Arranca la preparación de oposiciones en Tecnoszubia, la academia de las 1.500 plazas en los últimos dos años

Cientos de aspirantes vuelven a las aulas de la academia que consiguió, en las últimas oposiciones docentes, el 12% de todas las plazas de Andalucía

Ir a Tecnoszubia, según los datos, es acercarse a una plaza como funcionario: si cogemos como referencia los de las últimas oposiciones docentes, observamos que, en las aulas de esta academia, se han preparado el 20% de nuevos funcionarios docentes de Andalucía con plaza en las especialidades de Secundaria y FP y el 10% de todos los que han obtenido plaza en Magisterio de Andalucía. El 12% de todas las plazas de Andalucía son para sus alumnos; nuevo curso, nuevo récord.

Por estos resultados se explica, en parte, que La Zubia se convierta, desde septiembre, en un punto de encuentro para opositores de todo el país. Pero detrás de los datos, personas: los aspirantes que se han formado en esta academia y han conseguido plaza recientemente nos cuentan que el gran elemento diferencial de Tecnoszubia está en una plantilla de preparadores que vigila de cerca al opositor, habitualmente sometido a un alto nivel de estrés, y lo guía desde lo humano a través de un proceso exigente que transforma al alumno profesional y personalmente. Si a esto le sumamos un sistema de retransmisión online vanguardista y un equipo de administrativos que trabaja codo con codo con los preparadores para ofrecer la mejor experiencia, encontramos las principales razones del éxito.

«Te marcan el ritmo y te apoyan anímicamente»

Tras 14 años como interina dando clase, Chari Vargas, que acaba de sacar plaza por la especialidad de Sistemas y Aplicaciones Informáticas, sabe en qué fijarse para detectar cuál es el nivel de un docente. «De mi preparador me gustaría aprender de su cercanía; cómo te apoya anímicamente. Es verdad que los temas son muy buenos, pero eres tú el que, en tu casa, tienes que ponerte. Y empezar una clase y que te pregunten cómo estás, mandes una unidad didáctica y la corrección sea personalizada, te marquen el ritmo y te digan cuántos temas tienes que llevar estudiados según la fecha… todo eso se agradece mucho», reconoce.

Una sensación de cercanía, la que su preparador consiguió construir con su grupo, que en su caso tiene doble mérito: Chari se preparó online las oposiciones para compaginar mejor la preparación de oposiciones con la crianza de sus hijos. «Prepararte online las oposiciones te obliga a estar más concentrada, pero es más cómodo. Aún así es duro, le quitas tiempo a tus niños; se iban al parque y yo me quedaba estudiando en silencio. Sacrificas un año, pero ganas una nueva vida».

«Decidí apuntarme a Tecnoszubia por su metodología»

Un 10 ha sacado Gloria Bertos en el examen escrito de sus oposiciones docentes por la especialidad de Primaria. Cuando nos cuenta la hazaña, sin ser del todo consciente de que ya lo ha conseguido, parece estar todavía luchando. «Este año no he estado bien psicológicamente, físicamente o emocionalmente. Arrastro algunos problemas de salud desde hace un tiempo y no he podido dar el 100% de mí; lo que he dado me ha costado más que ningún año».

Lo que ha dado, pese a los obstáculos, le ha supuesto alcanzar la perfección en la nota y cumplir un sueño. «Siempre quise ser maestra; quería ser como Doña Ramona, una maestra que yo tuve en Primaria, y enseñar a los niños a leer y a escribir”. Tras terminar el Bachillerato, sus profesores le recomendaron que, por sus capacidades, estudiara Matemáticas. “¡Pero yo prefería enseñar a los más pequeños!», señala. Así, estudia magisterio y, al finalizar, decide apuntarse a Tecnoszubia: «La de Tecnoszubia es la metodología que me gusta; siempre he sacado buenos resultados con ellos». ¿Y qué viene ahora para Gloria? «Tranquilidad y paz, tras tres años muy duros», sostiene. ¡Que así sea!

«Lo de mi preparador es una locura: no deja nada al azar»

Iván Muñoz, con un 8, ha sacado plaza en la especialidad de Educación Física. Era la segunda convocatoria a la que se presentaba: «La noticia me pilló en mi casa, con mi abuela, terminamos llorando». Todavía emocionado, ha conseguido una plaza que le permite tener «una vida estable», reflexiona. «Tengo 27 años, sólo he podido tener trabajos de verano, sin estabilidad. Nunca pensé que podría tener la plaza antes de los 30».

La plaza le ha llegado pronto, en parte, porque ha dado con un preparador que «es una locura», reconoce. «Es una persona exigente que está al día de todo. Hasta cómo tienes que, en la exposición, beber agua: con él, todo lo tienes controlado. Así, no hay límites, no queda nada al azar. En la parte escrita, igual. Luego tienes que trabajarlo tú, pero te prepara tan al milímetro que al final lo consigues», explica.