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Juan Bravo, en el edificio Torre Triana, sede de la Consejería. Manuel Gómez
«Sólo vamos a volver a crecer si el sector privado confía en este país»
Juan Bravo | Consejero de Hacienda

«Sólo vamos a volver a crecer si el sector privado confía en este país»

Destaca que la recuperación de la autonomía financiera permitirá que sean los mercados los que midan la gestión de la Junta

Héctor Barbotta

Sábado, 6 de marzo 2021, 23:40

Tras cumplir con las reglas de gasto, de deuda y de déficit, la Junta de Andalucía ha recuperado su capacidad de acudir a los mercados de deuda para financiarse. El consejero de Hacienda destaca que ello permitirá, además de mejorar la capacidad de financiación, medir la marcha de la economía y hacer previsiones a más largo plazo.

–Llevamos un año en el que cuando mejora la situación sanitaria empeora la económica y al revés. ¿Cómo hacer previsiones en esta situación de péndulo?

–Es así, una situación de péndulo. Aquí la clave es el equilibrio. Desde el primer día hablamos de un virus sanitario y también de un virus económico. Al día de hoy no sabemos cuándo vamos a recuperar la normalidad o cómo va a ir el ritmo de vacunación, que no depende de la voluntad de las administraciones. Estamos en un escenario de mucha incertidumbre y de mucha dificultad en la previsión.

–¿Cree que cuando llegue el momento habrá un efecto rebote o una recuperación más lenta?

–Está claro es que no vamos a recuperar lo perdido tan rápido como algunos plantean. Va a haber mucha gente parada y además ahora estamos utilizando unos fondos que se van a inyectar en la economía de manera artificial. Hay un gran cambio que tendríamos que hacer, la transformación digital hacia el I+D+I, como lo que se haciendo en Asia, en China, en Estados Unidos. Nos estamos quedando en una situación que si no somos capaces de entender y de transformar lo vamos a pasar muy mal. Si Europa pone 140.000 millones encima de la mesa en España es para que hagamos esa transformación. Yo creo que en España no estamos ahora mismo en eso. Tenemos un problema de liderazgo.

–¿La pandemia ha detenido los cambios que el Gobierno andaluz se planteaba hacer?

–La situación de dificultad del Covid nos da oportunidades y ahí es donde se van a ver a los mejores. A pesar del Covid hemos hecho presupuesto, un presupuesto muy prudente. Hemos hecho una reserva de Covid por 450 millones, no hemos incluido los fondos europeos porque no sabemos cuándo van a estar, es decir intentamos mantener el equilibrio. Hicimos nuestra bajada de impuestos. Hemos creado el comisionado del cambio climático y energía y en segundo lugar la Agencia Digital de Andalucía. Es verdad que el Covid nos dificulta, pero hemos tenido claro lo que ya hicimos con los presupuestos del 19 y después con los del 20, más sanidad pública, más educación y más políticas sociales. En el presupuesto de 2021 hay 2.000 millones más que en el de 2018; en educación, 1.000 millones más, y en políticas sociales, 400 más. Y eso, bajando impuestos, pero eliminando trabas administrativas y haciendo más cercana la administración al sector privado.

–Usted es partidario de poca regulación, de impuestos bajos, de economía libre. ¿Las convicciones liberales más firmes se tambalean cuando llega una crisis y se necesita inversión pública?

–No, yo soy liberal. Creo que éste es un momento muy potente en este país para entender lo público y lo privado. Muchas veces se discute si tiene que ser público o privado y esa 'o' tiene que cambiar por una 'y' o por un 'más', porque las empresas no hubieran podido soportar esta situación sin los ERTES, sin las ayudas, sin los créditos ICO, sin las ayudas de las entidades locales, pero tampoco vamos a recuperar nuestra senda de crecimiento si el sector privado no confía en este país, si mandamos un mensaje de subida de impuestos o de más regulación. Si no damos confianza, la gente no querrá venir. No hay ningún país que con intervención le vaya mejor que con libertad.

–El gran desafío en este tiempo parece ser evitar la desaparición de empresas. ¿Se está haciendo?

