10 ríos y parajes para vivir un año de lluvia y deshielo

Los cauces están a tope, muestran el efecto de una primavera cargada de precipitaciones, que han generado paisajes que no se veían desde hace más de una década. Una decena de lugares de fácil acceso para disfrutar de las riberas y observar los ecosistemas acuáticos

Viernes, 8 de junio 2018

  1. La belleza del Genil

    J. E. GÓMEZ

    Es el gran río de Granada, un cauce que se alimenta, fundamentalmente, por el agua del deshielo, por lo que este año se ha convertido en todo un espectáculo. Ya a su paso por la ciudad presenta una imagen como no se había visto desde hace años, pero en su curso alto es impresionante. El agua discurre rápida, atronadora en las gargantas. Desde el pantano de Canales hacia la cabecera, en las inmediaciones del Charcón y el barranco de San Juan, es donde es posible observarlo en toda su plenitud. Desde Güejar Sierra, bajar hacia Maitena, para contemplar la desembocadura de este río sobre el Genil, y carretera arriba, llegar hasta la antigua estación del Charcón. Un recorrido fácil y en el que observar sus riberas es el sendero entre Cenes y Pinos Genil. El río, además, presenta una imagen especial en la presa y azud de Pinos Genil, poco antes de llegar a la sede del Parque Nacional de Sierra Nevada, y por supuesto en la Vega, a su paso junto a las alamedas de Fuentevaqueros.

  1. El Fardes, desde Pradonegro al Molinillo

    J. E. GÓMEZ

    Es un tímido arroyo de montaña que poco a poco se convierte en uno de los ríos con mayor longitud de la provincia de Granada, el Fardes, que desde la sierra de Huétor se une a las aguas que forman el pantano del Negratín. Este año, con el incremento de caudal, su imagen es especial desde las proximidades del área recreativa de los Potros, en la sierra de Huétor, desde donde baja para recoger el agua del arroyo de Pradonegro, y sigue hacia la Venta del Molinillo, en la antigua carretera de Murcia. Hay una vereda que desde Los Potros realiza todo ese recorrido.

  1. Guadiana Menor, el río del desierto

    J. E. GÓMEZ

    Es de aguas azul turquesa, que este año bajan más tumultuosas que de costumbre. Es el cauce que se inicia tras la presa del pantano del Negratín, que recoge las aguas del Fardes y el Gergal. Tras el aliviadero del pantano, genera un paisaje que podría considerarse imposible, ya que discurre entre cárcavas y uno de los espacios más áridos de la península Ibérica. Se puede observar tras la presa de Negratín, donde la carretera se dirige hacia el interior, aguas abajo.

  1. Guadalfeo, deshielo en la Alpujarra

    J. E. GÓMEZ

    Al igual que el Genil, el río Guadalfeo es un cauce que se llena en el verano y se mantiene estable en invierno, ya que su principal aporte de agua procede del deshielo. Este año, su nacimiento y afluentes, como el Trevélez, Ugíjar, Pampaneira y el río Lanjarón vienen a tope, por lo que el Guadalfeo llena hasta su máximo nivel la presa de Rules. Un buen lugar para contemplarlo y disfrutar de una imagen poco usual es el puente de Órgiva, antes de llegar a la localidad por la carretera que accede desde la A-44.

  1. Río Cacín, aguas desde la Almijara

    J. E. GÓMEZ

    Junto al centro de visitantes del Parque Natural de la Sierra de Alhama, Tejeda y Almijara, en el paraje de la Resinera, el río Cacín muestra uno de sus parajes más atractivos. Es un remanso de aguas situado bajo la ladera sobre la que se encuentra el centro. Es un punto en el que se puede comprobar la gran calidad del agua de un cauce de montaña, donde aún es posible observar trucha común. Para los más aventureros, los tajos del río Cacín plantean un recorrido entre desfiladeros y puentes de cuerda

  1. La Cerrada de Castril

    J. E. GÓMEZ

    El Castril es otro de los cauces que baja cargado de agua tras un año de lluvias. Los acuíferos dejan manar el agua en lso mantantiales que dan vida a este río que tras recorrer el Parque Natural de la Sierra de Castril, llega a un impresionante desfiladero, la Cerrada de Castril, donde el agua se convierte en protagonista del paisaje. Se accede desde el pueblo de Castril. Hay que bajar hacia el río y recorrer el camino de la Cerrada, un sendero de maderas y puentes apoyados en la roca, bajo el que discurre el cauce de aguas rápidas.

  1. Dílar, el río familiar

    J. E. GÓMEZ

    Este año está increíble, y se mantendrá así hasta muy entrado el verano. El río Dílar recoge el agua del deshielo de la ladera suroeste de Sierra Nevada. Desde los Lagunillos de la Virgen, a 3.100 metros de altitud, baja entre rápidos y dolomías hasta las proximidades de Dílar, junto a la central hidroeléctrica, donde comienza un discurrir más lento y pausado, que este año es tunultuoso y rápido, a lo largo de un área recreativa que cada fin de semana se llena de familias para pasar la jornada en el campo. Desde Dílar, la carretera que parte hacia la central hidroeléctrica, lleva directamente al carril que conecta con el área recreativa

  1. Nacimiento de Riofrío

    J. E. GÓMEZ

    El agua de Riofrío nace en una roca situada a poco menos de un kilómetro de la zona de la piscifactoría. Es una surgencia por la que habitualmente solo sale un hilo de agua que llena una oquedad, desde donde se derrama hacia el cauce. Este año, el acuífero deja manar una gran cantidad de agua. El cauce, habitualmente tranquilo, se ha hecho más caudaloso. Es interesante realizar un recorrido entre lo que llaman el Nacimiento, a la salida del pueblo, aguas arriba, hasta el verdadero manantial, a través de la ruta de los molinos.

  1. Láminas de aguas de la Charca de Suárez

    J. E. GÓMEZ

    Si hay más agua en el Guadalfeo, más lluvia y más escorrentías, las charcas y láminas de agua, habituales en un delta mediterraneo, suben de nivel. La Charca de Suárez, la reserva biológica de Motril, muestra ese efecto con una crecida que favorece la gran biodiversidad que habita en este espacio natural realmente privilegiado. Es un año para visitar la Charca y observar de cerca especies calificadas en peligro crítico de extinción, como las fochas morunas y garcillas cangrejeras, y una gran cantidad de especies de avifauna habitual de humedales. Se accede por la carretera que desde la playa de Poniente de Motril, llega hasta Playa Granada. Desde el inicio de junio y hasta octubre, el horario es de lunes a viernes de 18,00 a 20 horas; y sábados y domingos, también de 9,00 a 13,00 horas.

  1. La plenitud de las turberas de Padul

    J. E. GÓMEZ

    Las lagunas de Padul están más llenas que nunca. El acuífero que las alienta se nutre de aguas del deshielo de Sierra Nevada y de las lluvias y escorrentías de las sierras circundantes. La mucha agua caída, unido a que ya no se desecan las lagunas para extraer turba, ha favorecido que el agua inunde una mayor extensión de lo habitual. Recorrer el sendero del mamut, desde el Aula de Naturaleza El Aguadero, hacia el interior de las lagunas, es la mejor forma de observar la crecida de las lagunas de este paraje, resto de los grandes lagos que ocupaban el territorio hace ocho millones de años. Para llegar, hay que sobrepasar el pueblo por la antigua carretera de la Costa hasta llegar al Aula de Naturaleza El Aguadero, a aproximadamente un kilómetro después de la última entrada a la población.

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