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Una confrontación más viva y dura, pero continuista, sin ninguna medida nueva sobre el atril en el que Susana Díaz (PSOE), Juanma Moreno (PP), Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) y Juan Marín (Ciudadanos) apoyaban sus papeles –y algunos como Moreno grandes tochos de papeles– y ... con la corrupción otra vez como arma arrojadiza fueron denominadores del debate retransmitido anoche en la 1 de Televisión Española (desconexión para Andalucía), Canal 24 Horas y Radio Nacional de España.
Fue en el bloque de la transparencia en el que el 'todos contra Susana' que había pronosticado la candidata socialista más se cumplió, pero esta volvió a salir indemne pese a la presión a la que le sometieron Juanma Moreno y Teresa Rodríguez sobre los casos judiciales relacionados con los socialistas en la Junta de Andalucía. Díaz repitió lo de que ninguno de esos casos –incluido una denuncia sobre el expresidente José Rodríguez de la Borbolla que hizo Moreno– han ocurrido en su estapa como presidenta, aunque Rodríguez y Moreno insistieron en lo contrario. «Hacer uso de la corrupción para ir contra el adversario no es ir contra la corrupción», censuró Díaz. «La Junta de Andalucía es la administración más transparente de España», fue la única frase que Díaz pronunció al tocarle cerrar el apartado como demostración de que no iba a entrar al trapo de sus adversarios.
El debate, moderado por la periodista Pilar García Muñiz, arrancó como una segunda parte del mantenido por los mismos litigantes en Canal Sur Televisión una semana antes, pero hubo algunas novedades. La aparición de Vox en las encuestas con posibilidades de lograr escaño en el Parlamento hizo que la candidata socialista, Susana Díaz, preguntara varias veces durante el careo televisivo a los candidatos del PP y de Ciudadanos si iban a pactar con el partido ultraderechista. Ni Moreno ni Marín contestaron.
Si Díaz azuzó el miedo a la ultraderecha en un futuro Gobierno, el candidato de Ciudadanos también alertó del miedo a Podemos si pacta con el PSOE en la Junta con otra pregunta a la socialista, si iba a dejar en manos del partido morado la gestión de Economía y Hacienda. «Aspiro a gobernar en solitario», respondió Díaz con latiguillos mientras hablaba Marín: «La voy a llevar yo, Juan».
Moreno y Marín volvieron a evidenciar que están dispuestos a gobernar juntos si suman, pero también dejaron entrever la pelea por el voto en estas elecciones, como cuando Marín censuró varias veces a lo largo del debate que Moreno le hubiese llamado «perro». Esta vez el candidato de Ciudadanos no logró apabullar al del PP. Moreno consiguió al comienzo frenar la estrategia de Marín de volver a repetir sus golpes de efecto contra él cuando le espetó: «Su adversario no soy yo, o no debería ser yo». Esto descolocó al candidato naranja, quien el resto de la discusión a cuatro estuvo recurriendo al trazo grueso con latiguillos conocidos como acusar a los partidos de Díaz y Rodríguez de negociar los presupuestos estatales en la cárcel, en alusión a la visita de Pablo Iglesias a Oriol Junqueras. «A la cárcel o a Marte iría si para ello puedo conseguir que el salario mínimo interprofesional suba a 900 euros», espetó Rodríguez. «Ni a la cárcel ni a Marte, a la Moncloa a hablar con un presidente que está demostrando sensibilidad con Andalucía», replicó luego Susana Díaz.
Sirva de ejemplo este cruce de frases para ilustrar que el debate fue menos encorsetado que el de Canal Sur. Los candidatos se interrumpieron numerosas veces y murmuraron por lo bajo otras tantas. Y una tercera novedad: Susana Díaz y Teresa Rodríguez resucitaron la vieja rivalidad de la legislatura con cruces de reproches ácidos, incluso cuando utilizaban la ironía. «Ponga los pies en el suelo que esto no es 'Juego de Tronos'», le dijo Díaz a Rodríguez al replicarle sobre sus propuestas de más dinero para los servicios públicos. «Usted también sabe de 'Juego de Tronos', es Cersei Lannister», le replicó Rodríguez aludiendo a la mala de la famosa serie para recordar la pelea de Díaz con Pedro Sánchez.
Rodríguez estuvo mucho mejor que en el anterior debate, como también Juanma Moreno. Los dos, también Susana Díaz, fueron hábiles para conjugar aceradas críticas y propuestas de sus programas electorales, como la «bajada masiva de impuestos» y atención temprana para niños mayores de seis años, que se comprometió a llevar a cabo Moreno si gobierna; la gratuidad de los libros de texto para los niños de infantil, que reiteró Díaz entre otras promesas de mayor cuantía para empleo a jóvenes; o incrementar las inversiones en servicios sociales que promete Rodríguez, quien cuestiona que la bajada de impuestos genere más riqueza. Marín, empeñado en lanzar mensajes broncos a los otros litigantes, dejó de nuevo en el tintero las propuestas. No hizo ninguna concreta de su programa, salvo alusiones generales a la formación profesional.
A la hora de llamar al voto, Moreno fue contundente al apelar al cambio de ciclo político y espetó con dureza a Susana Díaz: «Usted es una máquina de crear desigualdades. Está creando desigualdades groseras», dijo Moreno, quien logró en casi todo el rifirrafe ir al cuerpo a cuerpo con Díaz, algo que no consiguió en el anterior.
«Quien quiera coaliciones en negativo tiene dónde elegir», dijo Díaz, a quien el último rifirrafe entre Marín y Moreno sobre la corrupción en el PP le sirvió en bandeja acabar como empezó, cuestionando a los partidos conservadores si pactarán o no con Vox para desalojarla de San Telmo y haciendo ver su matrimonio sin amor para ello.
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