–Desde nuestra modestia como comunidad autónoma estamos dando todos los apoyos que podemos. El valor fundamental es la confianza. Comparemos: Alemania dijo los ERTES hasta el 31 de diciembre de 2021; aquí estamos negociándolos cada tres meses. Se ha pensado que la solución es subir los impuestos a los que tienen algo ¿Y dónde está el compromiso de la administración, la reducción del gasto superfluo? ¿Hemos visto alguna eliminación de duplicidades, de procesos que no son necesarios? Ahora viene la finalización de los ICO. ¿Vamos a decirles a las empresas que llevan un año sin facturar que tienen que devolverlos?

–¿Qué va a pasar con el reparto de los fondos Covid?

–Si hablamos de colaboración público–privada también hay que hablar de colaboración entre administraciones. El dinero de los fondos europeos no se lo han dado al gobierno de Sánchez, sino a España, donde hay una administración central, unas administraciones autonómicas, diputaciones y ayuntamientos. Deberíamos hacerlo entre todos, y eso no se está haciendo. No tenemos información. Si uno defiende para España un reparto en base a la caída del PIB, del desempleo y de la población y eso ha significado que a España le ha correspondido la parte proporcional a su población multiplicado por 2,6. En el primer reparto que hemos tenido, el del REACT, a Andalucía le han dado el 18,8 %. Nuestra población es el 18. Si cogemos el criterio por el que ha recibido España los fondos, a Andalucía le tendrían que haber dado ese 18 por ciento multiplicado por 2,6. Y no ha sido así. Nosotros estábamos creciendo por encima de la media, teníamos más empleo, más autónomos, más exportaciones, más inversión extranjera, pero estamos más atrás que el resto. Si no se le dan unos recursos extras al que está más atrás, la convergencia será imposible.

–¿A qué deberían ir esos fondos?

–Ya lo ha planteado el presidente. Primero a reforzar la sanidad, porque había una necesidad de infraestructura y de tecnología; segundo, al ámbito educativo, porque si trabajamos bien nuestra cantera tendremos talento y futuro; políticas sociales, porque hay gente que lo está pasando mal. Tenemos un dato: 2020 cerró en Andalucía con 9.000 autónomos más, cuando en el conjunto de España si tomamos los creados menos los perdidos, el neto es 2.500. Aquí la gente quiere trabajar, quiere emprender, quiere tener una oportunidad. Tenemos que recomponer el turismo, pero ayudando a que sea verde, que sea digital para ser más competitivo. Nuestra industria, que representa el 11 por ciento del PIB de Andalucía y a la que no se la ha dado mucho valor tiempo atrás y que durante la pandemia no ha parado. Hay voluntad de invertir en el ámbito industrial en Andalucía. Ahí tenemos una obligación. Nuestro sector agrícola ha resultado estratégico, porque en la pandemia a nadie la ha faltado para comer, y ahí tenemos recorrido para seguir mejorando bajo el paraguas de la investigación y la innovación.

–¿Cuál será el mecanismo para el reparto?

–El problema es que todavía no tenemos ninguna información. Cuando el presidente Sánchez vino de Bruselas en junio diciendo que había conseguido el dinero, inmediatamente montamos la oficina de Next Generation para tener una base donde recibir proyectos e ir adelantando. Existe el riesgo de no poder ejecutar en el plazo que venga previsto, que va a ser 2021 y 2022, y ya ha pasado casi un tercio del primer ejercicio. Estamos ya en marzo. La gente necesita trabajar.

–¿Qué supone para la Administración andaluza haber recuperado la autonomía financiera? ¿Es buena noticia ganar capacidad para endeudarse?

–Una familia que se endeuda no está contenta. Las administraciones tampoco deberíamos estarlo, porque eso lo va a pagar alguien. Nosotros, como comunidad, estamos pagando hasta 2034 223 millones al año por la deuda de la crisis de 2008. Lo que nos endeudamos hoy son recortes mañana. Nuestra salida a los mercados es fundamental. Primero, porque significa que hemos cumplido como comunidad. Nos expulsaron por los incumplimientos del gobierno anterior y nosotros hemos cumplido las tres reglas: deuda, déficit y gasto. Esto genera confianza, porque si hacemos las cosas bien la gente nos presta dinero más rápido, más fácil y a menor coste. Esto nos permite asegurar los costes de la administración de Andalucía para los próximos 15, 20 o 25 años a precio de hoy, con tipos muy bajos. Salir a los mercados significa medirnos, ver si lo estamos haciendo bien o mal, es generar confianza, es planificar para los que vengan detrás.

