José Manuel Casinello Sola, director general de la empresa granadina Jalsosa, recuerda con nitidez aquellos «treinta y dos días de trabajo sin interrupción, siete días a la semana. Las veinticuatro horas sin parar, en tres turnos diarios de ocho de horas».
Cuando se decretó el primer estado de alarma, la ciudadanía acaparó un buen número de productos de alimentación e higiene. Jalsosa comenzó ese turno ininterrumpido de trabajo, necesario para dar respuesta a la gran demanda de sus esponjas jabonosas. «En la lucha contra la covid-19, la OMS insistía en la gran importancia de la higiene personal y aconsejaba específicamente el uso de agua y jabón para lavarse, por encima de los geles hidroalcohólicos, por lo que nuestras esponjas no tardaron en agotarse. Fue necesario dar ese paso adelante para evitar el desabastecimiento en un momento en que los hospitales y las residencias lo estaban pasando tan mal».
José Manuel Casinello también puso las instalaciones de Jalsosa a disposición del Gobierno para fabricar material sanitario de primera necesidad como mascarillas, «pero resultó imposible dado que se necesitaba una maquinaria específica que no teníamos a nuestra disposición».
Eso sí, en cuanto se abrieron los mercados, Jalsosa comenzó a importar y distribuir todo ese material, labor que sigue haciendo en la actualidad, aunque más como un servicio a sus clientes que como una línea estratégica de negocio. «Además de desabastecimiento, había engaños, desconfianza generalizada y era necesario pagar en efectivo. Muchos de nuestros clientes tenían limitada su capacidad financiera, por lo que comenzamos a adquirir material contrastado por nuestros propios controles de calidad a proveedores de primer nivel, adelantando el pago y facilitando la financiación a nuestros clientes». Un servicio que, al no ser estratégico para la empresa y hacerlo únicamente a demanda, irá decayendo a medida que la situación se normalice.
Durante aquellas semanas de trabajo a destajo, este granadino de 49 años fue a trabajar todos y cada uno de los días «si no con miedo, sí con mucho respeto». Y con el convencimiento de que su labor era, y sigue siendo, necesaria. La misma ilusión con la que entró en Jalsosa en julio de 2013, convencido del gran potencial de una empresa cuyas esponjas jabonosas ya se usan en el 100% de los hospitales y residencias de ancianos españoles, además de ser cada vez más utilizadas por clientes individuales para el aseo de personas postradas o en el día a día.
Higiene personal
De las cosas que la pandemia ha traído para quedarse, «una mayor preocupación por la higiene personal será una de ellas», vaticina Casinello. Y un recordatorio importante: no podemos depender de Asia para todo lo que tenga que ver con el sector industrial y manufacturero. «Es necesario que las autoridades sean tan celosas y exigentes en el cumplimiento de la normativa comunitaria con las empresas que producen fuera de Europa como lo son con nosotros», reclama.