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Maria Dolores Tortosa
Martes, 15 de enero 2019, 14:24
Juanma Moreno ha prometido diálogo y se muestra dispuesto a liderar un «cambio conciliador» y moderado en Andalucía con un objetivo claro, mejorar la vida de los andaluces por encima de todo y de cualquier ideología política. El candidato a presidir la Junta de ... Andalucía ha pronunciado un discurso de perfil muy político, en el que pese a tender la mano ha recalcado que su investidura es la de un «fin de ciclo» y se ha mostrado implacable con el gobierno saliente de los socialistas, a los que ha acusado de intentar «desestabilizar» el suyo antes de conformarse. Era una alusión al PSOE por haber fletado autobuses para apoyar una manifestación de asociaciones feministas a las puertas del Parlamento donde se celebra la sesión de investidura del primer presidente que no será socialista, el primero de Andalucía oriental y el primero del Partido Popular. Consciente de todo ello, Moreno ha apelado a la alternancia como el mejor «antídoto» para el desafecto de los ciudadanos hacia la política, «contra el clientelismo y la corrupción». También ha reconocido de forma sucinta que el Gobierno que formará con Ciudadanos no cuenta con mayoría en el Parlamento, citando de forma expresa a Vox como aliado necesario para su investidura.
Ha sido contundente al afirmar que su gobierno trae «reformas» y el «convencimiento» de que el desempleo «no es una maldición insuperable en Andalucía». «El objetivo prioritario de mi gobierno es el empleo», ha dicho. «La tarea más importante es crear empleo. Todo lo demás estará supeditado a crear empleo», ha enfatizado. El candidato, sin embargo, no ha mencionado su promesa electoral de la campaña electoral de crear 600.000 empleos en la legislatura. Califica el vuelco político andaluz de «transición» y se ha comparado con Adolfo Suárez, del que ha citado dos frases. Una para concluir: «No puedo asegurar soluciones inmediatas», pero «sí puedo comprometer y comprometo mi esfuerzo, mi honor y mi fe en Andalucía».
Moreno ha esbozado una batería de cien medidas, la mayoría conocidas por formar parte del acuerdo firmado con Ciudadanos para el gobierno del cambio en Andalucía. Entre ellas, ha prometido un amplio paquete de soluciones para la regeneración democrática, como la limitación a ocho años del mandato del presidente y de los consejeros de la Junta de Andalucía. Esta es una vieja propuesta del PP, también prometida por Susana Díaz en su discurso de investidura en 2015 y exigida por Ciudadanos. Nunca se ha cumplido. Ha reiterado que su primera medida será un decreto con el que ampliar al 99% la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones, otra apuesta electoral también compartida con la formación naranja, a la que, sin embargo, y pese a ser la mitad de su gobierno, solo una vez la ha mencionado. Y «todas las reformas necesarias para que Andalucía y su administración sea el espejo en el que se miren todas las administraciones de España», ha apostillado.
Varias veces ha apelado Moreno al cambio tranquilo y a la moderación a lo largo de su discurso: «No hemos venido a demoler lo que se haya hecho bien, sino a levantar un nuevo porvenir», ha manifestado en el epílogo de su intervención de casi hora y cuarto. «El cambio que propongo es un cambio real, un cambio de verdad, pero un cambio conciliador. El tiempo de las verdades únicas ha terminado», ha añadido para remarcar: «Mi Gobierno no excluirá a nadie porque a nadie excluye la Constitución y el Estatuto de Autonomía, que serán los únicos límites de nuestra acción de gobierno».
Lo cierto es que el dirigente popular ha estado duro con el gobierno socialista saliente, hasta el punto de tildarle su portavoz en el Parlamento, Mario Jiménez, de «rencoroso». En muchas de sus frases ha habido alusiones veladas a los socialistas que durante casi 37 años han gobernado Andalucía, aunque él se ha auto proclamado el séptimo presidente al contar los años de la Junta preautonómica anterior a las primeras elecciones de 1982. Al defender la alternancia como garantía de la regeneración democrática, ha aludido de forma velada al pasado socialista en general y a Susana Díaz en particular. Esta le miraba abstraía desde su asiento sin tomar nota. Mañana la dará la contrarréplica como jefa de la oposición. «La alternancia impide que los gobernantes nos creamos invencibles, intocables y eternos, previene que acabemos confundiendo el interés general con el partidario», ha expresado al comienzo. «El cambio debe ser un revulsivo para una Andalucía que lleva demasiado tiempo ralentizada, en manos de una clase dirigente acomodada a estar en el poder después de tantos años», ha proseguido. «Han intentado dormir a Andalucía y los andaluces han despertado para decir que ya está bien», ha remachado.
