Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Lo dijo Pedro Sánchez: «Ni coalición, ni elecciones, hay una tercera vía: un programa común progresista». Pero la alternativa no ha funcionado, a la vista de lo acontecido esta semana entre los equipos negociadores del PSOE y Unidas Podemos. El despliegue del presidente en funciones ... y su partido para presentar las 370 medidas capaces de atraer a los de Pablo Iglesias ha caído en saco roto. Los morados no se conforman con eso de formar parte de la gobernanza y dirigir instituciones u organismos relevantes, en lo que insisten es en entrar en el Consejo de Ministros, esa es la piedra angular. La portavoz del Gobierno en funciones dejó este viernes una puerta abierta al entendimiento. Según Celaá, «negociar es transar y encontrar resultados donde todavía no existen», pero en política, como en todo, dos no discuten si uno no quiere. Alguien tiene que ceder y lo curioso es que la vía se hace más estrecha. Los socialistas han sido capaces de apretar la tuerca a los de Podemos con eso de rechazar su apoyo gratuito. No caerán en la trampa que les lleve a un rincón oscuro. Quieren antes un acuerdo que les permita una cierta estabilidad. No aceptarían el sí a la investidura y que luego los de Iglesias se dediquen al acoso y derribo de Sánchez. Ya tienen bastante con el hostigamiento de las fuerzas a su derecha. El propio líder del PSOE fue más allá ayer sábado al pedir a Podemos que dé un paso al frente. Y es que quizá Iglesias esté al borde del precipicio.
El esperado, pero sin fecha todavía, cara a cara entre ambos dirigentes será el acto final de un desencuentro que nos ha agotado en exceso. El que en el último minuto se pusieran de acuerdo se entendería ya como el fin de una delirante escenografía. Salga lo que salga habremos perdido tiempo, algo sumamente valioso y costoso para las personas y también para el mismo Estado, paralizado en su acción parlamentaria, legislativa y de control, así como en la consecución de proyectos y puesta en marcha de cualquier iniciativa, sin hablar del bloqueo que sufren las comunidades autónomas en los adelantos a cuenta para su financiación y en la imposibilidad de elaborar presupuestos para el año que viene. Llegar a una nueva convocatoria supone más de lo mismo hasta casi el mes de febrero para disponer de un nuevo ejecutivo capaz de tomar decisiones.
Responsabilidades muchas. Primero de quien aceptó el encargo del Rey para la investidura, pero también para la oposición que lo que quieren es que no haya gobierno ni elecciones. Ahí es donde están a flote Abascal y Rivera, a la espera de mejorar en intención de voto, mientras Casado vuelve a cargar con el peor pasado de su partido, como es la investigación judicial sobre Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes. Y eso no le sienta muy bien cuando sus socios en Madrid, han salido a la palestra con que la corrupción resta, algo incuestionable. Y no puedo acabar sin referirme al brote de listeriosis, en el que siguen goteando afectados y abortos, lo que ha activado la puesta en marcha de un procedimiento preventivo de medicación entre las embarazadas. No entiendo que si este riesgo existe desde el principio no se activara antes. Lo que parece funcionar es el control que ha permitido detectar listeria en una empresa de Cádiz y lanzar otra alerta sanitaria, aunque no se hayan producido por el momento afectados, algo que tampoco comprendo. Siempre es mejor prevenir que curar. ¿No les parece?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.