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Maria Dolores Tortosa
SEVILLA
Viernes, 1 de febrero 2019, 08:11
Susana Díaz ha iniciado un proceso de rearme del PSOE andaluz para ejercer la oposición con los exconsejeros y exconsejeras de sus gobiernos en la avanzadilla, tanto en el partido como en el grupo parlamentario. De tal forma que su núcleo duro sigue siendo parecido, ... sin apenas cambios, del que tuvo cuando dirigía su partido y la política andaluza desde la planta noble de San Telmo, que ahora se reparten Juanma Moreno y Juan Marín, presidente y vicepresidente de la Junta de Andalucía.
La dirigente del PSOE andaluz ha cambiado su lugar de trabajo por el despacho que siempre tuvo en la sede regional del partido, en la calle sevillana San Vicente, pero que visitaba menos por la lógica obligación de acudir a San Telmo cada mañana. Mantiene igual disciplina y sistema de organización con itinerario distinto.
Díaz se ha llevado consigo a San Vicente a dos de sus colaboradores de prensa más cercanos en San Telmo y ha nombrado coordinador de la secretaría general del PSOE andaluz al que fue consejero de Medio Ambiente, el onubense José Fiscal, que también es diputado. Se trata de un puesto parecido en el ámbito del partido al que venía realizando en el Gobierno Máximo Díaz-Cano como secretario general de la Presidencia. El político manchego, excargo con José Bono en la Junta de Castilla-La Mancha, fue un fichaje del expresidente José Antonio Griñán para el Gobierno andaluz y luego Susana Díaz lo retuvo como su hombre de confianza, siendo clave en la etapa en la que la expresidenta pugnó por el liderazgo del PSOE con constante presencia en los foros políticos y periodísticos de Madrid. Díaz-Cano ha optado por cerrar su etapa en Andalucía. Los cambios para acoger a personas del equipo de Díaz en San Telmo han llevado consigo despidos en el grupo parlamentario y en el partido, sobre todo del personal de prensa.
Díaz también ha utilizado por primera vez la figura de delegado en la estructura del partido, personas con voz pero sin voto en la comisión ejecutiva regional. Por ahora ha nombrado como tales al exconsejero de Economía y Hacienda Antonio Ramírez de Arellano y al exportavoz y exconsejero de Cultura Miguel Ángel Vázquez. Arellano es el delegado de Universidades, aunque en su primera comparecencia este pasado martes ante los periodistas lo hizo para hablar de asuntos relacionados con economía y hacienda, en concreto para criticar que el bipartito PP-Cs quiera retrasar la aprobación del Presupuesto de 2019 a después de las municipales, dando a entender que quieren ocultar recortes.
Arellano, exrector de la Universidad de Sevilla y afiliado al PSOE después de ser nombrado consejero en 2015, es la primera vez que adopta un perfil meramente político, alejado del técnico por el que Díaz le fichó para su gobierno. No es el caso de Miguel Ángel Vázquez, que asume la delegación de Comunicación. Tanto Vázquez como Fiscal son periodistas. El primero ya coordinó la comunicación en el PSOE andaluz en tiempos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán y tiene dilatada experiencia en cargos orgánicos y electos del partido. En las elecciones del 2 de diciembre fue candidato por Cádiz, pero no ha llegado a entrar en el Parlamento, aunque es posible que lo haga si corre la lista con el nombramiento de senadores por la comunidad autónoma.
Díaz también ha recuperado la figura de portavoz del partido para situar en este puesto a la diputada por Jaén Ángeles Férriz. A esta ya se le dio visibilidad en los últimos meses de legislatura, tanto que fue la cabeza de lista por Jaén. Con su nombramiento, Díaz hace un guiño a una de las agrupaciones más potentes del PSOE andaluz, como en su día también tuvo al designar a Micaela Navarro como presidenta de la federación andaluza.
Susana Díaz también ha dado protagonismo a exconsejeros de su confianza en su último gobierno en puestos del Parlamento. El exvicepresidente Manuel Jiménez Barrios y la exconsejera de Educación Sonia Gaya han sido nombrados portavoces adjuntos, lo mismo que el exconsejero de Agricultura Rodrigo Sánchez Haro, que además será secretario general del grupo parlamentario en sustitución de José Muñoz. El criterio, insisten desde el PSOE, es que haya personas con experiencia del funcionamiento del gobierno para hacer oposición dura y rigurosa al bipartito PP-Cs. Aun quedan exconsejeros sin puestos asignados relevantes, pero falta por designar las presidencias de las comisiones parlamentarias que les toque al PSOE esta legislatura. La dirigente de los socialistas andaluces mantiene como número dos en el partido y en el Parlamento a Juan Cornejo y Mario Jiménez, respectivamente.
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