El Consejo de Ministros ha pasado este viernes por Sevilla con más pena que gloria. Las expectativas generadas se han quedado en poco, una medida para prohibir las lanchas rápidas que se dediquen al tráfico de drogas y una ayuda de 25 millones de euros para la atención de los menores inmigrantes que llegan a esta comunidad. Además, con las elecciones ya convocadas, legalmente el Gobierno no puede hacer nada que se interprete como campaña en favor de los socialistas andaluces. En cambio, gestos sobraron en el encuentro que Pedro Sánchez y Susana Díaz escenificaron por los jardines y el interior del palacio de San Telmo para que de nuevo se visualice la cordialidad de sus relaciones, en las que no creo que tengan más punto de interés común que seguir cada uno en el poder.
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