«Lo más importante del confinamiento fue buscar tareas que les entusiasmaran»
María Lourdes Jiménez García | Maestra de Primaria en Jaén ·
Su compromiso es que los alumnos acudan felices a clase, incluso en tiempo de ventanas abiertas y entre un miedo palpable al virus. Elegida en 2019 la mejor docente de Primaria, guarda un buen recuerdo del inicio de la pandemia, cuando se pasó del pupitre a lo virtual
JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MÁRQUEZ
Jueves, 25 de febrero 2021
La respuesta del docente a lo largo de la pandemia habría de servir de valor añadido para que la sociedad reconociese en su justa medida el trabajo del maestro. María Lourdes Jiménez García, profesora nacida en Villanueva del Arzobispo, que en el curso anterior desarrolló su labor en el CEIP Santa María de Nazaret de Chiclana del Segura, es actualmente directora y maestra en el colegio Padre Manjón de Sorihuela del Guadalimar.
Lourdes recuerda la fase más dura del estado de alarma, aquella que obligó al confinamiento domiciliario, a cambiar la forma de enseñar: «De un día para otro, nació un sistema virtual que dejaba la presencialidad de golpe. En seguida nos dimos cuenta de que teníamos que crear una escuela en la distancia». La joven docente, que acaba de publicar su último libro 'Aprendizaje para la vida', reconoce que, a pesar de que persiste la brecha digital por falta de recursos, compromisos o competencias, ella tuvo la suerte de contar con alumnos de implicación familiar elevada, que permitían la conexión diaria con unos niños que aprendieron a manejar las plataformas establecidas desde el colegio: «El día entero lo pasábamos volcados en la enseñanza, no solo por las plataformas digitales, también a través de las redes sociales personales y el teléfono móvil. Guardo un recuerdo muy bonito de aquellos meses, aunque fueron duros por el estrés que supuso un cambio tan brusco».
Lourdes, especialista en metodologías innovadoras que toman el juego como herramienta fundamental, recuerda que puso en marcha una emisora escolar para establecer lazos comunicativos: «Fue la parte más dulce, conectaba a diario con mis alumnos, las familias creaban sus propias secciones, hicimos 59 programas maravillosos de 'radio encerrona'. Además de las tareas mecánicas, les proponía desafíos relacionados con las artes plásticas, escénicas, la música o la actividad física. Los alumnos participaron en videoconferencias internacionales recitando poesía, fueron entrevistados por una mascota virtual que creé para ese período; estaban muy motivados con los retos».
La docente destaca que fueron incluso protagonistas en el programa televisivo 'La Banda del Sur. «Aparecer en la tele les encantó. De aquel confinamiento salieron proyectos tan bonitos como una gala virtual de talentos, coreografías, concursos de 'pasapalabra' o competiciones de trucos de magia. Pero lo más importante fue buscar las tareas apropiadas para entusiasmarlos, mantener viva la emoción, decirles diariamente que los quería, que los echaba de menos».
Este curso, con el retorno a las clases asistenciales de ventanas abiertas, «existe cierto miedo a trabajar por la amenaza del virus y decepción por promesas incumplidas sobre reducción de burocracia o mayor dotación de ordenadores». Lourdes asegura que ejerce la dirección de un claustro unido, optimista: «Mi compromiso con alumnos y docentes es que acudan al colegio felices, que aprendan y enseñen en un ambiente de respeto, diversión, seguridad, afecto y confianza».
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