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Nadie se atreve a estimar todavía cuáles serán las consecuencias de la guerra comercial que Donald Trump le ha declarado al mundo entero. Aunque todos ... los territorios empiezan a hacer cuentas de cómo se resentirá el mercado norteamericano para los productos que se exportan con ese destino, la disputa arancelaria tendrá otras consecuencias más allá de una caída de las ventas en ese país.
Las primeras valoraciones se han hecho sobre la previsible caída de las exportaciones, pero la incertidumbre alcanza también a qué pasará cuando empiecen a repartirse por otros mercados del mundo los productos que ya no puedan entrar a Estados Unidos o en cuánto se incrementará el precio de las mercancías que ese país exporta a otros mercados y que también se verán afectadas por los aranceles que se implanten en respuesta a la agresión comercial lanzada desde la Casa Blanca.
El caso de Andalucía es emblemático, porque desde que se inició esta disputa se ha puesto el foco en los principales sectores exportadores que se verán afectados, pero mucho menos en las compras que desde esta comunidad se hace de productos norteamericanos. Y ello a pesar de que la balanza comercial con la principal economía del planeta es deficitaria. Andalucía, cuyas exportaciones a Estados Unidos se han disparado en los últimos años, aún vende en ese país menos de lo que compra, ya que las importaciones han subido en una escala similar.
Equilibrio
La fotografía actual del comercio entre Andalucía y Estados Unidos, según estudios de la Junta analizados por este periódico, arroja una situación prácticamente equilibrada aunque el balance es ligeramente favorable al país norteamericano. En 2014 Andalucía exportó mercancías por un total de 3.138 millones de euros e importó por 3.300 millones. La diferencia en favor de Estados Unidos es de 162 millones de euros, cantidad que supone en torno al 5 por ciento del volumen total de intercambio.
Las exportaciones a Estados Unidos suponen el 7,8% del total de las ventas de Andalucía al extranjero. El país norteamericano ocupa el quinto lugar en el ranquin de principales clientes de la economía andaluza, aunque el primero entre los destinos no comunitarios. Sólo le preceden Alemania, Francia, Italia y Portugal, por ese orden.
Esta fotografía se entiende mejor si se analiza la evolución del comercio entre Andalucía y Estados Unidos en los últimos años, en los que tanto las exportaciones como las importaciones experimentaron un fuerte aumento. Ello es consecuencia del proceso de internacionalización que está experimentando la economía andaluza, pero también refleja el especial esfuerzo que las empresas andaluzas hicieron para entrar en el mercado estadounidense y cuyo fruto está ahora en peligro como consecuencia de la política arancelaria impulsada por Donald Trump.
Referencias
Si se toman como referencias los ejercicios de 2018 (último año antes del cambio político en Andalucía) y 2024 se comprueba que las exportaciones desde esta comunidad a terceros países crecieron en un 23,8 por ciento (de 32.000 a 40.000 millones de euros) y las importaciones, un 27 por ciento (de 32.000 a 41.000 millones), mientras que en relación con Estados Unidos el crecimiento de ambos parámetros ha sido aún más significativos hasta prácticamente duplicarse (un 89,1 por ciento las exportaciones y un 115,5 por ciento, las importaciones). Las exportaciones andaluzas están compuestas en un 43 por ciento por productos agroalimentarios, aunque hay una presencia importante de aceites de petróleo, manufacturas de cemento, hormigón y piedra artificial y componentes de industria aeronáutica, además de fundición de hierro y acero y sus manufacturas, y las de aluminio y sus manufacturas.
Petróleo
Las compras que Andalucía realiza en el país norteamericano no son en su mayoría bienes de consumo. La principal importación es la de aceites crudos de petróleo, que se importan para ser tratados en plantas andaluzas, y de gas de petróleo. En el sector agroalimentario la balanza es claramente favorable a Andalucía, con 1.355 millones de euros de exportaciones y sólo 129 millones de importaciones, lo que arroja un saldo de 1.226 millones de euros, según las cifras correspondientes a 2024.
Un informe de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural revela el peso del olivar en este intercambio comercial, que concentra el 76,1 por ciento de las exportaciones del sector primario a Estados Unidos. Le siguen los cereales (3,3%); la pesca, especialmente los pulpos congelados (2,8%); el sector del girasol (1,8%); el sector hortícola (1,5%) y la vid (1,2%).
Olivar
Con casi 1.032 millones de euros el olivar supone no sólo el principal porcentaje de toda la exportación agroalimentaria a Estados Unidos, sino también un tercio del total de los productos exportados a ese país. El aceite de oliva total sumó en 2024 806 millones de euros; la aceituna de mesa, casi 168 millones de euros. y el aceite de orujo de oliva 53,4 millones de euros.
Otro informe, elaborado en la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, alerta de las consecuencias que la guerra comercial y señala que actualmente las exportaciones de España a EE UU (18.179 millones de euros en 2024) representan el 1,1% del PIB de España, mientras que ascienden al 1,4% en el caso de Andalucía y al 3 por ciento en el conjunto de la Unión Europea.
Todavía es pronto para adelantar con algo de precisión cuáles serán las consecuencias de los aranceles que se impondrán a los productos europeos, entre ellos los andaluces, pero el antecedente de las aceitunas negras permite hacer alguna previsión. En agosto de 2018, durante la primera presidencia de Donald Trump, el Federal Register (diario oficial del gobierno federal de Estados Unidos), publicó la llamada Orden de imposición de derechos 'antidumping' a las Aceitunas maduras de España, eufemismo con el que se denominó a los aranceles impuestos unilateralmente a ese producto. El gravamen a la aceituna negra española fue del 35 por ciento y se justificó en que las autoridades norteamericanas consideraban que las ayudas de la Unión Europea a los agricultores españoles los colocaban en una situación de ventaja con respecto a los estadounidenses. Hasta el año anterior a la imposición de este arancel, las exportaciones de aceitunas de Andalucía al país norteamericano sumaban rozaban las 100.000 toneladas. En concreto, el ejercicio 2017 se cerró en 99.900 toneladas con un volumen de negocio de 163 millones de euros. A pesar de las gestiones del Gobierno español para que fuera eliminado y de que en 2021 la Organización Mundial del Comercio falló en contra de la medida, la Administración de Joseph Biden la mantuvo. El arancel tuvo un efecto directo sobre las exportaciones de este producto. Siete años después, el volumen de exportaciones de aceitunas a Estados Unidos cayó a prácticamente la mitad (51.698 toneladas), aunque el aumento del precio permitió mantener el montante del negocio, estimado en 164 millones de euros.
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