![Procesión del Corpus en una plaza de las Pasiegas abarrotada](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/06/08/corpus-buenas%20(11)-k91F-U200509657899rTE-758x531@Ideal.jpg)
![Procesión del Corpus en una plaza de las Pasiegas abarrotada](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/06/08/corpus-buenas%20(11)-k91F-U200509657899rTE-758x531@Ideal.jpg)
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Jorge Martínez
Jueves, 8 de junio 2023
Dos horas duró la presencia de Jesús Sacramentado en las calles granadinas. A las ocho de la mañana se reunió el cabildo de la Catedral y tal y como estaba previsto y determinó que si a la hora de la salida no llovía la Custodia ... recorrería las calles de la ciudad. En el mismo estaba presente el prelado granadino, monseñor Gil Tamayo quien manifestó su deseo de que se pudiera celebrar de acuerdo con el criterio mayoritario de los miembros de la institución catedralicia. Así se pudo desarrollar la comitiva con la máxima normalidad posible, aunque con amenaza de lluvia sobre todo hacia las diez de la mañana cuando unas tímidas gotas de agua preocuparon por el desarrollo de la procesión. Poco después de las ocho ya estaba preparado el servicio de Inagra para alfombrar las calles del recorrido con las tradicionales hierbas aromáticas que fueron retiradas nada más concluir la procesión.
A las nueve de la mañana se ofició la Eucaristía en la Catedral concelebrada por más de cincuenta sacerdotes pertenecientes a distintas parroquias de la ciudad y pueblos del cinturón, presidida por el arzobispo y con la presencia del deán de la Catedral, Eduardo García y miembros del cabildo. Asistían también miembros de los cabildos de la Capilla Real y del Sacromonte, con su abad, Antonio Fernández Siles. «Me sorprende Granada en la fe de sus gentes en días como los de hoy en los que se muestra que ha sabido conservar la fe de sus mayores y la ha alimentado en el tiempo», indicó monseñor Gil Tamayo al comienzo de la celebración. Después, en la homilía, indicó que se unía «por vez primera a esta celebración en esta Catedral inmensa y grande como la medida de la grandeza de Dios».
Anunció que sería breve para que «podamos celebrar la procesión del Corpus que tanta gente espera» y dijo que «la Eucaristía es nuestro más preciado tesoro, pues es el recuerdo del sacrificio de Cristo que se renueva en el sacrificio de la cruz que es para nosotros alimento de vida». Monseñor Gil Tamayo recordó a las familias que sufren, a los enfermos y a los más necesitados apuntando que en la procesión «Jesús recibe nuestras angustias, nuestras ilusiones en esta compañía que hace a Granada desde la historia de la ciudad» y haciendo especial referencia a la caridad que se ejerce desde instituciones Cáritas que es «el reflejo de las necesidades de nuestra sociedad».
Poco después de la celebración de la misa se dispuso el paso de la Custodia del Corpus Christi ante el altar mayor de la Catedral para que el canónigo Miguel Ángel Morell, subiese hasta el viril y situara en él a la Sagrada Forma para procesionar por las calles granadinas. El órgano de la Catedral interpretaba el himno eucarístico mientras recorría la nave principal de la Seo hasta encarar la puerta principal de la Encarnación. En plaza de las Pasiegas ya se había corrido la voz a través de los medios informativos y redes sociales de que finalmente la Custodia salía y ya había numeroso público pendiente de ese momento. El himno nacional salido de la Banda Municipal de Granada, dirigida por López Carreño, recibió al Santísimo al salir de la Catedral e interpretó después distintas marchas procesionales, principalmente «Triunfal», de José Melchor Blanco o «Corpus Christi», de Braulio Urialde. El Santísimo procesionó, como es costumbre, en la Custodia el viril regalo de la Reina Isabel de Castilla y, según recuerda la tradición, perteneciente al tocador de la monarca.
En el cortejo se habían dispuesto algunos flecos improvisados pues se pensaba que difícilmente saldría a las calles. Hermandades de penitencia o gloria se habían entremezclado y entre ellas también alguna sacramental, pero era fácilmente entendible la situación que, para muchos granadinos, pasó por otra parte de manera imperceptible. Si se notó menor afluencia de público y sobre todo cuando salió la Tarasca del Ayuntamiento camino de la Catedral que finalmente sí que pudo mostrar su atuendo confeccionado por María Francés con estilismo de Antonio Valiente. En ese momento comenzó a llover con alguna insistencia y se acordó continuar para cumplir el itinerario pero de manera acelerada. Gigantes, cabezudos, y la propia Tarasca están confeccionados en cartón piedra que puede sufrir considerablemente por la lluvia. Estaban los ministriles, portadores, elementos históricos, grimpolas, heraldo y toda la simbología histórica de la ciudad que se conserva en la Casa Consistorial.
Tras la Pública de la Fiestas se abría el cortejo que era integrado por delante del paso de la Custodia por los seminaristas y sacerdotes que habían participado en la misa. El paso estrenó unos nuevos respiraderos en malla de hilo de oro en una primera fase, trabajo realizado y costeado por la propia cuadrilla sacramental que, a las órdenes de José Carvajal, espera verlo bordado y completado en unos años. Como capataz invitado estaba ayer Miguel García Almagro, capataz granadino de la hermandad del Cristo de las Tres Caídas.
El blanco destacaba en el adorno floral que concibió la floristería de Salvador Fajardo, de Churriana de la Vega, para el paso de la Custodia. Eran orquídeas y cymbidium blancas en las cuatro jarras que culminan el último cuerpo junto a la Custodia y en el friso, principalmente, anthurium también en color blanco, con claveles y las habituales esquinas de gladiolos blancos. También se había encargado de adornar el altar de la Catedral con lilium blancos. La música la ponía la Schola de Pueri Cantores de la Catedral y un quinteto de metales interpretando plegarias y cánticos eucarísticos.
A las once y media de la mañana alcanzaba el cortejo la plaza del Carmen donde se realizó relevo de la cuadrilla de costaleros de la «legión blanca de Dios» ante la atenta mirada del arzobispo que marchaba detrás de la Custodia, flanqueado por el vicario general, Francisco Espigares, y el deán, Eduardo García. La comitiva continuaba con el palio de respeto del Santísimo Sacramento, una obra de mediados del siglo pasado, brocado en oro con fondo color blanco roto y decorado con formas florales. En esta ocasión relucían los ocho varales que han sido restaurados por la hermandad Sacramental del Sagrario. Hermandad que se hacía presente con su hermano mayor, Emilio Martos, junta de gobierno y miembros de la misma, seguidos por la representación provincial con la diputada de Bienestar Social, Olvido de la Rosa, en la presidencia y miembros de la corporación.
Le seguían distintas representaciones de diputados nacionales, senadores y autonómicos, así como una ante presidencia con la alcaldesa electa, Marifrán Carazo, y el teniente general Jefe del Madoc, José Manuel de la Esperanza.
El cortejo de la procesión del Corpus Christi concluía con la última corporación, la municipal, presidida por la primera teniente de alcalde Ana Muñoz, en sustitución del alcalde en funciones, Francisco Cuenca, convaleciente de una intervención reciente. En esta ocasión portó el estandarte real o pendón la edil de Vox, Mónica Rodríguez, custodiada por gastadores del Grupo Terrestre III AALOG 21, de Granada y cerraba el cortejo la banda municipal de música. En esta ocasión no estaba presente la banda y tropa del Ejército de Tierra.
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