Moreno anota que sería «injusto» no reconocer que se han hecho cosas buenas en Andalucía en los últimos 40 años. Si bien, añade que esta tierra sigue adoleciendo de la falta de convergencia con el resto de territorios del país que han avanzado más. Lo atribuye al «conformismo» y al «clientelismo» de un partido con el objetivo de «mantenerse en el poder a toda costa». «La estrategia basada en hacer lo mínimo creyendo que el cambio jamás se produciría, ya no daba más de sí. La sensación de final de ciclo, como la sombra del ciprés, era alargada. Y el final de ciclo ha llegado», ha enfatizado.
El aspirante del PP a presidir la Junta ha reivindicado la legitimidad de su gobierno nacido de la voluntad «inequívoca» de los andaluces de un cambio expresada en las elecciones del día 2 de diciembre. Ha apelado a un diálogo «sin complejos, sin prejuicios y sin cordones sanitarios», en alusión a Vox, partido necesario para que mañana prospere su investidura. Al partido ultraconservador ha lanzado varios guiños a lo largo de la intervención, como su compromiso a que el «gobierno del cambio hará de la familia un eje vertebrador de sus políticas». Ha anunciado en un amplio paquete de una veintena de nuevas leyes, una de apoyo a las familias andaluzas con especial atención a las numerosas y monoparentales. PP y Vox acordaron en el pacto para la investidura de Moreno que su gobierno contará con una consejería de Familia.
También ha mencionado la violencia de género para asegurar que como presidente se compromete a «sacar de la contienda política» políticas de asuntos tan sensibles con esta. «El maltrato es una lacra social que debemos erradicar. Y hay que hacerlo construyendo sobre lo que ya tenemos. Sumando. Enriqueciendo. Mejorando las leyes», ha añadido. Moreno, sin embargo, apostilla: «Manteniendo lo que ha funcionado y funciona, pero corrigiendo lo que no. Haciendo, en suma, que todas las víctimas estén protegidas». Una mención de soslayo a la petición de Vox de que las víctimas de violencia doméstica y de violencia machista se equiparen.
Moreno ha tenido dos alusiones a Susana Díaz. Una indirecta, cuando ha copiado una frase de la presidenta saliente en campaña electoral al afirmar que conocía todo lo que pasaba en Andalucía desde «Pulpí a Ayamonte». «Quiero que todos los andaluces, desde Ayamonte a Pulpí, nos sintamos comprometidos a defender nuestra tierra y orgullosos de todos nuestros símbolos, los de Andalucía y los de España. Sin miedos y sin complejos», ha expresado Moreno. La otra mención no viene reflejada en el discurso escrito remitido a los periodistas. Moreno se ha dirigido de forma directa a Susana Díaz, sentada aún en su sitio como presidenta en funciones en la bancada socialista: «Más allá de las diferencias, como candidato de la Junta de Andalucía, considero justo reconocer la labor suya y de su gobierno, más allá de los errores y aciertos, creo sinceramente que se realizó con las mejores intenciones. Mi mano está tendida hacia el grupo que abandonará el Gobierno», ha afirmado.
Moreno ha comenzado su alocución con el deseo de que se recupere pronto a Julen, el niño de Totalán (Málaga) caído en un pozo y al que se busca desde el pasado domingo. En su intervención ha recordado al fallecido diputado Antonio Garrido Moraga para comprometer el «ansiado sueño» del político y catedrático malagueño de que la cultura popular sea pilar de la política de Andalucía.
El discurso de Moreno en la tribuna del Parlamento ha estado siendo seguido por numerosos exdirigentes del PP andaluz, entre ellos sus antecesores al frente del partido de las últimas cuatro décadas, como Gabino Puche, Javier Arenas, Teófila Martínez y Juan Ignacio Zoido. Solo ha faltado Antonio Hernández Mancha. También se hayan representantes de los agentes sociales, como el presidente de la CEA, Javier González de Lara, y las secretarias generales de CCOO Andalucía y UGT Andalucía, Nuria López y Carmen Castilla.
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