–¿La emisión de deuda ya ha comenzado?

–No. Se está trabajando para sacarla al mercado. Se busca una ventana de oportunidad, que es cuando el mercado está en mejores condiciones. Antes del verano habremos sacado bastante cantidad.

–¿Tiene la Junta superávit?

–Si la gente pensara que tenemos 800 millones de superávit, como se ha dicho, nos haría una crítica que yo compartiría. Pero no es real. Es como si se midiera la cuenta bancaria cuando acabamos de cobrar la nómina. La medición que dio que teníamos ese superávit se hizo en el momento en que llegó una parte de los fondos Covid, pero teníamos gastos que aplicar. Nuestro resultado final va a ser de equilibrio presupuestario.

–¿Cómo se cerró el 2019?

–Con un poco de superávit. Lo que tenemos que ver es que tenemos una deuda que no es muy alta pero que hay que pagarla. Estamos en unos tipos de interés muy bajos. Una subida de tipo de interés merma las cuentas, lo que supone menos hospitales, menos colegios y menos oportunidades. Eso de que con el déficit no pasa nada es una falacia.

–La Cámara de Cuentas no ha aprobado aún la Cuenta General de 2019.

– Se ha hablado de facturas en los cajones, y eso no es así. La Cámara de Cuentas hace los informes con la información que le mandamos, y por lo tanto no pueden estar en un cajón, tienen que estar en un papel. Esa cuenta recoge las partidas que hay que pagar, que no se han podido pagar por cuestiones de tiempo y que se liquidan al año siguiente. Nosotros cogimos esa cuenta con más de 1.400 millones de euros, en 2019 son unos 1.200 millones y puedo decir que en 2020 la hemos reducido en 600 millones. En este gobierno tenemos una prioridad, que es pagar rápido.

–¿Una vez aprobado el presupuesto de 2021 se está trabajando ya en el 2022 o la previsión es tener que prorrogar éste?

–Nosotros llegamos en enero de 2019 e hicimos tres, la prórroga del 18 para empezar a funcionar, el presupuesto del 19 y el del 20. Este años hemos hecho el del 21 y nuestra intención es sacar el del 22. ¿Que es complicado? Pues nada de lo que hicimos antes fue fácil, pero como lo hicimos tres veces parece sencillo. Somos dos partidos en el gobierno y uno que ha apoyado. No somos lo mismo, aunque tengamos muchos puntos en común. Eso genera dificultades. ¿Que va a ser complicado porque estaremos en año de elecciones? Pues yo creo que en Andalucía hemos sido capaces de hacer cosas diferentes hasta ahora. Nos hemos sentado con la oposición, les hemos dado los números. Ellos han sido leales y no han sacado esos números, aunque finalmente no llegáramos a un acuerdo. En la misma línea iremos en el 22. Creo que unos presupuestos darían más estabilidad, aunque si hay que prorrogar un año tampoco será un problema.

–El escenario político, tras el anuncio de ruptura por parte de Vox, es más complicado.

–Las relaciones de pareja nunca son fáciles.

–Aquí son tres

–Con tres es más complicado. Pero hasta hemos sido capaces de poner encima de la mesa lo más importante, que son los andaluces. Lo que hemos sido capaces de hacer los tres partidos ha sido bueno, porque los números de Andalucía así lo han demostrado. Puede haber momentos de más tensión, pero no hace falta que esta se produzca con otras formaciones. También puede haberlas en el mismo partido. Cada consejero quiere lo mejor para su consejería, tiene proyectos para desarrollar y no siempre podemos atenderlo todo.

–¿Hay también tensiones territoriales?

–No estamos teniendo el problema que una provincia reclame más que otra. La equidad lleva a que hay que darle más a quien está más atrás en su desarrollo económico.

–Pero de cara a un próximo presupuesto puede haber mayores demandas desde Jaén, después de lo que ha sucedido con la base logística del Ejército, o desde Málaga por la situación que atraviesa el turismo.

–Pero eso no son tensiones, sino necesidades que hay que atender.

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