Héctor barbotta
Domingo, 1 de mayo 2022, 00:09
Andalucía asiste en estos días a la lógica confrontación política que precede a unas elecciones y que se irá acrecentando a medida que se acerque el inicio de la campaña electoral y el día de los comicios. Pero también vive una disputa que se libra ... de manera sorda, en la mayor parte de los casos discreta, pero sin duda más cruel e impiadosa: la que se batalla en el interior de los partidos para la conformación de las listas electorales.
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Con la excepción del PSOE de Andalucía, donde Juan Espadas decidió adelantar la conformación de las candidaturas incluso antes de que se oficializara la llamada a las urnas, el resto de las formaciones están aún inmersas en ese proceso, sin duda el más delicado de cuantos afronta la vida interna de los partidos y la que más heridas suele dejar.
En el PSOE-A, después de que Juan Espadas tuviera que hacer concesiones en los congresos provinciales frente a su intención inicial de consumar una renovación total en su partido, el proceso de elaboración de las listas le ha dado la oportunidad de presentar un socialismo rejuvenecido sin grandes vínculos con el pasado.
Esta semana, el propio Espadas bromeó en una comparecencia pública por su condición de único exconsejero de la Junta en la etapa socialista que volverá a estar en el Parlamento. Ninguno de los exmiembros del último Gobierno presidido por Susana Díaz que han formado parte del Grupo Parlamentario Socialista en la legislatura que acaba de terminar integrará la candidatura del PSOE-A. No estarán Manuel Jiménez Barrios (vicepresidente), Rosa Aguilar (consejera de Justicia e Interior), Antonio Ramírez de Arellano (Economía, Hacienda y Administraciones Públicas), Francisco Javier Fernández (Turismo), José Fiscal (Medio Ambiente), Rodrígo Sánchez de Haro (Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural), Javier Carnero (Empleo, Empresa y Comercio), Felipe López (Fomento y Vivienda) y María José Sánchez Rubio (Igualdad). Tampoco estará María Teresa Jiménez Vílchez (consejera de Educación con Chaves).
Pero la renovación va más allá, con cabezas de lista nuevas en siete de las ocho provincias –la única excepción es Jaén, donde repite la número dos del partido, Ángeles Férriz– y un cambio de caras que alcanza a una amplia mayoría de los puestos de salida.
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En el Partido Popular no hay nuevo liderazgo, pero sí un cambio sustancial en la posición interna de Juanma Moreno y eso va a tener un claro reflejo en las listas, especialmente en las provincias donde en 2018 hubo una fuerte presencia de candidatos afines a Casado, como Sevilla o Córdoba.
En diciembre de aquel año, Casado llevaba poco más de cuatro meses al frente del PP tras imponerse en un proceso interno en el que Moreno había apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría. El entonces presidente nacional del PP impuso a un importante número de diputados afines, especialmente en circunscripciones como Córdoba o Sevilla, situación que contrasta con la que se presenta ahora.
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Moreno aspira a renovar como presidente de la Junta prácticamente doblando el número de parlamentarios populares y su poder interno en el PP de Andalucía es aún más incontestable tras el último congreso nacional y la reciente elección de Alberto Núñez Feijóo después de la traumática salida de Casado.
El Partido Popular se tomará su tiempo para elaborar las listas y lo más probable es que el proceso culmine en el fin de semana del 14 y 15 de mayo. Hasta entonces se mantendrán algunas incógnitas, aunque lo más probable es que todos los consejeros del PP en el actual gobierno encabecen las candidaturas en sus respectivas provincias. Juanma Moreno irá por Málaga, donde Elías Bendodo, que no formó parte de la lista en 2018, aspira a estar como número tres pese a su salto a la política nacional.
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El consejero de Economía, Juan Bravo, que también ha entrado a formar parte del equipo de Feijóo, ocupará con toda seguridad un lugar destacado en la candidatura por Jaén, Marifrán Carazo (Fomento) lo hará en la de Granada y Jesús Aguirre (Salud) en la de Córdoba. Es probable que Carmen Crespo (Agricultura) encabece la lista por Almería y Patricia del Pozo (Cultura) lo haga en Sevilla, donde también estará el vicesecretario general del PP-A, Toni Martín. Por Huelva irá la secretaria general, Loles López.
En el PP deberán decidir si además dan entrada en las listas al coordinador general del partido en Andalucía, Antonio Repullo (Córdoba), y al portavoz, Ramón Fernández Pacheco, que para ello debería abandonar la alcaldía de Almería, lo que no parece probable.
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Otro interrogante es la posición en la que quedará el actual portavoz parlamentario y anterior cabeza de cartel por Córdoba, José Antonio Nieto. En 2018, la mayor parte de la candidatura por esa provincia estaba identificada con el casadismo, al igual que la de Sevilla, donde esté en duda la presencia de la presidenta provincial y actual parlamentaria, Virginia Pérez.
Ciudadanos, que celebrará el 14 de mayo en Córdoba un evento que ha sido presentado como de refundación del proyecto, afronta las elecciones con unas expectativas opuestas a las de su socio de gobierno.
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Andalucía es una de las circunscripciones en las que aún no se han celebrado elecciones desde que en las generales de noviembre de 2019 Ciudadanos empezara a deslizarse hasta la irrelevancia. El grupo parlamentario de 21 miembros con los que ha terminado la XI Legislatura andaluza pertenece a un momento político pretérito y bajar a una cuarta parte de esa representación debería ser interpretado como una hazaña que se presenta como improbable.
La época en la que la formación naranja atraía a personas del ámbito privado y ajena a la política para conformar sus candidaturas parece haber pasado y todo apunta a que Marín conformará las listas con sus partidarios más afines, una tarea que los críticos le están facilitando con un goteo de deserciones que se inició tan pronto como se disolvió el Parlamento y que posiblemente escriba nuevos capítulos en los próximos días.
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A la izquierda del PSOE, con la excepción de Adelante Andalucía, que ya ha definido su proceso –la candidata a presidenta, Teresa Rodríguez, irá por Cádiz y no por Málaga como en 2018–, todo es confusión. Podemos, con su negativa a aceptar el nombre de 'Por Andalucía' y el empeño en ocupar en las negociaciones en papel de partido más importante en ese espacio político se está convirtiendo en un escollo para la presentación de una candidatura unitaria que agrupe a los partidos integrados en Izquierda Unida junto a Más País y otras fuerzas menores. La próxima semana vence el plazo para la presentación de una candidatura y el lento tejido de esta alianza se está convirtiendo en una carrera contra el reloj protagonizada por tortugas.
La situación es exactamente la contraria en Vox, donde el mando único de su dirección nacional es la que conforma las candidaturas. Designada ya Macarena Olona como candidata a presidenta, sólo falta por saber qué otros nombres enviará desde Madrid el equipo de Abascal para terminar de completar las listas. Sus parlamentarios por Málaga, Eugenio Moltó y Ana Gil, no repetirán, aunque si lo harán Rodrigo Alonso (Almería), Benito Morillo (Jaén) o Macario Valpuesta (Sevilla).
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