió. Durante estos días de baja maternal la hemos visto en todos los medios de comunicación.
«La política no se hace sin dinero. Es lícito que queramos que se respeten los acuerdos»
–Dice Teresa Rodríguez que la ruptura es para allanar el camino para un pacto con el PSOE que no comparte.
–No dice solo con el PSOE, dice Susana Díaz, y ahí sabe que no dice la verdad. Porque en todas las reuniones que hemos tenido hemos dejado claro que estamos dispuestos a hablar con pactos con el PSOE en un debate en el que participe la militancia. Es una cuestión que no hemos decidido y que no toca ahora decidir tampoco. Además, es una actitud que es prepolítica. Hay que analizar cada realidad y cada momento. Nadie tiene ya mayorías absolutas y hay que buscar acuerdos. Lanza un mensaje descorazonador por el electorado de izquierda, tú propio partido solo va a gobernar cuando tenga mayoría absoluta, que en el corto plazo no parece muy previsible. Negarte a participar en un gobierno porque es tu dogma de fe es una actitud prepolítica que no compartimos.
–¿Esta situación cercena las expectativas electorales de la izquierda o hay tiempo para cicatrizar la herida?
–Le daría la razón en las dos cosas. Somos conscientes del daño, por eso hemos estado cuatro meses buscando un acuerdo. Pero al mismo tiempo entiendo que quedan dos años y que, una vez que habíamos constatado que no había acuerdo posible, cuanto más tiempo tengamos para trabajar en nuestro propio proyecto antes de las elecciones, mejor.
–Queda la sensación de que la izquierda nunca puede estar unida.
–Entiendo que mucha gente tenga esa sensación pero también me gustaría que se pusieran las cosas en contexto. Quien se va de este proyecto es Anticapitalistas, que es un partido que cuando se presentaba a las elecciones sacaba el 0,2% de los votos. Cuando ha ido solo ha sido marginal y está aliado con los restos de los naufragios de un partido andalucista que no tiene arraigo en la sociedad.
–¿Ha sido un hándicap tener un proyecto tan personalista?
–Teresa Rodríguez ha tenido un liderazgo muy fuerte que nadie discute. He sido compañero suyo en el grupo parlamentario y es doloroso ver cómo, a mi modo de ver, ha dilapidado un capital político muy importante y necesario para la izquierda andaluza. Y lo ha hecho por unir su futuro a un grupo caracterizado por un sectarismo enorme, que se siente muy cómodo en la marginalidad, y que busca tener la razón aunque sean cuatro los que la tengan. Con esas actitudes, lamentablemente, perdemos a una persona que podía haber aportado mucho.
–¿Ha habido contactos con Teresa Rodríguez?
–Lo único que he visto ha sido un llamamiento por su parte a través de los medios pero no se ha puesto en contacto con nosotros para ofrecer diálogo. La prueba de que no van en serio es que el llamamiento lo hacen solo por los medios. Es simplemente un intento para construir el relato y que parezca que somos nosotros los que no queremos dialogar cuando han ido ellos durante cuatro meses. No ha habido ningún contacto pero es que ya no es el momento, estamos en otra fase porque han querido que sea así.
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